Horas antes de que, el 30 de junio, se reanudaran las protestas contra el presidente Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes, los cristianos fueron, una vez más, señalados por querer ejercer su derecho cívico a participar en manifestaciones.
En Minya (Alto Egipto), donde viven miles de cristianos, los coptos recibieron cartas amenazantes para que no se unieran a las protestas; si no, sus "negocios, coches, casas, escuelas e iglesias" podrían "incendiarse". El mensaje concluía así:
Si no os preocupa nada de eso, entonces preocupaos por vuestros hijos y por vuestros hogares. Este mensaje se os está enviando con tacto. Pero cuando llegue el momento de la verdad, no lo habrá.
Estaba firmado por "personas fervorosas de la nación".
Las amenazas no se limitaron a unas cuantas cartas anónimas. En una reciente entrevista televisiva, el jeque Esam Abdulamek, miembro del Consejo parlamentario de la Shura, advirtió a los cristianos de que no participaran en las manifestaciones del día 30:
No sacrifiquéis a vuestros hijos, [pues] la opinión pública musulmana no permanecerá callada ante el derrocamiento del presidente [Morsi].
Resulta notable el hecho de que en estas amenazas se señale específicamente a los niños como objetivo: es la forma más fácil y efectiva de castigar a esos arrogantes coptos que creen que también ellos tienen derecho a protestar, junto a otros millones de egipcios, contra los Hermanos Musulmanes y contra Morsi. Las amenazas no son en vano: desde la llegada al poder de Morsi y los Hermanos Musulmanes, ha aumentado el número de niños coptos objeto de ataques. Sobre todo las niñas, a las que se secuestra, viola, intimida para que conviertan al islam y luego para que se casen con sus violadores. Cada vez más niños coptos son secuestrados a las puertas de las iglesias y retenidos a la espera de un rescate. Recientemente, un niño cristiano de seis años fue asesinado por su secuestrador después de que la familia de la criatura pagara el rescate. (Aquí pueden leer más sobre la yihad contra los niños cristianos egipcios).
El número de personalidades musulmanas que han amenazado a los cristianos egipcios es significativo: en diciembre de 2012 Safuat Hegazy, un destacado predicador de los Hermanos Musulmanes, amenazó a todo cristiano que se atreviera a votar en contra de la Constitución, fuertemente influida por la sharia, de Morsi. En este vídeo se ve a Hegazy decir:
Un mensaje a la iglesia de Egipto de un musulmán egipcio: le digo a la Iglesia -por Alá, y, de nuevo, por Alá- que, si conspira y se une a los despojos [la oposición] para derribar a Morsi, la cuestión será otra [gritos de "¡Alá es grande!", "¡Nuestra alma, nuestra sangre, te damos, oh islam!"] (…) Hay líneas rojas, y la nuestra es la legitimidad del Dr. Mohamed Morsi. A quien salpique agua sobre él, nosotros le salpicaremos con sangre" [más gritos enfervorecidos de "¡Alá akbar!"].
Por esas mismas fechas, el Dr. Wagdi Goneim -que anteriormente había alabado a Alá por la muerte de Shenuda, el anterior papa copto, al que maldijo en un vídeo deseándole el infierno y la condenación- grabó otro vídeo, titulado "Aviso y advertencia a los cruzados en Egipto", una referencia a los cristianos de la nación, los coptos, en el que comenzaba diciendo:
Estáis jugando con fuego en Egipto. Lo juro, los primeros que seréis quemados por el fuego seréis vosotros.
El núcleo del mensaje de Goneim era genocida:
El día en que los egipcios -y no me refiero siquiera a los Hermanos Musulmanes o a los salafistas, sino a los egipcios corrientes- sientan que estáis en su contra, seréis borrados de la faz de la Tierra. Os estoy avisando ahora: no juguéis con fuego (…) ¿Creéis que América os va a proteger? Seamos claros: no lo hará. Si fuera a hacerlo, habría protegido a los cristianos de Irak cuando estaban siendo masacrados.
Hace pocos meses, mientras comentaba las protestas que se estaban produciendo contra Morsi, el jeque Abdulá Badr, erudito de Al Azhar y profesor de exégesis islámica, afirmó lo siguiente en una emisión en directo:
Juro por Alá que… el día que quienes salieron [a protestar], encabezados por los cristianos… lo digo con toda la fuerza de mi voz… el día que crean que se acercan al Dr. Morsi, yo… nosotros… les sacaremos los ojos, y [a] todos los que les apoyan, incluso de América. Y América arderá, con todos sus habitantes. Tenedlo por seguro, el día en que una mano cualquiera, relacionada con quien sea, toque al Dr. Morsi, por Alá que ese día será el último para nosotros. No los dejaremos, ni les mostraremos clemencia alguna.
De todos los ciudadanos de Egipto, los más antiguos, los cristianos coptos, son también los más discriminados, a los que se niega la igualdad de derechos en mayor medida. Es éste un recordatorio revelador de cómo entró el islam en Egipto, con la espada y la violencia, y de por qué la mayoría de los cristianos, a lo largo de los siglos, se convirtió: seguir siendo cristiano era seguir siendo un ciudadano de tercera categoría, apenas tolerado, que pagaba impuestos extraordinarios, la yizia, y a quien se negaba cualquier tipo de igualdad con los musulmanes.
Por desgracia, no sólo algunos líderes musulmanes insisten en que los cristianos egipcios no tienen derecho a protestar, sino que, al parecer, también lo hace la actual Administración estadounidense. Días antes de las manifestaciones del 30 de junio, la embajadora Anne Patterson pidió al papa copto que instara a sus fieles a no unirse a las manifestaciones, dando así validez a la postura de la sharia respecto a los cristianos subyugados: éstos nunca deben quejarse de sus señores musulmanes; en este caso, de Morsi y la Hermandad.