Las declaraciones realizadas por los dirigentes y portavoces de Hamás y de la Yihad Islámica tras el anuncio esta semana del acuerdo de alto el fuego a largo plazo con Israel nos sirve como recordatorio de sus verdaderas intenciones y estrategia.
En el transcurso de los dos últimos meses, ambos grupos. junto a diversas facciones armadas de la Franja de Gaza, anunciaron reiteradamente que su principal objetivo era acabar con el "asedio" sobre la Franja de Gaza y construir sus propios puerto y aeropuerto.
Durante las conversaciones de alto el fuego en El Cairo, los grupos palestinos insistieron reiterada y tenazmente en que cumplir esas demandas, así como abrir todos los pasos fronterizos con la Franja de Gaza, eran las únicas formas de acabar con la violencia y llegar a un acuerdo estable de alto el fuego con Israel.
Sin embargo, es importante señalar que esas exigencias de alto el fuego no forman parte de la estrategia general de Hamás ni de la de la Yihad Islámica, es decir: borrar a Israel de la faz de la tierra.
Hamás y sus aliados de la Franja no sólo están luchando por un aeropuerto y un puerto, ni tampoco por la reapertura de todos los pasos fronterizos con Israel y Egipto.
Durante esta guerra, muchos parecen haber olvidado que Hamás y la Yihad Islámica, en realidad, combaten para "liberar Jerusalén y a toda Palestina". Ambos grupos jamás han reconocido el derecho de Israel a existir, y siguen oponiéndose a cualquier intento de hacer las paces con la "entidad sionista".
Muchos periodistas extranjeros llegados a la Franja para cubrir la guerra tenían la falsa impresión de que ésta era para mejorar las condiciones de vida de los palestinos de Gaza mediante la apertura de los pasos fronterizos y la construcción de un puerto y un aeropuerto. Esos periodistas creían realmente que, una vez se aceptaran las demandas de Hamás y de la Yihad Islámica, ello allanaría el camino para la paz entre palestinos e israelíes,
Pero esos periodistas, como muchos otros miembros de la comunidad internacional, no miraron el cuadro general ni consideraron el contexto del conflicto. Es más, la mayoría de ellos ni siquiera pareció escuchar lo que Hamás y la Yihad Islámica habían estado declarando antes y después de la guerra: que su verdadero objetivo es "liberar toda Palestina".
Puede que la Operación Margen Protector haya concluido, pero el sueño de destruir a Israel sigue vivo. Incluso si Hamás y la Yihad Islámica llegaran a conseguir sus propios puerto y aeropuerto, es evidente que ambos grupos están más decididos que nunca a proseguir su lucha para eliminar a Israel, sobre todo en vista del hecho de que sienten que han salido victoriosos de la guerra.
El alto el fuego gestionado por Egipto puede darles algo de calma a israelíes y palestinos en el futuro inmediato, sobre todo tras el duro golpe sufrido por Hamás y la Yihad como consecuencia de la masiva operación militar israelí.
De hecho, el movimiento islamista y sus aliados ahora estarán ocupados reparando los daños en la Franja de Gaza. Pero también seguirán educando a nuevas generaciones de palestinos en la glorificación del terrorismo y de la yihad, con la esperanza de que lograr la destrucción de Israel, a quien consideran un cuerpo extraño implantado en Oriente Medio por potencias colonialistas.
Para comprender las verdaderas intenciones de Hamás y de sus aliados, basta con seguir las declaraciones realizadas por sus dirigentes tras el anuncio de alto el fuego a comienzos de esta semana. Evidentemente, éstas muestran que el Movimiento de Resistencia Islámico y la Yihad Islámica consideran que su victoria en Gaza es un primer paso para "liberar toda Palestina". También demuestran que estos grupos pretenden servirse del nuevo alto el fuego para proseguir con sus preparativos y acumular más armas para lo que denominan "la madre de todas las batallas: liberar Palestina".
El líder de la Yihad Islámica, Ramadán Shalah, fue una de las primeras figuras en declarar las verdaderas intenciones de su organización. Horas después del anuncio de alto el fuego, Shalah, residente en el Líbano, declaró:
La guerra no ha terminado. Seguirá de otras formas y con otros métodos.
Prosiguió, advirtiendo a los palestinos en contra de reanudar las negociaciones con Israel; afirmó que los Acuerdos de Oslo ahora estaban "enterrados bajo los escombros de la Franja de Gaza", y que los palestinos, a partir de ahora, sólo debían apoyar "el camino de la resistencia".
Al día siguiente, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, salió del búnker en el que se había refugiado durante la guerra para declarar:
Ahora Gaza se está preparando para la batalla de la liberación absoluta.
Dijo a los partidarios de su movimiento, durante un mitin de "victoria" en Gaza City, que "Gaza ha allanado el camino para llegar a Jerusalén y a la mezquita de Al Aqsa".
A su favor hay que decir que Haniyeh nunca ha ocultado el deseo de Hamás de destruir a Israel. Tan sólo días antes de la guerra declaró, en un discurso a escolares que acudían a un campamento de verano de su organización, que su estrategia es "liberar el territorio de Palestina". Añadió:
Estemos en el Gobierno [palestino] o fuera de él, seguiremos educando e instando para que se libere toda Palestina y para que se establezca un Estado palestino en todo su territorio.
Para quienes no lo sepan, Haniyeh, de hecho, no hacía más que repetir la carta fundacional de Hamás, que no acepta el derecho de Israel a existir en cualquier parte de lo que se considera territorio de propiedad musulmana.
Otro dirigente de Hamás, Mahmud Zahar, fue aún más lejos al instar al establecimiento de un "Ejército de Liberación de Palestina" tras la victoria lograda por su movimiento y por otros grupos palestinos durante la guerra.
Un portavoz de Hamás y de diversos grupos palestinos que participaron en la lucha contra Israel ofreció más pruebas de que esta guerra no era por pasos fronterizos ni por mejorar las condiciones de vida de los gazatíes.
En una conferencia de prensa al día siguiente del anuncio de alto el fuego, Abu Obaida, portavoz del brazo armado de Hamás, las Brigadas de Izedín al Qasam, declaró:
Gaza ha ganado porque ha revivido las esperanzas de mil millones y medio de árabes y musulmanes de que el camino a Jerusalén ahora esta abierto, y cuanto necesitamos es estar unidos y tener una sola voluntad.
Así que, para Hamás y sus aliados, la guerra en la Franja de Gaza no es simplemente por el cierre de unos pasos fronterizos o por la libertad de movimientos. En cambio, consideran a la guerra de Gaza como parte de su estrategia para destruir a Israel. Lo que están diciendo en realidad es: "Dadnos fronteras abiertas, un puerto y un aeropuerto para que podamos usarlos para preparar la próxima guerra contra Israel".