Mientras el Ejército egipcio sigue demoliendo casas y túneles de contrabando, los dirigentes de Fatah en la Margen Occidental confían en que pronto podrán regresar a la Franja de Gaza.
En determinado momento, los líderes de Fatah confiaron en que Israel derribaría a Hamás mediante la fuerza militar. Ahora esperan que sean los nuevos gobernantes de Egipto los que hagan el trabajo.
Acosados representantes de Hamás afirman que el grupo palestino Tamarod está dirigido y entrenado por el Servicio General de Inteligencia egipcio y por Fatah, y que tiene por objetivo derribar su régimen en la Franja de Gaza. Fuerzas de seguridad del Movimiento de Resistencia Islámico han detenido a algunos activistas palestinos y a periodistas como parte de un intento de frenar al nuevo grupo.
Siete años después de ser expulsados por Hamás, los dirigentes de Al Fatah tienen motivos para ser optimistas respecto a sus posibilidades de recuperar el control sobre la Franja. Un alto dirigente de la organización llegó a declarar la semana pasada que ni a él ni a sus amigos les importaría regresar a Gaza "a bordo de un tanque egipcio".
El derrocamiento del presidente egipcio Mohamed Morsi, de los Hermanos Musulmanes, y la ulterior ofensiva de la Seguridad egipcia contra los grupos terroristas del Sinaí, así como el endurecimiento del bloqueo sobre la Franja de Gaza, han herido a Hamás de tal forma que sus dirigentes consideran que se encuentran en estado de guerra contra la mayor nación árabe.
La elección de Morsi como presidente pareció acabar con el sueño de Fatah de regresar a Gaza. Mientras estuvo en el poder, hizo cuanto pudo por reforzar la posición de Hamás y ayudarle a endurecer su control sobre la Franja. Por primera vez, los dirigentes de Hamás Jaled Mashal e Ismaíl Haniye fueron invitados a reuniones en el palacio presidencial egipcio, para consternación de los líderes de Fatah, incluido Mahmud Abás. Morsi también relajó las restricciones que pesaban sobre los viajes a la zona fronteriza con la Franja, y permitió a dirigentes y miembros de Hamás que entraran libremente en el Sinaí y en ciudades egipcias. Además, concedió la ciudadanía egipcia a miles de gazatíes, entre ellos varios altos cargos del Movimiento, lo que irritó aún más a Fatah.
Pero ahora que las relaciones entre Hamás y Egipto parecen haber alcanzado un nuevo mínimo, representantes de Fatah creen que ha comenzado la cuenta atrás para la caída del movimiento islamista.
Algunos representantes de Hamás hablan de "conspiración" para traer a Fatah de vuelta a Gaza, lo que no resulta sorprendente. Están convencidos de que los nuevos dirigentes egipcios, que desprecian a su organización por formar parte de los Hermanos Musulmanes, están trabajando para minar su régimen en el enclave y facilitar el regreso de sus rivales. "Los egipcios están asfixiando a la Franja de Gaza", se quejó el portavoz de Hamás Fawzi Barhum. "Están castigando a toda su población negándole medicinas, alimentos y combustible".
El nuevo régimen egipcio considera a Hamás una amenaza para la seguridad nacional, por lo que las autoridades de El Cairo se han abstenido de mantener cualquier contacto con representantes de la organización desde la caída de Morsi.
Hace dos semanas, el ministro de Exteriores egipcio, Nabil Fahmy, llegó a Ramala para reunirse con Abás y tratar sobre la situación existente en la frontera entre la Franja y Egipto. Según fuentes palestinas, durante la visita Fahmy dejó claro que a Egipto le gustaría ver a las fuerzas de Abás de vuelta en Rafah. Hamás expulsó a dichas fuerzas del paso fronterizo en el verano de 2007. Desde la destitución de Morsi, los egipcios han impuesto severas restricciones fronterizas y dejan pasar sólo a unas decenas de palestinos al día.
La visita del ministro egipcio a Ramala se produce en el contexto de los esfuerzos de El Cairo por minar el control de Hamás sobre la Franja. Según las fuentes citadas, tras la visita, Abás expresó su gran satisfacción por la dura política egipcia contra el movimiento islamista. Posteriormente declaró a dirigentes de Fatah que Hamás estaba actuando en contra de la seguridad nacional egipcia al enviar a sus combatientes al Sinaí y a otras zonas de Egipto.
Los representantes de Fatah también se muestran animados por la aparición del grupo anti Hamás Tamarod ("Rebelión"). En las últimas semanas, este movimiento ha emitido cinco comunicados en los que manifiesta su compromiso de luchar contra el régimen "represivo y supresor" de Hamás. El nuevo grupo, inspirado por el movimiento egipcio del mismo nombre, contrario a Morsi, ha convocado diversas manifestaciones contra Hamás, como la del 11 de noviembre.
Por sí sola, Fatah nunca sería capaz de regresar a la Franja de Gaza. A diferencia de Egipto, no posee un Ejército que pueda acudir en su rescate y apartar a Hamás del poder. Pero incluso si las duras medidas de seguridad egipcias y el bloqueo lograran finalmente derribar a Hamás, no está claro que los gazatíes tomen las calles para recibir a Abás y a Fatah. Después de todo, el Movimiento de Resistencia Islámico palestino sigue gozando de un amplio apoyo entre la población. Además, hay buenos motivos para creer que el brazo fuertemente armado de Hamás y su aparato de seguridad lucharían hasta el último suspiro para impedir que Fatah recuperara el control sobre su minientidad islamista.