Mientras prosiguen las conversaciones de paz patrocinadas por Estados Unidos, la Autoridad Palestina ha iniciado una campaña internacional para promover las sanciones contra los asentamientos en la Margen Occidental y los barrios judíos de Jerusalén Este.
Esta última campaña tiene como principal objetivo convencer a la Unión Europea de que ponga en práctica sus nuevas directrices, que instan a la imposición de sanciones a cualquier institución u organización judía que opere más allá de las líneas anteriores a 1967; es decir, en Jerusalén Oriental, la Margen Occidental, la Franja de Gaza y los Altos del Golán. Se prevé que esas regulaciones de la UE entren en vigor el 1 de enero de 2014.
Pero la Autoridad Palestina teme que la Unión Europea, presionada por los norteamericanos, retrase la imposición de dichas restricciones, por miedo a que ello pueda perjudicar las conversaciones de paz. Por eso, el presidente de la AP, Mahmud Abás, visitó la semana pasada una serie de países de la Unión, en un intento de convencer a sus dirigentes de que no retrasen la entrada en vigor de sus directrices contra los asentamientos.
Durante una conferencia de prensa conjunta en Bruselas con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, Abás instó a las empresas internacionales que tienen negocios con los asentamientos a que dejaran de "violar la legislación internacional".
La gira europea de Abás coincidió en el tiempo con la noticia de que la dirección de la AP ha preparado una lista negra de 500 empresas internacionales que tienen lazos comerciales con los asentamientos, y amenaza con emprender acciones legales contra ellas.
Así pues, mientras la Autoridad Palestina se reúne con Israel en conversaciones de paz, sus líderes se encargan de librar en la escena internacional una feroz campaña contra los asentamientos.
Pero lo que Mahmud Abás no dice a los dirigentes europeos es que él mismo accedió hace tres meses a abandonar sus exigencias de un cese completo de las construcciones en los asentamientos como condición previa para su regreso a la mesa de negociación. Durante cuatro años, Abás se negó a reanudar las conversaciones con Israel, a menos que el Gobierno israelí accediera a interrumpir por completo la construcción de asentamientos. Finalmente, abandonó esa exigencia, tras ser fuertemente presionado por el secretario de Estado, John Kerry.
Lo que el dirigente palestino tampoco dice a los líderes mundiales es que tanto él como su predecesor, Yaser Arafat, negociaron con Israel durante más de 14 años mientras proseguían las construcciones. Entonces la cuestión de los asentamientos no parecía preocupar a ninguno de ellos. Según fuentes palestinas, Abás incluso accedió a que se continuara con las construcciones, a cambio de la liberación de palestinos de las cárceles israelíes.
Ahora, el presidente de la AP afronta crìticas cada vez mayores por su resolución de reanudar incondicionalmente las conversaciones de paz con Israel, por lo que está intentando reclutar a los europeos para que ejerzan presión sobre los israelíes respecto a los asentamientos. Su última campaña contraria a éstos tiene como finalidad apaciguar a sus críticos palestinos, que lo acusan de rendirse ante la presión norteamericana para que retirara sus exigencias de una congelación en las construcciones.
Al colocar la cuestión de los asentamientos en lo más alto de su lista de prioridades, Abás intenta allanar el camino para responsabilizar a Israel del posible fracaso de las negociaciones. El objetivo de su campaña es enviar un mensaje al mundo: Israel prefiere la construcción de colonias a la paz con los palestinos.
Abás no logró que los norteamericanos prometieran que las construcciones se detendrían durante las conversaciones de paz; ahora espera que los europeos intervengan para darle lo que Estados Unidos no pudo.
Algunos palestinos han descrito la nueva campaña del presidente de la AP como una intifada diplomática contra Israel en la comunidad internacional. Dicen que esta acción es el primero de una serie de pasos que la Autoridad Palestina pretende dar en los próximos semanas y meses para poner al mundo en contra de Israel. Entre los próximos que planean dar está lograr ser miembros de pleno derecho de la Asamblea General de Naciones Unidas y de otros organismos e instituciones internacionales, especialmente del Tribunal Penal Internacional. La AP dice que ha elaborado una lista de decenas de israelíes a los que espera hacer procesar como criminales de guerra.
La ofensiva anti-asentamientos debe considerarse dentro del contexto de los enérgicos intentos de la Autoridad Palestina de aislar a Israel en la escena mundial. Los dirigentes palestinos esperan que la presión internacional obligue a los israelíes a capitular y les haga aceptar todas las exigencias de Abás: la primera y principal, que se vuelva a las líneas fronterizas anteriores a 1967.
Con semejante intifada librándose contra Israel, resulta difícil ver cómo podrían concluir las conversaciones de paz con un acuerdo entre palestinos e israelíes. Evidentemente, Abás no cree que las negociaciones vayan a dar como resultado un tratado. Por eso, su estrategia actual es tratar de imponer una solución a Israel, con ayuda de la comunidad internacional.