La facción de Fatah dirigida por Mahmud Abás, que gobierna la Margen Occidental, está tratando de desviar la atención de sus problemas domésticos incitando aún más a los palestinos y a la comunidad internacional en contra de Israel.
En las últimas semanas, pistoleros de Fatah y policías de la Autoridad Palestina se han estado enfrentando casi a diario en los campamentos de refugiados de Balata y Yenín, en el norte de la Margen. Entretanto, diversos dirigentes de Fatah han estado muy ocupados echando pestes unos de otros, señal de profundas divisiones en la cúpula de la facción.
Esta incitación, que incluye recuperar la vieja acusación –que se demostró falsa– de que Israel estuvo tras la muerte de Yaser Arafat en 2004, así como llamadas a boicotear empresas israelíes, está favoreciendo a Hamás y a otros palestinos contrarios a cualquier proceso de paz con Israel.
Durante su reciente visita a Suecia, Abás anunció que se esforzaría por revivir las conversaciones de paz. Pero mientras el rais hablaba en Estocolmo de sus intenciones de reanudar las negociaciones, dirigentes de su facción en la Margen Occidental enviaban un mensaje completamente distinto a los palestinos.
A diferencia de Abás, dichos dirigentes no hablaron de ningún proceso de paz con Israel; hicieron declaraciones que no harían más que radicalizar a los palestinos y darles aún más motivos para odiar al Estado vecino.
No supone ninguna sorpresa que las voces de los dirigentes de Fatah, estrechamente vinculados al presidente de la AP, no llegaran a los miembros del Gobierno sueco, que se precipitaron a extenderle la alfombra roja a Abás.
Así que, mientras el presidente de la AP inauguraba la embajada palestina en el centro de Estocolmo la primera embajada palestina en Europa Occidental–, miembros de su Administración celebraban una rueda de prensa en Ramala para anunciar un boicot contra empresas israelíes.
En la conferencia de prensa, Mahmud Alul, alto cargo de Fatah, anunció una nueva campaña de boicot a productos elaborados por seis empresas alimentarias israelíes. Alul advirtió a los tenderos palestinos para que retiraran de sus estanterías esos productos en el plazo de dos semanas. "Activistas de todas las facciones palestinas recorrerán los territorios para confiscar los productos una vez transcurrido el plazo de dos semanas", anunció.
Esta última campaña dirigida por Fatah no es la primera de este tipo. En el pasado, activistas de la facción en la Margen Occidental desempeñaron un papel destacado en la campaña de antinormalización, destinada a frustrar cualquier encuentro entre palestinos e israelíes. Los activistas se oponen hasta a los partidos de fútbol entre niños de los dos pueblos, y en reuniones en las que concurran periodistas de ambas partes.
Además, mientras Abás se reunía en Bruselas estos días con dirigentes de la Unión Europea, entre ellos el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, para hablar de formas de revivir el proceso de paz con Israel, otro alto cargo de Fatah repetía la falsa acusación de que Israel estaba tras el envenenamiento de Yaser Arafat.
Tawfik Tirawi, miembro del comité central de Fatah y excomandadnte del Servicio General de Inteligencia de la Autoridad Palestina en la Margen occidental, realizó esas dramáticas revelaciones en el transcurso de una entrevista realizada por una cadena de televisión palestina en Belén.
Según Tirawi, que dirige la comisión palestina que investiga la muerte de Arafat:
Hemos logrado identificar a la persona que puso el veneno [en la comida de Arafat]. Sólo necesitamos algo de tiempo para confirmar nuestras investigaciones. Desde luego, sabemos que Israel estuvo tras la operación de asesinato. Pero estamos buscando a la persona que estuvo directamente implicada.
Tirawi no reveló la identidad de la persona supuestamente implicada en la muerte de Arafat. Tampoco presentó prueba alguna de que Israel estuviera detrás del hipotético asesinato.
Pero al repetir la acusación de que los israelíes estuvieron tras la muerte de Arafat, el alto cargo de Fatah no hace sino avivar el odio contra Israel.
¿De qué forma semejante acusación carente de fundamento contribuye a renovar el proceso de paz, cosa que ha asegurado estar intentando Abás? ¿Y cómo los llamamientos al boicot a los israelíes y a sus productos allanan el camino de la paz y la coexistencia?
No son más que dos ejemplos recientes de cómo Abás y la Autoridad Palestina, dominada por Fatah, están dirigiendo a su pueblo hacia un enfrentamiento eterno con Israel, no a la reconciliación.
Añádase esto a las diarias amenazas de Abás y de la cúpula de la AP de acusar de crímenes de guerra a los israelíes ante la Corte Penal Internacional. Una vez se declara que tu objetivo es castigar y boicotear a Israel, se hace muy difícil hablar de proceso de paz de ningún tipo en el futuro.
Abás y su moderada facción de Fatah no sólo no han preparado a su pueblo para la paz con Israel; además siguen avivando el sentimiento antiisraelí en los palestinos y también en otros árabes. Si Abás y su facción ya han decidido que muchos israelíes son criminales de guerra y que además envenenaron a Yaser Arafat, ¿cómo van a volver jamás a una mesa de negociación con Israel? ¿Cómo justificarán entonces ante su pueblo que accedieron a reanudar las conversaciones de paz con unos criminales de guerra?
La incitación de Fatah y su campaña para deslegitimar y aislar a Israel ha provocado incluso que para los niños palestinos no sea seguro jugar al fútbol con los israelíes. En las presentes circunstancias, también se ha vuelto peligroso para los activistas israelíes en pro de la paz visitar Ramala y reunirse con colegas palestinos.
Los dirigentes de la UE que se reunieron con Abás la semana pasada o no están al tanto de la incitación antiisraelí de su facción de Fatah o simplemente prefieren enterrar la cabeza en la arena. En ambos casos, la Unión Europea no está contribuyendo a la causa de la paz en Oriente Medio; al contrario, sigue haciéndole la vista gorda a esta campaña antiisraelí, y financiándola generosamente a través de decenas de ONG en los territorios palestinos.