Más de 2.500 palestinos han sido asesinados desde el comienzo del conflicto en Siria, hace tres años, según un informe publicado esta semana por el Grupo de Trabajo para los Palestinos en Siria. Según éste, 2.596 palestinos han sido asesinados desde que en 2011 comenzara el conflicto en ese país.
Pero ésta es una noticia que no ha logrado aparecer en los principales medios de comunicación occidentales. Incluso los medios árabes han ignorado prácticamente por completo ese informe sobre las víctimas palestinas en Siria.
El motivo de esta apatía está claro, por supuesto: los palestinos de Siria murieron a manos de árabes, no como consecuencia del conflicto con Israel.
Los periodistas que cubren Oriente Medio no creen que se trate de una noticia importante por la falta de participación israelí en las muertes.
Que haya árabes que masacran, ejecutan y torturan a palestinos no resulta lo suficientemente sensacional como para ocupar un titular en un periódico importante occidental o árabe. Por eso la mayoría de los corresponsales en Oriente Medio han preferido ignorar el informe.
Según dicho informe, entre las víctimas hay 157 mujeres que resultaron muertas en el transcurso de los combates entre el ejército de Bashar al Asad y diversos grupos sirios de la oposición. También menciona que 268 palestinos fueron abatidos por francotiradores y otros 84 fueron ejecutados sumariamente; otros 948 murieron cuando sus viviendas y vecindarios fueron bombardeados por el Ejército sirio y grupos de la oposición.
El informe recuerda también a la comunidad internacional que el campamento de refugiados palestinos de Yarmuk, próximo a Damasco, lleva bajo asedio del Ejército sirio desde hace 547 días. Unos 160 residentes del campamento han muerto como consecuencia de dicho asedio.
El documento señala además que Yarmuk lleva más de 620 días sin electricidad, y que a los residentes además se les ha cortado el suministro de agua desde hace 117 días.
Además de las muertes acaecidas, unos 80.000 palestinos han huido de sus hogares en Siria debido al vigente conflicto. Casi 15.000 de ellos han cruzado la frontera con Jordania, mientras que, como indica el informe, otros 42.000 han huido al Líbano.
Por si fuera poco, la semana pasada terroristas islámicos ejecutaron a seis palestinos de Yarmuk tras considerarlos culpables de "blasfemia".
Un alto cargo de la OLP en Siria, Anwar Abdel Haidi, ha declarado que los palestinos fueron ejecutados por el grupo terrorista Al Nusra, vinculado a Al Qaeda.
Abdel Haidi ha dicho que sólo quedan 15.000 palestinos en el campamento de refugiados, que, hasta hace tres años, acogía a unas 175.000 personas.
Otro informe publicado recientemente ha revelado que en los últimos años han muerto 264 palestinos como consecuencia de torturas en prisiones del Gobierno sirio.
Las muertes más recientes en prisiones sirias tuvieron lugar el mes pasado: las de tres palestinos, que murieron tras haber sido torturados. Fueron identificados como Bila al Zari, Mohamed Omar y Mohamed Masriyeh, que fueron detenidos por las autoridades por ser sospechosos de colaborar con fuerzas contrarias a Asad en diversos puntos del país.
Las noticias sobre los palestinos torturados hasta la muerte tampoco han conseguido suscitar la atención de los medios occidentales. Si alguno de ellos hubiera muerto en una prisión israelí o enfrentándose a soldados de las FDI sus historias y fotografías habrían sido portada de muchos periódicos y revistas de Estados Unidos, Canadá y Europa.
En cambio, cuando hace poco Ziad Abu Ein, alto cargo de Fatah, murió de un ataque al corazón tras un altercado con soldados israelíes en la Margen Occidental, su noticia despertó inmediatamente la atención de los medios y organizaciones internacionales pro-derechos humanos. Muchos periodistas extranjeros que cubren la información sobre Oriente Medio abordaron la noticia sobre Abu Ein desde todos los ángulos posibles y realizaron entrevistas a sus familiares y amigos.
Pero los palestinos que son asesinados o torturados hasta la muerte en Siria y en otros países árabes jamás han recibido ese tipo de atención por parte de esos mismos periodistas y activistas pro-derechos humanos.Y la Unión Europea y Naciones Unidas, que instaron a que se realizara una investigación sobre la muerte de Abu Ein, tampoco han considerado necesario ocuparse del padecimiento de los palestinos en Siria.
Y ¿quién ha oído hablar del caso de Zaki al Hoby, un palestino de 17 años, muerto el pasado fin de semana por los disparos de guardias fronterizos egipcios? El adolescente fue abatido porque se acercó demasiado a la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto. Hay testigos que afirman que le dispararon por la espalda y que murió instantáneamente.
Una vez más, el caso de Al Hoby apenas ha sido tratado por los medios porque Israel no estaba implicado en el incidente. De haber muerto por los disparos de soldados israelíes al otro lado de la frontera, la UE y Naciones Unidas habrían solicitado que se creara una comisión internacional de investigación. Pero el joven tuvo la mala suerte de ser abatido por soldados egipcios, lo que convertía su historia en "insignificante" a los ojos de los medios y de la comunidad internacional.
Que haya palestinos a los que matan árabes no parece preocupar ni siquiera a la Autoridad Palestina, cuyos líderes están muy ocupados últimamente amenazando con acusar de crímenes de guerra a Israel ante el Tribunal Penal Internacional. Por lo que respecta a la AP ( y a los medios, a la Unión Europea, a Naciones Unidas y a los grupos pro-derechos humanos) los únicos crímenes de guerra son los que cometen los israelíes, no los árabes que matan, torturan y desplazan a decenas de miles de palestinos. Y todo ello sucede mientras la comunidad y los medios internacionales siguen mostrando estar obsesionados sólo por lo que tenga que ver con Israel.