Entre los libaneses y otras gentes del mundo árabe hay cada vez más preocupación por que Irán explote la crisis política, económica y financiera que vive el País del Cedro para hacerse con el control definitivo del mismo. Irán ya está presente política y militarmente en el Líbano por medio de su agente terrorista local, Hezbolá. En la imagen (fuente: khamenei.ir), el Líder Supremo de Irán, ayatolá Alí Jamenei, con Hasán Nasrala, líder de Hezbolá. |
Entre los libaneses y otras gentes del mundo árabe hay cada vez más preocupación por que Irán explote la crisis política, económica y financiera que vive el País del Cedro para hacerse con el control definitivo del mismo.
Irán ya está presente política y militarmente en el Líbano por medio de su agente terrorista local, Hezbolá. No obstante, puede que la crisis actual le facilite su objetivo de añadirle a su lista de países ocupados, en la que ya figuran Siria, Irak y el Yemen.
"El Líbano está colapsando" lleva semanas siendo tendencia en plataformas sociales como Twitter. Numerosos libaneses y árabes están utilizando ese lema para describir la penosa situación económica y financiera del país y advertir de la injerencia iraní en sus asuntos internos. Parecen temer que los mulás iraníes instiguen la inestabilidad y el caos como lo han hecho en Irak, el Yemen y Siria.
«El pueblo libanés se muere", sentencia la libanesa Marianne Musaya. «Sin medicamentos, sin hospitales, sin electricidad ni agua, y con un poder adquisitivo prácticamente inexistente".
"Los libaneses están desesperados, y no creen que a corto plazo vaya a haber buenas noticias", sostiene Ferhat Tutkal, estudiante de posgrado de Relaciones Internacionales en la Universidad Americana de Beirut. "El país padece una fuga de cerebros, la gente con preparación huye a países desarrollados que ofrecen una vida mejor. También es posible una emigración en masa en el futuro si la crisis no remite. Ese estado de cosas puede afectar a los equilibrios regionales y causar otros problemas".
El escritor egipcio Alí Masud cree que los libaneses han comprendido por fin que Irán y su agente terrorista local Hezbolá están llevando el país a "la incertidumbre, la humillación y el hambre". Por su parte, el analista iraquí Faruk Yusef sostiene que "el Líbano está en su peor momento. Para muchos, ya no existe. Buena parte de la comunidad internacional ya no trata al Líbano como un Estado independiente y soberano. Es un protectorado iraní. Pero sarcásticamente Hezbolá llama al mundo a que salve al Líbano".
Yusef hace escarnio del llamamiento de algunos líderes libaneses a Arabia Saudí y los demás Estados del Golfo a que rescaten al Líbano, y dice que dicha petición de ayuda deberían dirigirla más bien a Irán, directamente responsable de la crisis del país. «El Líbano seguirá privado de medios de vida porque Irán, que ha reforzado su control sobre el país, está determinada a llevarlo a la aniquilación", escribe Yusef, y añade que si hubieran sido conscientes de que Hezbolá iba a utilizar el Líbano como plataforma desde la que atacar Israel y a acabar sin electricidad, agua y medicinas, habrían preferido que Israel siguiera en el país.
El abogado Roger Edde, presidente del Partido de la Paz, advierte de que el Líbano seguirá siendo un "Estado fallido" mientras siga "ocupado" por Irán. "No hay un atisbo de esperanza, a menos que el Consejo de Seguridad [de la ONU] declare que el Líbano es un Estadio fallido ocupado por Irán y sus peones".
Haciéndose eco del mismo sentimiento, la también libanesa Rita Balán acusó a Hezbolá de trabajar para "perpetuar la ocupación [iraní]". A juicio de Balán, Irán y Hezbolá han llevado al Líbano de vuelta a la edad de piedra y los libaneses están sufriendo "aislamiento, privaciones y humillación".
El destacado escritor y analista político Abdelwahab Badraján, ex subdirector del diario londinense en lengua árabe Al Hayat, afirma que el Líbano "ha entrado en una fase de peligro inminente grave, no sólo porque sigue despeñándose política, económica y socialmente, sino sobre todo porque la toma iraní del país ha quedado confirmada". Asimismo, Badraján cree que Irán y sus seguidores libaneses han elegido "prolongar la crisis financiera y económica para facilitar la entrega" del país a la República Islámica. A su juicio, la comunidad internacional no ha sabido ver que el Líbano estaba en trance de caer en manos de Irán.
El escritor saudí Mishary Dhayidi hace a Irán responsable de los disturbios y la inestabilidad en una serie de países árabes, empezando por el Líbano. "Lo que está sucediendo en Irak y el Líbano y el empeoramiento de los servicios públicos y las infraestructuras –electricidad, combustible, alimentos, medicinas, seguridad, el predominio de las milicias sobre el Estado– es culpa del régimen jomeinista iraní", ha escrito. Asimismo, cree que la Administración Biden debe tomar nota de que la amenaza nuclear iraní no es el único problema. "Irán ya es muy peligroso sin armas nucleares", aduce. "La región está padeciendo caos y agitación por parte de fuerzas fundamentalistas que amenazan a todos los países árabes sin excepción".
El periodista libanés Jairalá Jairalá dice que Irán está utilizando el Líbano, el Yemen, Siria e Irak como "cartas regionales" para presionar a la Administración Biden a fin de que retome el acuerdo nuclear de 2005 y levante las sanciones que le impuso la Administración Trump. "Irán cree que tiene sus bazas y que la Administración norteamericana debería ceder. La cuestión sigue siendo cómo afrontará la comunidad internacional la situación en el Líbano".
Cuando Jairalá y otros árabes hablan de la comunidad internacional, se están refiriendo específicamente a la Administración Biden.
Los árabes se muestran claramente preocupados por la percibida apatía de EEUU y otras potencias occidentales ante el plan iraní para extender su control sobre el Líbano. Parecen especialmente alarmados por que el Líbano corra la misma suerte que Irak, Siria y el Yemen, países desgarrados por años de guerra civil por culpa de los continuos esfuerzos iraníes por exportar el terrorismo y la "revolución islámica" a los países árabes.
El mensaje que tantos analistas árabes están enviando a la Administración Biden es que los mulás de Teherán son doblemente peligrosos, pues aspiran no solo a desarrollar armas nucleares sino a ocupar países árabes.