La Administración estadounidense ha reaccionado rápida y enérgicamente ante las afirmaciones atribuidas al ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón. El diario israelí Yedioth Ahronot citó unas declaraciones de éste en las que describía al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, como "mesiánico y obsesivo".
Como respuesta, Estados Unidos criticó los comentarios de Yaalón, calificándolos de "ofensivos e inadecuados".
Pero, si bien la Administración norteamericana ha sido rápida para responder a las declaraciones del ministro israelí, sigue ignorando las observaciones y manifestaciones contra Kerry por parte de los palestinos y de otros árabes.
En las últimas semanas, representantes palestinos de diversas organizaciones, entre ellas la Autoridad Palestina, han criticado a Kerry prácticamente a diario. Pero esas críticas no parecen molestar al Departamento de Estado.
Entre los representantes que se han mostrado extremadamente críticos ante el papel de Kerry en las actuales conversaciones de paz palestino-israelíes se encuentra Yaser Abed Rabbo, secretario general de la OLP y uno de los asesores más próximos al presidente de la AP, Mahmud Abás.
El mes pasado, Rabbo lanzó un feroz ataque contra el secretario de Estado, en el que calificaba de inaceptables sus últimas propuestas. El alto cargo de la OLP declaró:
Kerry no tiene derecho a decidir dónde estarán nuestras fronteras.Si Estados Unidos quiere, puede darle a Israel partes de California o de Washington. El acuerdo marco de Kerry es muy peligroso.
Abed Rabbo también ha acusado a Kerry de tratar de "apaciguar a Israel cediendo a sus exigencias expansionistas en el valle del Jordán con el pretexto de la seguridad. Quiere comprar el silencio israelí sobre el acuerdo [de las seis grandes potencias] con Irán".
Representantes palestinos también han estado filtrando detalles de las últimas propuestas de Kerry para llegar a un acuerdo entre Israel y la Autoridad Palestina. Algunos han llegado a acusar al secretario de estar predispuesto a favor de los israelíes, de actuar para liquidar la causa palestina y de tratar de extorsionar a los palestinos.
Recientemente, se han citado unas declaraciones de Tayseer Jaled, miembro del Comité Ejecutivo de la OLP, en las que acusa a Kerry de tratar de chantajear políticamente a los palestinos. Estas declaraciones han sido repetidas posteriormente por otros palestinos.
Además, las manifestaciones anti-Kerry se han convertido en un fenómeno habitual en Ramala y en otras ciudades palestinas de la Margen Occidental y de la Franja de Gaza. En algunas de ellas se califica a menudo al secretario de Estado de peón en manos de Israel.
En otra manifestación en Ramala los palestinos coreaban:
Kerry, cobarde, no hay sitio para ti en Palestina.
Hace unas semanas, en Belén, los palestinos salieron a la calle para protestar por la visita de Kerry a la ciudad. Y, cuando el presidente Obama estuvo en la localidad el año pasado, la población lanzó zapatos contra su retrato, coreó proclamas y quemó su fotografía.
También ha habido manifestaciones contra Kerry en Egipto y en Jordania, y quienes tomaron parte en ellas también quemaron su retrato y lo declararon persona non grata.
Entonces, ¿por qué Kerry no se ofende igual por las críticas árabes?
Resulta interesante ver cómo el comentario de un ministro israelí ha logrado tensar las relaciones entre la Administración estadounidense e Israel, mientras que la feroz retórica y las manifestaciones callejeras contra Kerry y Obama en los territorios palestinos y en las capitales árabes son completamente ignoradas por Washington. Si al secretario de Estado le importa verdaderamente el proceso de paz, debe pedir también a la Autoridad Palestina y a los Gobiernos árabes que rebajen el tono y dejen de incitar contra Estados Unidos y contra él. A menos, claro está, que esas declaraciones y manifestaciones no lo ofendan.