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El grupo terrorista Hamás, respaldado por Irán, habría expresado su disposición a ceder el control de la Franja de Gaza a la Autoridad Palestina (AP), dirigida por Mahmud Abbas.
Esta garantía, sin embargo, no significa que los yihadistas palestinos estén dispuestos a deponer las armas o a desmantelar su ala militar, las Brigadas Ezzedin Al Qasam.
Hamás quiere que la AP vuelva a la Franja sólo para pagar salarios y financiar diversos proyectos, incluida la reconstrucción de la devastación. Ese acuerdo seguiría eximiendo a Hamás de sus obligaciones y responsabilidades para con los dos millones de residentes gazatíes y le permitiría rearmarse, reagruparse y reconstruir sus capacidades militares.
Poco después de que saliera a la luz el informe sobre la supuesta voluntad de Hamás de renunciar al control de Gaza, uno de los altos cargos del grupo, Osama Hamdan, afirmó que su grupo no tiene intención de deponer las armas ni de poner fin a su dominio sobre el enclave costero. Los dirigentes, subrayó además, no abandonarán la Franja.
"La cuestión de las armas y los dirigentes de la resistencia no es negociable", declaró Hamdan a la cadena de televisión Al-Jazeera, propiedad de Qatar y portavoz voluntario de Hamás. También amenazó con que la organización armada rechazaría la entrada al territorio de cualquier partido no palestino. "Cualquiera que quiera sustituir a Israel, trataremos con él como si fuera Israel", dijo Hamdan. "Sencillamente, cualquiera que quiera trabajar en nombre de Israel [en la Franja de Gaza] tendrá que asumir las consecuencias de ser un agente israelí".
La amenaza del funcionario de Hamás se dirige no sólo contra la AP de Abbas, sino también contra los países árabes que pudieran estar considerando implicarse en la administración de Gaza tras la guerra, que comenzó el 7 de octubre de 2023 cuando el grupo terrorista invadió Israel, asesinando a 1.200 israelíes e hiriendo a otros miles. Otros 251 israelíes fueron secuestrados y mantenidos como rehenes por terroristas de Hamás, así como por palestinos "de a pie".
Ningún país árabe aceptará desempeñar papel alguno en el gobierno del enclave mientras los terroristas sigan manteniendo una presencia armada. Lo mismo se aplica a la AP, que fue expulsada de allí en 2007. Ese año, Hamás dio un violento y brutal golpe de Estado en el que murieron decenas de leales al partido.
Desde el inicio del alto el fuego entre Israel y Hamás, pactado con mediación de Estados Unidos en enero, la Autoridad Palestina y los Estados árabes, así como el resto del mundo, han sido testigos del resurgimiento de los terroristas enmascarados de Hamás y de la Yihad Islámica Palestina (PIJ) en las calles de la Franja. Su presencia pretende enviar un mensaje a la AP y a los países vecinos de que, a pesar de las numerosas bajas sufridas durante la guerra, mantienen el control. Aquellos grupos afirman que no permitirán que otras fuerzas armadas tomen el control de la Franja.
Si eso ocurriera, Irán perdería uno de sus bastiones importantes en Oriente Próximo. El régimen de los mulás ya ha perdido un aliado estratégico con el colapso de Bashar Asad. Además, como resultado de las operaciones militares y de seguridad de Israel en los últimos 16 meses, su peón en el Líbano, Hezbolá, se ha visto gravemente debilitado. Perder Gaza sería, por tanto, otro duro golpe para el régimen iraní, cuyo objetivo declarado es aniquilar a la "entidad sionista."
Del mismo modo, los patrocinadores y financiadores de Hamás en Qatar, que vienen respaldándolo hace tiempo, harán todo lo posible para garantizar que el grupo terrorista permanezca en el poder.
Las declaraciones de Hamdan son un claro indicio de que los suyos pretenden mantener el dominio sobre la Franja a cualquier precio. También son una señal de que están decididos a continuar sus ataques contra Israel.
Como señaló Ahmed Fouad Alkhatib, antiguo residente en Gaza e investigador principal del Atlantic Council:
"Es oficial, Hamás quiere la guerra y rechaza preventivamente las propuestas egipcias y árabes para [la reconstrucción de] Gaza.... [Hamdan] dice que:
1- Hamas ganó, y la idea de la resistencia salió victoriosa.
2- Irán ayudó a la resistencia y tendrá un papel en el futuro, mientras que quienes evitaron hacerlo no pueden esperar ahora desempeñar un papel (se refiere a los países árabes).
3- A Hamás, que aportó logros sin precedentes, no se le puede decir que no formará parte del proyecto nacional palestino.
4- Cualquiera que quiera actuar en nombre de Israel o en su lugar será tratado como tal y tendrá que atenerse a las consecuencias de ello (se refiere a cualquier acuerdo de seguridad que implique fuerzas de la AP, tropas árabes o internacionales).
5- Hamás no discutirá el desarme, la salida de sus líderes [de Gaza], ni desaparecerá de la escena y no se irá ni pagará ningún precio por la reconstrucción.
6- Hamás y el resto de la resistencia cuentan con Irán, Turquía y África (refiriéndose principalmente a Sudáfrica) como aliados para proporcionar apoyo.
7- Hamas reconstruirá sus capacidades en Gaza y las ampliará aún más, siendo su ventaja más crucial que puede abofetear (atacar) a Israel cuando quiera.
Este es un acontecimiento significativo, que tiene inmensas implicaciones para la población de Gaza, la región, el plan de Trump y lo que se va a desarrollar en un futuro próximo".
Sami Abu Zuhri, otro alto cargo de Hamás, dijo esta semana que su grupo no se va a ninguna parte. Añadió además que el esfuerzo de Israel por derrocarlo ha fracasado, y amenazó con lanzar más ataques contra israelíes:
"Le decimos a [el primer ministro israelí Benjamin] Netanyahu: somos capaces de darle una lección tras otra. Hamás permanecerá [en el poder]".
La Administración Trump y el resto de la comunidad internacional deben tomarse en serio las amenazas de Hamás. Sus líderes (la mayoría de los cuales viven en países árabes e islámicos) están diciendo básicamente que no se creen las palabras del presidente estadounidense sobre querer apartarlos del poder. Ignorar sus intimidaciones terroristas resultará en más masacres de israelíes como la del 7 de Octubre.
Cualquier acuerdo que permita a Hamás permanecer en el poder sería desastroso para Israel, los palestinos y los Estados árabes en la mira del eje de resistencia de Irán. También socavaría la credibilidad de la Casa Blanca a ojos de muchos en Oriente Medio. Parecerá como si la Administración sólo sirviera para hacer amenazas vacías.
No debería haber una reconstrucción de la Franja de Gaza mientras los peones iraníes sigan en el poder. La idea de permitir que la Autoridad Palestina regrese como un organismo civil que paga salarios y financia proyectos debe ser rechazada por el Gobierno de Trump.
Incluso si se permite a la AP desplegar sus propias fuerzas de seguridad en la Franja, eso no significa que pueda desarmar a Hamás y a otros grupos terroristas. No lo hizo cuando tuvo el control del territorio entre 1994 y 2007, la suposición de que lo haría ahora es catastróficamente errónea.