
El vicepresidente estadounidense J.D. Vance pronuncia observaciones en Alemania, en la Conferencia de Seguridad de Múnich. El público espera que hable de política exterior, geopolítica y amenazas a las que se enfrenta el mundo.
En lugar de eso, dice que la amenaza más preocupante hoy en día es "la amenaza desde dentro, el retroceso de Europa respecto a algunos de sus valores más fundamentales". Añade que los países e instituciones europeos están socavando la democracia y la libertad de expresión, y da ejemplos.
"Un antiguo comisario europeo", afirma Vance, "salió hace poco en televisión y sonó encantado de que el gobierno rumano acabara de anular unas elecciones enteras".
De hecho, Thierry Breton, ex comisario de Mercado Interior de la Unión Europea, admitió en una entrevista en la televisión francesa que el Tribunal Constitucional rumano había cedido a la presión de la UE y anuló las elecciones presidenciales del país porque el candidato de derechas, Călin Georgescu, tenía muchas posibilidades de ganar. "Lo hicimos en Rumanía", dijo Bretón, "y por supuesto tendremos que hacerlo, si es necesario, en Alemania".
El 26 de febrero, cuando Georgescu fue a inscribirse como candidato para la repetición de las elecciones presidenciales organizada unos meses después de las elecciones anuladas, fue detenido por la policía y acusado de "intento de derrocar el orden constitucional". Hasta la fecha, las autoridades rumanas no han aportado pruebas que corroboren esa acusación.
"Lo mismo podría ocurrir también en Alemania", dijo Vance en su discurso de Múnich.
El partido derechista Alternativa para Alemania (AfD), que participó en las elecciones parlamentarias alemanas del 23 de febrero, quedó en segundo lugar con un 20,8%. Sin embargo, la Unión Cristianodemócrata (CDU), de centro-derecha, que obtuvo la mayoría de los votos (28,5%), optó por boicotear a la AfD y, en su lugar, optó por formar gobierno con el Partido Socialdemócrata (SPD), de centro-izquierda, que formaba el gobierno anterior y al que los alemanes acababan de rechazar, otorgándole sólo el 16,4% de los votos.
El nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, líder de la CDU, había declarado durante la campaña electoral: "No trabajaremos con el partido que se hace llamar Alternativa para Alemania: ni antes [de las elecciones], ni después, nunca".
Merz cumplió su palabra. Justo después de las elecciones, la agencia de inteligencia alemana calificó a AfD de "organización extremista" y "amenaza para la democracia". La razón esgrimida fue que la AfD es "antiinmigrante y antimusulmana". La AfD podría ser prohibida por el gobierno.
Vance continuó:
"Miro a Bruselas, donde los comisarios de la UE advierten a los ciudadanos de que tienen la intención de cerrar las redes sociales en tiempos de disturbios civiles, en el momento en que detecten lo que han juzgado como 'contenido de odio'".
De hecho, en 2022, la Unión Europea adoptó la Ley de Servicios Digitales (DSA), que se supone que "protege los derechos de los usuarios de las redes sociales" y "proporciona un entorno en línea más seguro" al "limitar la propagación de contenidos ilícitos y nocivos." Lo que constituye "contenidos ilícitos y nocivos" no se definió y podría ser cualquier cosa que la Comisión Europea defina como tal, junto con el derecho a imponer multas y cerrar los sitios web.
Aunque las afirmaciones de Vance eran indiscutibles, los funcionarios presentes expresaron inmediatamente su conmoción. Las declaraciones de los líderes políticos europeos estallaron:
El ex canciller alemán Olaf Scholz dijo que las declaraciones de Vance eran "inapropiadas", añadiendo:
"Nunca más fascismo, nunca más racismo, nunca más guerra agresiva... Las democracias actuales de Alemania y Europa se basan en la conciencia histórica y en la constatación de que las democracias pueden ser destruidas por antidemócratas radicales... hemos creado instituciones que garantizan que nuestras democracias puedan defenderse de sus enemigos, y normas que no restringen ni limitan nuestra libertad, sino que la protegen."
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot afirmó que "la libertad de expresión está garantizada en Europa".
El primer ministro británico, Keir Starmer señaló:
"Hemos tenido libertad de expresión durante mucho, mucho tiempo en el Reino Unido, y durará mucho, mucho tiempo... en relación con la libertad de expresión en el Reino Unido, estoy realmente orgulloso de ello: de nuestra historia allí".
Christoph Heusgen, presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich, al final de la conferencia, dijo que las declaraciones de Vance la habían convertido en "una pesadilla europea....". Tenemos que temer que nuestra base común de valores ya no sea común". A continuación rompió a llorar.
Es muy posible que la "base común de valores" que antaño unía a Europa y Estados Unidos ya no sea común. Si eso es cierto, sin embargo, es por las razones enumeradas por Vance: que los líderes y gobiernos europeos se han alejado de lo que una vez unió a Europa y Estados Unidos, como la libertad de expresión y las elecciones libres y justas, cuyos resultados se promulgan realmente.
El argumento de Scholz sobre el fascismo, el racismo y la amenaza a la democracia es simplemente infundado, si no una inversión de los hechos. Georgescu no ha hecho declaraciones fascistas ni racistas y nunca ha amenazado la democracia. Al contrario, ha afirmado su voluntad de defender la soberanía nacional y la civilización occidental y se ha declarado próximo a las posiciones de la administración Trump, que no son ni fascistas ni racistas.
En 2018, el político de AfD Alexander Gauland dijo que "Hitler y los nazis son solo una mota de caca de pájaro en más de 1.000 años de exitosa historia alemana."
En 2017, Björn Höcke, líder de la AfD en el estado alemán de Turingia, calificó el Memorial del Holocausto de Berlín de "monumento de la vergüenza".
Pero las palabras de Gauland y Höcke no representan la línea del partido AfD. Gauland aclaró sus comentarios sólo unos días después, diciendo:
"Muchos vieron la expresión como una trivialización inapropiada... nada más lejos de mí que permitir que se diera tal impresión... Lamento la impresión resultante. Nunca fue mi intención trivializar o ridiculizar a las víctimas de este sistema criminal".
La razón aducida por la agencia de inteligencia nacional alemana para designar a la AfD como "organización extremista" no es ni el fascismo ni el racismo. De hecho, ni un solo dirigente de AfD defiende posturas fascistas o racistas y, lo que en realidad puede resultar objetable para muchos europeos, es que AfD es "el partido más proisraelí y filosemita" de Alemania.
"Eso no es democracia", dijo el secretario de Estado Marco Rubio sobre la decisión de la agencia de inteligencia interna alemana, "es tiranía disfrazada".
Irónicamente, en Estados Unidos, el Comité Nacional Demócrata (DNC) este mes anuló la elección de David Hogg y Malcolm Kenyatta como vicepresidentes del DNC, aparentemente por "motivos procedimentales". Tras su elección, Hogg había dicho que pensaba recaudar fondos para apoyar a los aspirantes en las primarias de los cargos demócratas en funciones. En junio, el DNC considerará rehacer las elecciones, presumiblemente con la esperanza de obtener un resultado predeterminado. Mientras tanto, muchos demócratas critican sin cesar al Partido Republicano por "destruir la democracia".
Contrariamente a lo que afirmó el ministro francés de Asuntos Exteriores, la libertad de expresión está disminuyendo en Europa, especialmente en Francia. El ex periodista y candidato presidencial Éric Zemmour ha sido condenado en innumerables ocasiones y condenado a fuertes multas simplemente por criticar el Islam y la inmigración musulmana. Su sentencia más reciente tuvo lugar el 26 de marzo de 2025. Tras el asesinato de un joven francés a manos de una banda de musulmanes, Zemmour habló de la presencia en Francia de delincuentes que son "escoria árabe-musulmana". Fue declarado culpable de proferir un "insulto racista".
El novelista Renaud Camus fue condenado en 2014 por incitación al odio por decir que Francia estaba siendo "invadida" por inmigrantes musulmanes.
El canal de televisión francés C8 fue cerrado por la Autoridad Reguladora de la Comunicación Audiovisual y Digital (Arcom), por "falta de diversidad y pluralismo". CNews, otra cadena de televisión francesa, fue multada severamente por Arcom por el mismo "delito" y sigue en riesgo de cierre. En Francia no se permitiría la existencia de ninguna cadena de televisión similar a la estadounidense Fox News.
La libertad de expresión en el Reino Unido, contrariamente a lo que dijo Starmer, está muy amenazada. En los últimos meses, ciudadanos británicos han sido condenados a prisión por publicar mensajes críticos con el islam en las redes sociales, e incluso por rezar cerca de una clínica abortista.
Esta deriva antidemocrática se ha instalado en varios países europeos. Los políticos y partidos que discrepan de la visión del mundo de los funcionarios en el poder se ven cada vez más excluidos de cualquier posibilidad de presentarse a un cargo oficial:
En Alemania, como se ha mencionado, Merz optó por cerrar el paso a la AfD.
En Francia, Marine Le Pen, a quien las encuestas sitúan en primer lugar para las elecciones presidenciales de 2027, fue condenada a cinco años de inelegibilidad electoral y cuatro años de prisión por presunta malversación de fondos públicos. La sentencia debía entrar en vigorinmediatamente, sin que se suspendiera temporalmente la condena a la espera de recurso. Después de que esa decisión provocara un escándalo, el Tribunal de Apelación de París dijo que examinaría el caso y emitiría una sentencia definitiva en el verano de 2026.
Le Pen no malversó fondos públicos. El juez definió como delito que los asistentes a los diputados de la Agrupación Nacional que trabajaban en Estrasburgo también trabajaban en París para el partido. El Movimiento Democrático, partido centrista dirigido por el Primer Ministro francés François Bayrou, hizo exactamente lo mismo que la Agrupación Nacional con los asistentes de sus eurodiputados, pero Bayrou fueabsuelto por un juez.
En los Países Bajos, cuando el Partido por la Libertad (PVV) obtuvo la pluralidad de votos en las elecciones parlamentarias de noviembre de 2023 y su líder, Geert Wilders, intentó formar gobierno, todos los demás partidos políticos se unieron para impedírselo hasta que fue obligado a retirarse.
En Austria, en septiembre de 2024, el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) obtuvo una pluralidad de votos en las elecciones parlamentarias, y su líder, Herbert Kickl, fue impedido de formar gobierno.
En Italia, por otra parte, cuando Hermanos de Italia (FdI) -un partido con políticas similares a las de la Agrupación Nacional francesa, el PVV holandés y el FPÖ austriaco- ganó las elecciones parlamentarias italianas de 2022, su líder, Giorgia Meloni, pudo formar gobierno y ahora es primera ministra. ¿El motivo? Resulta que el Fdl formaba parte de una alianza con otros partidos de centro-derecha. Ahora, Meloni es la única política a la que los principales medios de comunicación europeos tachan despectivamente de "extrema derecha" y que realmente puede disfrutar del resultado de su elección.
La mayoría de los líderes europeos se refieren hoy a los partidos y políticos que desean excluir como " extrema derecha." El término se utiliza para referirse a partidos racistas, xenófobos y autoritarios. Ninguno de los partidos mencionados muestra la menor tendencia al racismo, la xenofobia y el autoritarismo ni la mitad de lo que lo hacen sus oponentes. Los partidos que están siendo desplazados a codazos, según el historiador y escritor Daniel Pipes, no son "nacionalistas", sino patrióticos, "defensivos, no agresivos". Pipes los describe como "civilizacionistas":
"Aprecian la cultura tradicional de Europa y Occidente y quieren defenderla del asalto de los inmigrantes ayudados por la izquierda..... Los partidos civilizacionalistas son populistas, contrarios a la inmigración y a la islamización. Populista significa alimentar agravios contra el sistema y una sospecha de una élite que ignora o denigra esas preocupaciones".
Los ataques a la libertad de expresión se centran en las declaraciones que advierten de que la inmigración masiva y no controlada podría provocar una "gran sustitución demográfica de los europeos nativos, cuyos valores son judeocristianos, por inmigrantes de Oriente Próximo, cuyos valores son básicamente islámicos. El temor generalizado a que los valores islámicos acaben arrollando a los europeos es una opinión condenada por la mayoría de los políticos, los medios de comunicación y la judicatura europeos, a pesar de que la tasa de natalidad musulmana es muy superior a la europea. Este temor se debe también al hecho de que la mayoría de los musulmanes que viven en Europa ni se integra ni parece desear hacerlo, y que la proporción de musulmanes entre los delincuentes en Europa es hoy muy superior a su porcentaje en la población general.
Muchos dirigentes europeos parecen hoy en día ciegos ante las consecuencias de la creciente inmigración y la creciente presencia musulmana en Europa. Desprecian la continua emigración masiva de los musulmanes, su entusiasta tasa de natalidad, y permanecen obstinadamente sordos a las preocupaciones que grita su ciudadanía no musulmana.
Estos dirigentes parecen negarse a ver que se está produciendo un grave cambio demográfico, aunque sea muy visible. También parecen negarse a ver que este cambio demográfico está erosionando rápidamente las culturas tradicionales de Europa.
La inmigración descontrolada procedente del mundo musulmán continúa año tras año en toda Europa Occidental, mientras que la tasa de natalidad de Alemania es de 1,35 por mujer. La cifra de Austria es de 1,58. En Italia, es de 1,31. Para España, es de 1,41. La cifra para Francia es de 1,85. Todos ellos están muy lejos del nivel de reemplazo, que es de 2,1 por mujer.
En todos los países de Europa Occidental, la tasa de natalidad de los musulmanes es significativamentemás alta que la de la población general.
Aunque muchos europeos no conozcan los datos estadísticos, pueden ver con sus ojos que se está produciendo un cambio demográfico, junto con la corrosiva destrucción de sus valores y tradiciones. Votar a partidos "civilizacionistas", ha dicho Zemmour, es la "reacción de la gente que no quiere morir".
La cuestión clave para el futuro de Europa parece ser: ¿Seguirán los partidos "civilizacionistas" excluidos de todo acceso al poder, o lograrán superar las barreras que se están levantando en su camino?
En Rumanía, George Simion, un candidato presidencial cuyas ideas están próximas a las de Georgescu, obtuvo más del 40% de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y tenía muchas posibilidades de ser elegido el 18 de mayo. Inesperadamente, perdió. El vencedor, que contaba con todo el apoyo de la Unión Europea, pasó del 21% en la primera vuelta al 53,6% en la segunda, un rendimiento extraordinario que probablemente haya que analizar.
En Alemania, la AfD se ha convertido ahora en el partido más popular del país. La agencia de inteligencia alemana decidió misteriosamente retirar la etiqueta de extremista a la AfD. En Francia, los sondeos muestran que si Marine Le Pen no puede presentarse, Jordan Bardella, el presidente de la Agrupación Nacional, tiene buenas posibilidades de ser elegido en 2027 a pesar de tener sólo 29 años. En el Reino Unido, el partido Reform UK de Nigel Farage ha obtenido recientemente grandes ganancias en las elecciones locales inglesas. Si las elecciones generales británicas se celebraran pronto, ¿podría probable victoria.
La cuestión de fondo es: ¿Puede detenerse la deriva antidemocrática que se ha apoderado de varios grandes países europeos?
"Las élites europeas", escribió el columnista estadounidense Michael Barone, "parecen haberse convencido de que deben destruir la democracia para salvarla".
¿Será posible salvar la democracia en Europa?
En un artículo reciente, Heather Mac Donald, miembro del Manhattan Institute escribió:
"En todo Occidente, los ciudadanos se rebelan contra el reemplazo demográfico. Se está librando una batalla entre su voluntad y la de las élites. Si los dirigentes alemanes siguen diciendo a una cuarta parte de la población alemana -individuos decentes y respetuosos de la ley- que son, en el mejor de los casos, afines a Hitler y, en el peor, adoradores de Hitler por querer preservar la identidad cultural de Alemania, si esos dirigentes siguen reprimiendo las voces y los votos, o se producirá una alteración masiva en los pasillos del poder y el pueblo será liberado, o los mecanismos de represión serán cada vez más arrolladores.
"Los estadounidenses deberían esperar lo primero".