Está claro que el principal objetivo de la Administración estadounidense en las conversaciones de alto el fuego es reforzar a los Hermanos Musulmanes y a Hamás, su rama palestina.
Así ve la Autoridad Palestina (AP) los recientes intentos del secretario de Estado John Kerry por lograr un alto el fuego entre Israel y Hamás.
No es ningún secreto que la AP, Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos querrían que acabara el dominio de Hamás sobre la Franja de Gaza; es más, parecen apoyar la idea de que desarmar al movimiento islamista forme parte de cualquier posible acuerdo que acabe con la actual crisis.
El presidente de la AP, Mahmud Abás, que ha estado condenando enérgicamente la agresión israelí contra la Franja en las últimas semanas, espera que la guerra suponga que sus partidarios recuperen el control de Gaza o, al menos, del paso de Rafah entre el enclave y Egipto.
No obstante, aumenta la preocupación en Ramala, El Cairo, Riad y Dubai porque la Administración estadounidense ahora está actuando para evitar el colapso de Hamás.
Esta preocupación se ha visto reforzada por la reciente gira de John Kerry por la región. Su viaje concluyó con la reunión de París de la semana pasada, en la que se debatió la guerra entre Israel y Hamás.
Que Kerry decidiera invitar a Qatar y a Turquía –los dos únicos países que apoyan al Movimiento de Resistencia Islámico– a la conferencia fue recibido con sorpresa e indignación por la Autoridad Palestina y sus aliados árabes.
La conferencia de París, en realidad, supuso una bofetada para las fuerzas del mundo árabe contrarias a Hamás.
Al no invitar a la Autoridad Palestina a la conferencia, Kerry señalaba que no ve que Abás y sus fieles tengan papel alguno en una Franja de Gaza post-Hamás. El secretario de Estado prefirió mantener unas negociaciones indirectas con el movimiento islamista palestino a través de sus patrocinadores de Doha y Ankara.
Al ignorar a Egipto, que considera a Hamás una amenaza para su seguridad nacional y que ha estado librando su propia guerra contra el movimiento durante el último año, Kerry enviaba un mensaje a los árabes y musulmanes: la Administración estadounidense está de parte de los Hermanos Musulmanes y de sus aliados.
"Kerry está aprovechando la guerra para recuperar la influencia de los Hermanos Musulmanes en la región", afirmaba un representante palestino en Ramala. "Los norteamericanos creen, erróneamente, que el islam político moderado, representado por los Hermanos Musulmanes, podría combatir al islam radical, y están tratando de traerlos de vuelta a la región".
Otro representante palestino acusó al presidente Obama y a Kerry de organizar una conferencia de "amigos de Hamás" en París. "¿Como se puede organizar una conferencia así sin invitar a representantes de la Autoridad Palestina y de Egipto?", preguntó. "Qatar y Turquía se alegran de ver que la Administración Obama les ayuda en su intento de salvar a Hamás y reforzar a los Hermanos Musulmanes".
Alarmado por la alianza con Qatar y Turquía, Abás viajó a comienzos de esta semana a Yeda para una reunión de emergencia con el rey Abdulá ben Abdelaziz de Arabia Saudí.
Según un asesor de alto rango de Abás, el presidente de la AP instó al monarca saudí a presionar a la Administración estadounidense para que mantuviera a Qatar y a Turquía al margen.
Dicho asesor declaro que Arabia Saudí expresó su apoyo a las exigencias de desmilitarizar la Franja de Gaza como parte de cualquier acuerdo de alto el fuego:
Desmilitarizar la Franja de Gaza supondría el fin de Hamás. Los egipcios, los saudíes y otros países árabes comparten esta opinión. También están disgustados por los intentos de Kerry de confiar en Qatar y Turquía para resolver la crisis; esos dos países están interesados en mantener a Hamás en el poder.
Abás y la Autoridad Palestina siguen insistiendo en que sólo podrá alcanzarse una solución a la actual crisis a través de Egipto, que está interesado en que acabe el fin del control de Gaza por el Movimiento de Resistencia Islámico.
Pero, evidentemente, la Administración Obama no comparte este punto de vista. Ha elegido un camino diferente, uno que acabará manteniendo a Hamás en el poder y reforzando a los Hermanos Musulmanes a costa de árabes y musulmanes moderados y prooccidentales.
Las autoridades palestinas de Ramala han dejado claro esta semana que ya no confían en la Administración estadounidense debido al intento de Kerry de apaciguar a Qatar y a Turquía a costa de la AP y de Egipto.
"Alguien tiene que recordarle a Kerry que Qatar no es el único representante legítimo de los palestinos", afirmó un miembro de la Administración palestina en Ramala.
Otro de sus miembros, Ahmed Majdalini, advirtió que los palestinos y los egipcios no permitirían que Kerry pasara por encima de sus líderes y se inmiscuyera en los asuntos internos del pueblo palestino.
Al ponerse del lado de Turquía y Qatar, la Administración Obama expresa en la práctica su oposición a la desmilitarización de la Franja de Gaza. Es más: ahora se encuentra en el mismo bando que Irán, que también se opone vehementemente a que se desarme a Hamás.
La Administración estadounidense, al dar la espalda a la AP, Egipto y Arabia Saudí, ha allanado el camino a una intervención iraní en el conflicto.
Los iraníes, con los que Estados Unidos está negociando sobre armas nucleares –y en Oriente Medio existe el temor de que los norteamericanos capitularán ante las exigencias de Teherán, si no es que lo han hecho ya– ahora se han unido a Qatar y a Turquía contra cualquier intento de confiscar las armas de Hamás.
El miércoles, un oficial iraní de alto rango, el general Qasem Slimani, lanzó una advertencia sin precedentes contra cualquier intento de desarmar a Hamás y a otros grupos terroristas de la Franja de Gaza. "Desarmar a los grupos [palestinos] de resistencia es una ilusión y no sucederá", afirmó.
Semejante advertencia no habría sido pronunciada si los iraníes no hubieran percibido debilidad por parte de la Administración Obama. Hamás, los Hermanos Musulmanes y sus patrocinadores cataríes, turcos e iraníes están claramente satisfechos con la forma en la que el Gobierno estadounidense está manejando el conflicto.