En el vocabulario de Hamás, lanzar cohetes y cometas incendiarias a las granjas y pueblos israelíes próximos a la frontera con la Franja de Gaza es "resistencia pacífica". En la imagen, los bomberos intentan extinguir un incendio en un campo de trigo en Nahal Oz (Israel), cerca de la frontera con Gaza, después de que impactara en él una cometa incendiaria lanzada por palestinos desde Gaza (15 de mayo de 2018). (Imagen: Lior Mizrahi/Getty Images). |
¿Ha aceptado por fin Hamás, la organización terrorista palestina que gobierna la Franja de Gaza, la solución de dos Estados y abandonado su objetivo de destruir a Israel?
El 20 de julio, los titulares de algunos medios árabes dieron la impresión de que Hamás había cambiado de política y ya no perseguía la aniquilación de Israel. Más llamativamente, hacían parecer que Hamás estaba presentando un nuevo plan para la paz con Israel.
Citando declaraciones de Ismaíl Haniyeh, líder de Hamás, varios medios árabes publicaron titulares que sugerían que la organización terrorista está ahora a favor de la solución de dos Estados: "Hamás no se opone a la creación de un Estado [palestino] en las fronteras de 1967", proclamaban.
Haniyeh hizo esas declaraciones durante una entrevista por videoconferencia con periodistas turcos en Estambul. La entrevista la organizó una asociación llamada Palestinian Forum for Communication and Media, que se describe como una "organización periodística independiente cuyo objetivo es mejorar la comunicación entre los medios árabes e internacionales para apoyar la causa palestina".
Aunque las declaraciones de Haniyeh daban al principio la impresión de un drástico cambio de política de Hamás –de buscar la destrucción de Israel a aceptar la solución de los dos Estados–, quedó claro enseguida, al leer el resto de sus comentarios, que no ha habido cambio alguno.
Haniyeh se preocupó de aclarar que aceptar un Estado palestino en las "fronteras" anteriores a 1967 no significa que Hamás reconozca el derecho a existir de Israel. "Hamás no se opone a la creación de un Estado en las fronteras de 1967, pero insiste en no reconocer la ocupación israelí del resto de los territorios palestinos", según declaraciones citadas del líder de Hamás a los periodistas turcos.
Hay que reconocerle a Haniyeh que fue más sincero que los editores que eligieron el confuso titular que daba a entender que Hamás había aceptado la solución de los dos Estados.
Prestemos atención a lo que Haniyeh dijo en realidad: "Si se nos ofrece un Estado palestino junto a Israel, no diremos que no. Aunque aceptaremos cualquier cosa que Israel nos dé, nunca vamos a reconocer su derecho a existir. Usaremos el Estado como plataforma para liberar toda Palestina, desde el mar Mediterráneo al río Jordán."
Las palabras de Haniyeh no son más que una cortina de humo, aparentemente para hacer creer al mundo que su organización terrorista ha suavizado su postura hacia Israel y los judíos. Sin embargo, fue bastante claro sobre la posición de Hamás. Llegó incluso a asegurar a los periodistas turcos que su movimiento nunca abandonará la "lucha armada" contra Israel. "A menudo recurrimos a la resistencia pacífica y popular [contra Israel]", dijo. "Sin embargo, esto no significa que hayamos renunciado a nuestra resistencia armada".
Para Haniyeh, las manifestaciones semanales a lo largo de la frontera entre Gaza e Israel organizadas en el contexto de la Gran Marcha del Retorno, patrocinada por Hamás, son actos de "resistencia pacífica" y "popular". Las protestas, que comenzaron en marzo de 2018, son cualquier cosa menos "pacíficas" y "populares".
En el vocabulario de Hamás, el lanzamiento de cohetes y cometas incendiarias a las granjas y pueblos israelíes próximos a la frontera con Gaza se define como "resistencia pacífica".
Aunque los organizadores de las protestas han llamado públicamente a los participantes a preservar el carácter "pacífico" de las mismas, los participantes en las mismas han intentado varias veces infiltrarse en Israel derribando la valla de seguridad fronteriza y han lanzado bombas incendiarias y artefactos explosivos contra los soldados israelíes. Probablemente lo están haciendo porque no escuchan lo que sus líderes les dicen, o porque han perdido la fe en ellos y creen que la violencia es la única manera de sacar concesiones a Israel.
El pasado 19 de julio hubo manifestaciones con el lema "El viernes de quemar la bandera sionista". Los manifestantes no sólo quemaron banderas de Israel, también se enfrentaron a los soldados israelíes. Algunas informaciones desde la Franja dijeron que unos 70 palestinos resultaron heridos durante los enfrentamientos.
Desde que empezaron las manifestaciones, en marzo de 2018, más de 260 palestinos han perdido la vida, y miles han resultado heridos. El número de participantes en las protestas parece al fin reducirse: muchos gazatíes deben de haber llegado a la conclusión de que sus líderes los están utilizando para promover sus propios intereses. Desde que empezaron las marchas, los palestinos no han visto que hayan mejorado sus condiciones de vida.
Si se sigue su lógica, sólo es cuestión de tiempo que Hamás declare que volver a lanzar cohetes y secuestrar a israelíes son igualmente medios de "resistencia pacíficos y populares". Los principales medios de Occidente, sin duda, seguirán reescribiendo con diligencia sus definiciones.
Las verdaderas intenciones de Hamás las expresó uno de sus gerifaltes, Fathi Ahmad. En una reciente arenga cerca de la frontera entre Gaza e Israel, clamó: "Hay judíos por todas partes. ¡Debemos atacar a todos los judíos del planeta Tierra! Debemos sacrificarlos y matarlos, con la ayuda de Alá. Vamos a cortarlos en pedazos". También exhortó a los palestinos a comprar "cuchillos de cinco shékels" y "degollar judíos".
Las palabras de Haniyeh coincidieron con la visita a Irán de una delegación de Hamás de alto nivel. Encabezada por el architerrorista palestino Saleh Aruri, la delegación estuvo unos días en Teherán para mantener conversaciones con los líderes iraníes sobre cómo reforzar la relación bilateral.
En noviembre de 2018, el Departamento de Estado de EEUU ofreció una recompensa de 5 millones de dólares a quien aporte información sobre Aruri, vicedirector de la oficina política de Hamás.
Saleh Aruri lleva a cabo sus operaciones encubiertas, entre las que se cuenta la gestión de los escuadrones terroristas de Hamás, principalmente en el Líbano y Turquía", según el Meir Amit Intelligence and Terrorism Information Center. "En el Líbano, donde reside actualmente, opera bajo el patrocinio de Hezbolá sin interferencia alguna del Gobierno libanés, y en Turquía las autoridades ignoran sus actividades y las de Hamás".
Aruri es uno de los fundadores del brazo armado de Hamás, las Brigadas de Izedín al Qasam, y el responsable de varios sangrientos ataques contra civiles y soldados israelíes, incluido el secuestro y asesinato en 2014 de tres adolescentes en la Margen Occidental.
Llamativamente, Aruri no viajó a Teherán para ver con los líderes iraníes cómo mejorar las condiciones de vida de los palestinos en la Franja de Gaza, gobernada por Hamás. Toda su preocupación se cifra en cómo conseguir más armas y dinero por matar judíos. No es casualidad que Hamás eligiera a un comandante de su brazo armado para encabezar la delegación a Irán: fue a Teherán a pedir armas y financiación para las actividades terroristas, su especialidad.
Por su parte, los líderes iraníes no pensaban ofrecer a Aruri y a sus amigos dinero para construir hospitales y colegios en Gaza. Irán se asegurará de que su dinero se destina a la construcción de más túneles terroristas a lo largo de la frontera entre Gaza e Israel y a la fabricación de cohetes para atacar a Israel.
Los líderes iraníes nunca se cansan de recordar a todo el mundo su deseo de aniquilar a Israel. Moytaba Zolnur, presidente del Comité de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, manifestó recientemente: "Si EEUU nos ataca, a Israel sólo le quedará una hora de vida".
En otra amenaza, hace unos meses, el número dos de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica dijo que, si Israel empieza una guerra, Irán lo borrará del mapa, y que los israelíes no podrán siquiera enterrar a sus muertos. "Nuestra estrategia es [barrer] a Israel del mapa político mundial, e Israel parece estar acercándose a esta realidad con sus fechorías", declaró el general de brigada Hosein Salami a la prensa en Teherán. Si Israel "hace algo que conduzca a una nueva guerra, será desde luego [el tipo de guerra] que acabará con su eliminación y con la recuperación de los territorios ocupados. Los israelíes no tendrán siquiera un cementerio en Palestina para enterrar sus cadáveres".
Al recibir a la delegación de Hamás, los gobernantes de Irán comprendían algo que ocultan los confusos titulares: que Hamás sigue comprometida con su objetivo de destruir Israel. Saben que Aruri, con su probado historial de terrorismo y sus manos empapadas de sangre judía, es alguien con quien Teherán puede hacer negocios. Hamás está desesperada por conseguir dinero y armas. Los necesita no porque esté dispuesta a aceptar la solución de dos Estados, sino para poder prepararse para la próxima guerra contra Israel.
Aruri reafirmaba a Teherán, su fuente económica, que Hamás comparte el objetivo de eliminar a Israel y sustituirlo con un Estado terrorista apoyado por Irán.
Si el architerrorista de Hamás desarrolló con éxito su misión de asegurarse más financiación iraní, lo más probable es que Hamás, la Yihad Islámica y otras organizaciones terroristas de la Franja de Gaza intensifiquen sus actividades terroristas contra Israel. Lo más eficaz para impedir que Hamás lleve a cabo sus planes de asesinar judíos es aumentar las sanciones internacionales y otros medios de presión sobre Irán, antes de que sea demasiado tarde.