Durante la reciente guerra en la Franja de Gaza, milicias armadas de Hamás han cometido los más atroces crímenes y delitos. Esta acusación no la ha formulado la Oficina de Prensa del Gobierno israelí ni el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI); fueron dirigentes de la facción gobernante de Fatah en la Margen Occidental quienes lanzaron estas acusaciones contra Hamás en un enérgico comunicado emitido en Ramala el pasado 30 de agosto.
El comunicado se refiere a la represión en Gaza de decenas de miembros de Fatah por parte de Hamás durante la Operación Margen Protector, nombre empleado por las FDI para referirse a la guerra contra el movimiento islamista.
Los dirigentes de Fatah (miembros del Comité Central de la facción, un órgano dominado por los partidarios de Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Palestina) acusaron a los milicianos de Hamás de disparar en las piernas y en otras partes del cuerpo a decenas de sus activistas en la Franja. Además, los acusaron de golpear brutalmente a otros de sus activistas, los cuales, con ayuda israelí, fueron trasladados posteriormente para recibir tratamiento en hospitales de la Margen Occidental.
Los líderes de Fatah denunciaron, asimismo, que, durante la guerra, Hamás puso bajo arresto domiciliario a unos 300 de sus miembros en la Franja de Gaza, "arriesgando sus vidas y las de sus familias al exponerlos a los ataques aéreos y bombardeos israelíes".
Además de reprimir a los miembros de Fatah, los milicianos de Hamás confiscaron alimentos y medicinas enviados a la Franja desde la Margen Occidental y algunos "países amigos", según revelaron los dirigentes de la facción. Afirmaron que " Hamás distribuyó entre sus hombres parte de la ayuda a través de mezquitas, o la vendió en el mercado negro".
Estas acusaciones contra Hamás no han sorprendido a muchos palestinos, sobre todo a los que viven en la Franja de Gaza, los cuales fueron testigo de diversos ataques contra miembros de Fatah.
Sin embargo, lo que resulta difícil de comprender es que muchos periodistas extranjeros que entraron en la Franja durante la guerra no informaran de los "horrendos crímenes y delitos" de Hamás. No es fácil creer que no se enteraran de ellos.
Algunos periodistas admitieron posteriormente que estaban al tanto de los ataques contra miembros de Fatah, pero que no pudieron informar de ello debido a las "restricciones" impuestas por Hamás.
Varios periodistas extranjeros se quejaron de que sus contactos locales se negaron a proporcionarles información acerca de los crímenes de Hamás, por miedo o porque no querían informar de nada que pudiera dar una imagen negativa de los palestinos durante la guerra.
Los dirigentes de Fatah en la Margen Occidental explicaron la semana pasada que ellos también se habían abstenido de formular acusación alguna contra Hamás en el transcurso de la guerra "debido a que les preocupaba la unidad nacional".
Pero incluso aunque la excusa de los periodistas extranjeros de que no pudieron informar acerca de los delitos de Hamás mientras estaban en la Franja parece bastante válida, sigue sin estar claro por qué siguen ignorando la historia. Muchos de los heridos de Fatah ahora están hospitalizados en centros de Ramala, Nablús y Hebrón, en la Margen Occidental, a la que los periodistas tienen acceso libre e ilimitado.
Según Zakariya al Aga, alto cargo de Fatah en la Franja, los hombres de su facción fueron trasladados a hospitales de la Margen después de que Hamás les negara tratamiento médico en Gaza.
Al Aga mencionó el caso de un activista de Fatah que desafió el arresto domiciliario y abandonó su casa junto a su familia, ante el temor de resultar muerto en un ataque aéreo israelíes en el norte de la Franja de Gaza:
Cuando regresó a su casa, Hamás lo acusó de infringir la orden de arresto domiciliario y le disparó en las piernas. Los hospitales de Gaza negaban la admisión en estos casos.
Uno de los hombres de Fatah, Tusef Shahin, del campamento de refugiados de Jebalya, en la Franja, afirmó que los milicianos de Hamás lo secuestraron cuando estaba delante de su casa el mismo día que fue anunciado el alto el fuego negociado por Egipto, a finales de agosto.
Shahín declaró que hombres armados de Hamás lo acusaron de violar el arresto domiciliario. " Me llevaron a la zona de Sheikh Zayed y me golpearon duramente", afirmó, y añadió que durante el ataque le rompieron ambas piernas.
Otro activista de Fatah, que también está recibiendo tratamiento en hospitales de la Margen Occidental, dijo que pistoleros de Hamás le descerrajaron a quemarropa 17 tiros contra las piernas.
Si estos miembros de Fatah hubieran sido atacados por soldados de las FDI o por colonos judíos, sus fotos y sus historias habrían sido portada de los principales periódicos de Estados Unidos, Canadá y Europa. Pero, por desgracia para ellos, los golpearon y dispararon compatriotas palestinos, en este caso de Hamás. Evidentemente, no es una noticia digna de ser tratada por los representantes de los principales medios occidentales.
Hay otro aspecto en los crímenes de Hamás contra miembros de Fatah en la Franja de Gaza. La represión demuestra que todo lo que se dice de la "unidad" palestina no es más que una farsa, y que la hostilidad entre ambas organizaciones sigue siendo tan grande como siempre.
Hamás dice que puso bajo arresto domiciliario a los hombres del Movimiento Nacional de Liberación Palestina por "motivos de seguridad". Eso significa que el movimiento islamista considera a los miembros de Fatah en la Franja de Gaza colaboradores potenciales de Israel. Fuentes gazatíes afirman que algunos de los colaboradores ejecutados públicamente por Hamás durante la guerra eran miembros de la organización presidida por Abás.
La continuada rivalidad entre ambas organizaciones también siembra dudas sobre las esperanzas que mantienen algunos israelíes, norteamericanos y egipcios respecto a traer de vuelta a Gaza a las fuerzas de Abás tras la guerra. Incluso si los dirigentes de Hamás consienten en permitir que las fuerzas del rais se desplieguen en el paso de Rafah, entre el enclave y Egipto, el brazo armado y las milicias del movimiento seguramente se opongan a semejante paso.
Abás y su cúpula en la Margen Occidental siguen hablando de la necesidad de una comisión que investigue los "crímenes de guerra" cometidos por Israel en la Franja de Gaza. Pero, pese a sus graves acusaciones contra Hamás, se abstienen de pedir una comisión de investigación sobre lo que ellos mismos denominan "los horrendos crímenes y delitos de Hamás".
Es probable que Abás considere que los "crímenes" de Hamás son una cuestión interna palestina, que debe abordarse a través del "diálogo nacional". Pero la cuestión sigue ahí: ¿Por qué periodistas y defensores internacionales de los derechos humanos siguen haciendo la vista gorda cuando los palestinos cometen atrocidades contra los suyos? ¿Acaso es porque esas noticias carecen de un matiz antiisraelí?