Recientemente desaparecieron al menos tres palestinos que pretendían abandonar la Gaza controlada por Hamás luego de que, por lo visto, su embarcación volcara frente a las costas de Grecia y Turquía. Numerosos palestinos reaccionaron ante la tragedia denunciando que, mientras los peces devoran a los míseros emigrantes, los líderes de Hamás llevan una vida de lujo y disfrutan de los mejores pescados disponibles en la propia Gaza y en Qatar. En la imagen (Said Jatib/AFP, vía Getty Images), dos gazatíes arrastran una barca en una playa de Jan Yunis el pasado 22 de septiembre. |
Una tragedia sucedida recientemente ha vuelto a poner de manifiesto la magnitud del sufrimiento de los palestinos que viven en Gaza, bajo la férula de Hamás, organización respaldada por Irán. Asimismo, sirve de recordatorio del doble rasero que maneja la comunidad interacional a la hora de abordar el conflicto israelo-palestino, con su obsesión por criticar a Israel y su tendencia a ignorar cualquier fechoría palestina.
Según informaciones procedentes de la propia Franja, al menos tres palestinos que trataban de huir del enclave costero controlado por Hamás han desaparecido, luego de que, por lo visto, su bote naufragara frente a las costas de Grecia y Turquía. Eran tres de entre las decenas de palestinos que buscan una vida mejor lejos de la represión y corrupción hamasiana.
Se ha identificado a una de las víctimas como Anás Abu Rayileh, de 25 años; otra se llamaba Nasrala al Farra.
El caso ha generado gran atención entre los palestinos debido a un audio grabado por uno de los emigrantes que iban en el bote, en el que informa a su madre de lo sucedido y le pedía que se lo contara a los familiares de sus amigos. "Madre, nos estamos hundiendo y los peces nos están devorando", se oye decir al joven.
Son muchos los jóvenes gazatíes que en los últimos años se han marchado a países como Turquía o Grecia. Según se ha informado, pagan miles de dólares en sobornos a funcionarios de Hamás, guardias fronterizos egipcios y contrabandistas para que les ayuden a abandonar la Franja y poder así empezar una nueva vida en Europa u otros lugares.
Según una encuesta realizada por la Universidad de Al Aqsa el año pasado, el 51% de los jóvenes gazatíes estarían dispuestos a emigrar si se les diera la oportunidad de hacerlo. Más del 80% adujo que los factores económicos serían su razón primordial.
Notablemente, el 73% de quienes respondieron al sondeo dijeron que no se plantearían emigrar si Hamás y el Fatah del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abás, dejaran de pelearse.
Hamás y Fatah andan a la gresca desde 2007, cuando la primera perpetró un violento golpe contra la AP –en el que llegó a arrojar al vacío desde azoteas de edificios a oficiales de la entidad comandada por Abás– y se hizo con el control de Gaza.
No se sabe con certeza cuántos gazatíes han abandonado la Franja en los últimos años. Algunas informaciones hablan de más de 40.000 entre 2014 y 2020; otras elevan la cifra hasta los 70.000.
En la referida encuesta, los gazatíes expresan su preocupación por el hecho de que muchos de los emigrados son profesionales liberales y titulados universitarios, sobre todo médicos que prefieren trabajar y vivir en Europa antes que bajo el régimen de Hamás.
«El ahogamiento de jóvenes [en sus travesías marítimas] provoca ansiedad entre los familiares de los emigrantes", informó el diario panárabe Al Quds Al Arabi. «Al mismo tiempo, refleja las dimensiones de la tragedia que se vive en Gaza, y que lleva a los mejores de sus hijos a emigrar".
El caso del que venimos hablando desató una ola de protestas entre los palestinos, que expresaron en las redes sociales su conmoción y denunciaron a los líderes de Hamás por su incapacidad para mejorar las condiciones de vida de la gente. De hecho, muchos lamentaron que mientras los peces devoran a los míseros emigrantes, los capos de Hamás siguen disfrutando de los mejores pescados disponibles tanto en la propia Gaza como en Qatar.
Tras conocerse la tragedia, hubo palestinos que movieron en Twitter el hashtag «Queremos Vivir", al tiempo que responsabilizaban a Hamás de los altos índices de desempleo y pobreza en Gaza. Algunos culparon también al Fatah de Abás por su eterno enfrentamiento con Hamás.
«El Gobierno [de Hamás] no está haciendo nada para cambiar la vida aquí", escribió el periodista Walid Mahmud. «Añádase a eso que los medios no están hablando del tema, y creo que no lo harán". El gazatí Mahmud explicó que el hashtag "Queremos Vivir" refleja hasta dónde llega el hartazgo de la población ante "la estulticia de la Administración".
Por lo que hace a la corrupción y la indiferencia ante el sufrimiento popular de la cúpula hamasiana, algunos palestinos revelaron que los hijos de los jerarcas de la organización islamista se obsequian los unos a los otros con estancias en complejos turísticos de Sharm el Seij (Egipto).
Un gazatí que no quiso revelar su nombre publicó un vídeo en el que lanzaba un cáustico ataque contra los dirigentes de Hamás, a los que acusaba de arrasar con el futuro de los jóvenes.
Si nuestros líderes no se preocupan de nosotros, esto es un desastre... La gente se muere, pasa hambre. Sus vidas están siendo destruidas. Los jóvenes mueren y los peces se los comen. Los dirigentes [de Hamás] y sus hijos no son mejores que mis hijos y yo.
Según parece, los dos millones de palestinos que viven bajo la férula de Hamás han llegado a la conclusión de que es Hamás y no Israel el responsable de su miseria. A juzgar por las reacciones al referido naufragio, está claro que muchos palestinos comprenden lo que no capta la mayoría de los activistas antiisraelíes: que Hamás prioriza la fabricación y el contrabando de armas sobre la provisión de empleos a los parados y la asistencia a quienes viven en la pobreza.
Hamás podría haber convertido la Franja de Gaza en el Singapur de Oriente Medio. Pero lo que ha hecho ha sido transformarla en un centro para la yihad (guerra santa) contra Israel.
Ghanem Nuseibeh, palestino musulmán perteneciente a la familia árabe más antigua de Jerusalén, ha comentado:
En los últimos 15 años Hamás ha hecho que Gaza vaya de mal en peor. Los gazatíes viven bajo un brutal régimen islamista que los mantiene rehenes de unas políticas que sólo sirven a los intereses de Hamás y de sus aliados islamistas globales. Si la comunidad internacional contribuyera a que Gaza se librara de esas fuerzas, ayudaría a los gazatíes a crear un Dubái mediterráneo o una nueva Singapur.
Si los gazatíes están tan desesperados, deberían hacer algo para desalojar del poder a Hamás.
Por otro lado, Hamás sigue reprimiendo a los disidentes e intimidando a los críticos. Y gozando de popularidad entre numerosos palestinos, no sólo en Gaza sino en la Margen Occidental. La razón de que Hamás sea tan popular es que muchos palestinos secundan su llamamiento a la eliminación de Israel.
Sería más útil que los palestinos que escapan de Gaza se quedaran y dedicaran sus energías a sacar del poder a Hamás, aun cuando sea a un alto precio. Es la única manera de resolver los problemas de la Franja.
Culpar a Israel por todo lo que va mal en Gaza puede engañar a muchos en EEUU, Canadá, Europa y el Reino Unido, Pero los palestinos que abandonan la Franja y sus parientes que quedan atrás conocen la verdad: que es Hamás quien les ha llevado al abismo y al mar en el que se ahogan.