China, según informes "fragmentarios" de los servicios de inteligencia estadounidenses, está a punto de establecer una "instalación conjunta de entrenamiento militar" en Cuba.
Los militares chinos ya escuchan las comunicaciones estadounidenses desde la base de Lourdes, cerca de La Habana, y desde otras tres localidades cubanas. Dos de esos lugares se conocen desde hace tiempo: Bejucal y Santiago de Cuba. Estas instalaciones, al parecer, han estado en funcionamiento durante todo o casi todo este siglo.
"Lo que falta es el objetivo estratégico de la influencia económica de China, que, en mi opinión, va más allá de simplemente tener una fuerte relación comercial con América Latina", dijo a Gatestone Joseph Humire, del Center for a Secure Free Society. "En el fondo, la República Popular China está centrada en ganar influencia geopolítica sobre los países de América Central y del Sur para utilizarla en un eventual conflicto con Estados Unidos".
Gracias a esa influencia, China está obteniendo permiso para construir en este hemisferio instalaciones militares que pueden utilizarse para atacar el territorio nacional estadounidense o el ejército de Estados Unidos, en caso de que lance su invasión de Taiwán, Japón o algún otro objetivo. El gigante comunista, por ejemplo, está desarrollando lo que parece ser una base naval en el extremo de Argentina, en la estratégica Tierra del Fuego.
Además, el conflictivo puerto chino de contenedores de Freeport (Bahamas), a unas 90 millas de Palm Beach (Florida), podría acabar albergando buques de guerra chinos.
También es posible que, en breve, el Ejército Popular de Liberación (EPL) asiente importantes fuerzas en Cuba, a sólo 94 millas de Cayo Hueso, Florida.
"Para una guerra a corto plazo, China utilizaría Cuba como base para proyectar y facilitar ciberataques masivos y operaciones de espionaje al tiempo que colaboraba con los formidables servicios de inteligencia cubanos para llevar a cabo una serie de operaciones como asesinatos o ataques contra instalaciones estadounidenses, incluso civiles como gasolineras", declaró Richard Fisher del Centro Internacional de Evaluación y Estrategia a esta publicación.
Además, el EPL podría desplegar misiles de crucero antibuque en Cuba tanto para atacar las bases de la Marina estadounidense en Florida como para bloquear el movimiento de embarcaciones estadounidenses. China también podría colocar misiles tierra-aire en Cuba, potencialmente para derribar aviones sobre el sureste de Estados Unidos.
¿Qué tal una segunda crisis de los misiles cubanos, esta vez con los chinos en lugar de los soviéticos? Los dirigentes chinos son osados, como sugiere el incidente del globo espía de enero y febrero. ¿Desplegarían allí misiles balísticos y otro armamento?
Fisher cree que lo harán. "A medio plazo, China facilitará la adquisición de misiles balísticos por parte de Cuba, lo que como mínimo forzará una respuesta defensiva estadounidense que obligará de dejar recursos allí, reduciendo las posibilidades de éxito de Estados Unidos en otros escenarios", afirma.
Los misiles balísticos pueden llevar cabezas nucleares. Mientras que los estadounidenses piensan en las armas nucleares como instrumentos defensivos para disuadir ataques, los planificadores de guerra chinos las ven como armas ofensivas, para obligar a la sumisión. En otras palabras, China cree que puede evitar que otros acudan en ayuda de, por ejemplo, Taiwán, amenazando con la destrucción nuclear de sus países.
Periódicamente a lo largo de este siglo, los generales y civiles chinos han amenazado sin provocación con incinerar ciudades estadounidenses. Los presidentes estadounidenses han hecho caso omiso de las advertencias, ignorando las palabras hostiles.
Eso ya no es una buena idea, si es que alguna vez lo fue. En un informe de noviembre de 2022, el Pentágono preveía que China cuadruplicaría sus cabezas nucleares, pasando de unas 400 en aquel momento a 1.500 en 2035.
El ejército chino se mueve con rapidez. El Ejército Popular de Liberación, en tres campos distintos del norte del país, está construyendo al menos 250 y quizás hasta 360 silos, que parecen diseñados para albergar el misil DF-41. Un DF-41 tiene un alcance máximo de 9.300 millas -lo que pone a todo Estados Unidos al alcance desde esos tres lugares- y puede transportar, según algunos, 10 cabezas nucleares cada uno.
"Durante décadas, se sintieron bastante cómodos con un arsenal de unos cientos de armas nucleares, que era claramente un elemento disuasorio -para usar como represalia si era atacado con armamento nuclear-", declaró el Secretario de las Fuerzas Aéreas Frank Kendall en un testimonio en marzo, refiriéndose a China.
Como declaró Kendall: "No creo haber visto nada más inquietante en mi carrera que la continua expansión de la fuerza nuclear china".
Así que, a medida que China aumenta su arsenal, está claro que Pekín ya no busca sólo una "disuasión mínima". Por lo tanto, la rápida acumulación sugiere que el ejército chino está construyendo un arsenal bélico ofensivo.
Con todos los silos adicionales en China, ¿para qué necesitaría el Ejército Popular de Liberación misiles en Cuba? Piense en tiempos de vuelo más cortos - lo que significa menos tiempo de aviso.
Además, las defensas antimisiles estadounidenses -y los radares- están actualmente orientados a ataques desde el Ártico, desde el norte. Cuba ofrece a China lugares de ataque en el sur.
Todo esto significa que, gracias a Cuba, una guerra en Asia se librará en, cerca y sobre la patria estadounidense. Quizás con armas nucleares.