El presidente Mahmud Abás y los dirigentes de la OLP en la Margen Occidental amenazan, una vez más, con interrumpir la cooperación en cuestiones de seguridad con Israel; en esta ocasión, como protesta por la victoria de Benjamín Netanyahu y del Likud en las elecciones generales israelíes del pasado 17 de marzo.
Esta última amenaza tuvo lugar en Ramala durante una reunión de líderes de la OLP, presidida por Abás, en la que se discutió el resultado de las elecciones israelíes.
En la reunión, los dirigentes de la organización decidieron solicitar a los mandos de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina en la Margen Occidental que elaboraran un "plan detallado" para interrumpir la coordinación de la seguridad con Israel.
Poner fin a esa coordinación supone que Abás y la OLP estarán allanándole el camino a Hamás para que extienda su control desde la Franja de Gaza hasta la Margen Occidental. Con ello, los palestinos tendrán otro Estado islamista que pretenda la destrucción de Israel.
Lo que el rais y los dirigentes de la OLP están diciendo en la práctica es: "No nos gustan los resultados de las elecciones, y por eso vamos a facilitarle a Hamás que se haga con la Margen Occidental".
Lo único que, hasta ahora, ha frustrado los planes de Hamás para dar un golpe de Estado contra el régimen de Abás en la Margen es la coordinación de la seguridad entre Israel y la Autoridad Palestina.
De no ser por ella, el presidente habría sido expulsado del poder hace años, como sucedió en 2007, cuando Hamás los echó a él y a su AP de la Franja de Gaza. Incluso altos cargos palestinos reconocen que Abás no conservaría el poder sin la coordinación con Israel.
Pero ahora tanto el rais como la OLP han decidido responder a la victoria de Netanyahu no sólo interrumpiendo la coordinación de la seguridad, sino intensificando sus esfuerzos por aislar y deslegitimar a Israel ante la comunidad internacional.
También han decidido iniciar un amplio diálogo con Hamás y la Yihad Islámica. Estos dos grupos pretenden destruir Israel y se oponen a todo proceso de paz en Oriente Medio.
En otras palabras: Abás ha decidido unir sus fuerzas a las de los enemigos de la paz, simplemente porque no le gustan los resultados de las elecciones israelíes.
La decisión de acercarse a Hamás y a la Yihad Islámica implica que considera que ambas organizaciones son actores legítimos en la escena palestina y socios para un futuro Estado palestino. Éste es el mismo Abás que en los últimos años ha estado avisando de los reiterados intentos de Hamás de llevar a cabo un golpe contra él en la Margen Occidental.
La Autoridad Palestina, en un principio, respondió a los resultados electorales amenazando con proseguir con su iniciativa de presentar cargos por "crímenes de guerra" contra Israel ante la Corte Penal Internacional. Ahora, la AP y los líderes de la OLP han dado un paso más al amenazar con cortar los vínculos económicos y de seguridad con Israel.
Estas amenazas pretenden, de manera primordial, asustar a la comunidad internacional para que le conceda más ayuda económica y apoyo político a la AP. Además, buscan poner al mundo en contra de Israel para que éste se vea obligado a acceder a las exigencias de Abás y se retire tras las fronteras de 1967.
Abás ha elegido ponerse de parte de Hamás y de la Yihad Islámica, con lo que facilita el sueño de estas dos organizaciones de hacerse con la Margen Occidental. Esta alianza también podría tener como resultado nuevos ataques terroristas contra Israel, porque ambos movimientos islamistas podrían interpretar el discurso y las acciones antiisraelíes de Abás como luz verde para tales ataques.
El acercamiento de Abás a los islamistas no hace más que confirmar los temores de muchos israelíes de que la Margen Occidental caerá en manos de aquéllos una vez Israel se retire de la zona.
Sin embargo, la decisión del presidente de la Autoridad Palestina de librar una campaña diplomática y política contra Israel en la escena internacional no hará que los palestinos estén más cerca de lograr sus aspiraciones.
Abás y la comunidad internacional, sobre todo la Administración estadounidense, están ignorando el hecho de que los palestinos ya poseen dos mini Estados separados en la Margen Occidental y la Franja de Gaza.
La solución de los dos Estados nació el día que Hamás echó a Abás de la Franja de Gaza y convirtió ésta en un emirato islamista. Al final, los palestinos tienen dos Estados que están en guerra el uno con el otro.
Ahora, al unir sus fuerzas con las de Hamás y la Yihad Islámica, Abás está allanando el camino para que la Margen Occidental se convierta en otro Estado islamista.