En Italia, en el último mes, aumentó el número de inmigrantes llegados desde África. El centro de recepción de inmigrantes de la isla de Lampedusa, la primera línea en la crisis migratoria de Italia, está ahora en estado de "colapso" a causa del rápido aumento de las llegadas. Todo el sur de Italia está ahora intentando lidiar con los inmigrantes. En la imagen: inmigrantes que cruzan desde Libia a Europa esperan a ser rescatados por un barco de tripulantes del Migrant Offshore Aid Station Phoenix el 18 de mayo de 2017 frente a Lampedusa, Italia. (Foto de Chris McGrath/Getty Images) |
Al describir Italia, Gerald Baker, exeditor jefe del Wall Street Journal, escribió hace poco:
"En gran parte del país (...) la despoblación está avanzando. Se han movido a los espacios vacíos olas de inmigrantes, muchos del norte de África y Oriente Medio. Los inmigrantes han llenado vacíos fundamentales en la fuerza laboral, pero la transformación de las ciudades italianas ha dejado cada vez más ciudadanos resentidos, temerosos por su identidad."
Después llamó a esta transformación "una especie de declive occidental pionero". Los efectos de la inmigración masiva ya son radicalmente visibles en muchas escuelas de primaria de Italia. Sólo en los últimos días, han salido a la luz ejemplos de dos grandes ciudades.
El primero fue en Turín, la cuarta ciudad mayor de Italia, donde ahora hay escuelas de primaria sin siquiera un solo niño italiano: "En todas las clases —explicó la directora de colegio Aurelia Provenza—, el porcentaje de extranjeros es muy alto, equivalente al 60% del número total de alumnos".
El segundo ejemplo procede de Bolonia. "En el jardín de infantes de mi hijo hay un grave problema de integración. Tengo que llevármelo", dice Mohamed, un marroquí de 34 años que llegó a Italia cuando tenía 4 años.
"No quiero considerarme racista, yo mismo que soy marroquí, pero el Ayuntamiento debe saber que la integración no se consigue poniendo más de 20 niños extranjeros en las clases."
En el momento de la matrícula, explicó Mohamed, había visto dibujos con banderas de todas las nacionalidades en la escuela, pero "cuando llegó al colegio el primer día, nos encontramos en una clase donde todos los niños eran extranjeros. Los profesores incluso tienen dificultades para pronunciar el nombre de los niños".
Ahora hemos llegado a una paradoja: los inmigrantes están sacando a sus hijos de las clases donde está aumentando la segregación bajo el multiculturalismo. "El rendimiento escolar cae cuando las clases superan el 30% de extranjeros; es un umbral crucial que se debe evitar o vigilar", dijo Costanzo Ranci, profesor de Sociología Económica y autor de un reciente informe.
Los dos casos anteriores han sido objeto de mucho debate público. En Italia, en el último mes, el número de inmigrantes llegados desde África aumentó tras haber descendido durante la mayor parte de los dos últimos años. El centro de recepción de inmigrantes de la isla de Lampedusa, la primera línea en la crisis migratoria de Italia, está ahora en estado de "colapso" a causa del rápido aumento de las llegadas. Todo el sur de Italia está ahora intentando lidiar con los inmigrantes.
Según las proyecciones de la División de Población de la ONU, la población del África subsaharianas será del doble en treinta años, sumando mil millones de personas más y representando más de la mitad del crecimiento de la población mundial entre hoy y 2050. Italia, que ya tiene la tercera mayor población de inmigrantes de Europa, está experimentando una crisis "insoportable" y se enfrenta a un verdadero riesgo de "africanización", como lo llamó Stephen Smith en su libro, The Scramble for Europe (La desbandada de Europa).
Hay muchas voces de preocupación. El cardenal Robert Sarah, autor de un nuevo libro, The Day Is Now Far Spent (Ya se ha agotado el tiempo), sobre la crisis de Occidente, compara el actual influjo de inmigrantes a las invasiones bárbaras que acabaron con el Imperio romano. Si las políticas migratorias de Europa no cambian, advierte Sarah, Europa será "invadida por extranjeros, como Roma fue invadida por bárbaros".
Si Europa desaparece, y con él los incalculables valores del Viejo Continente, el islam invadirá el mundo y cambiaremos completamente nuestra cultura, nuestra antropología y nuestra visión moral.
Un think tank italiano, Fondazione Fare Futuro, también predijo que, debido a la inmigración masiva y a las distintas tasas de natalidad de los cristianos y los musulmanes, al final del siglo la mitad de la población italiana podría ser musulmana. En sólo diez años, el número de inmigrantes en Italia aumentó el 419%.
La población nativa italiana ya se está reduciendo rápidamente. Sin los extranjeros, los nativos italianos morirían cada año a un ritmo del doble (615.000) de los nacimientos (380.000). Eurostat, la oficina de estadística oficial europea, calcula que para 2080, una quinta parte de los italianos será de origen inmigrante (11 millones de los 53 millones de Italia).
Un reciente informe de la oficina de estadística nacional italiana señaló que el país está en una "recesión demográfica" que no se veía desde la Primera Guerra Mundial, y 250.000 jóvenes italianos han huido del país. "Italia exporta jóvenes licenciados e importa inmigrantes", escribió Il Giornale. Se espera que Italia pierda el 17% de su población para 2050 y —sin la inmigración, incluso—, la mitad para finales de siglo.
Un informe de Cáritas-Migrantes documentó hace poco que, desde 2014, el descenso del número de italianos es equivalente a la población de una gran ciudad italiana, por ejemplo, Palermo (677.000). Sin embargo, este radical descenso no ha sido ni mucho menos compensado por los inmigrantes.
La inmigración vuelve a ser una cuestión política. Sólo unas semanas después de formar gobierno con el Movimiento Cinco Estrellas, el Partido Demócrata está promoviendo la llamada "ciudadanía por derecho de nacimiento", una promesa de revertir la estricta política migratoria del exministro del Interior, Matteo Salvini. En latín, a este derecho a la ciudadanía se le llama ius culturae. La nueva ley permitiría a los menores de 12 años extranjeros convertirse en ciudadanos tras sólo cinco años en un colegio de Italia. El proyecto de ley lo está defendiendo Laura Boldrini, expresidenta del Parlamento italiano, autora de estas famosas declaraciones: "El estilo de vida de los inmigrantes será el nuestro". ¿Se integrarán los italianos, en estas escuelas de primaria, en la nueva cultura de los inmigrantes?
El actual Gobierno sabe perfectamente lo que está en juego. "Desde ahora a 2050 y 2060, tendremos que enfrentarnos a la cuestión histórica de los 50 o 60 millones de personas que llegarán al mundo Mediterráneo", dijo hace poco la diputada Nicola Morra, miembro de la mayoría gubernamental.
El gobierno se está jugando literalmente el futuro de Italia.
Italia es el país europeo más expuesto a la presión migratoria de África. Con una población nativa que ya se está reduciendo, si Italia se abre a la legalización general de los inmigrantes, deberíamos al menos ser conscientes de que será un suicidio cultural.