No es ningún secreto que la mayoría de los países árabes llevan tiempo maltratando a sus hermanos palestinos sometiéndolos a una serie de leyes y regulaciones discriminatorias y de tipo segregacionista que a menudo los privan de derechos fundamentales.
En Irak, el Líbano, Jordania, Egipto y Siria los palestinos son tratados como ciudadanos de segunda y tercera categoría, lo que ha obligado a muchos a buscar una vida mejor en Estados Unidos, Canadá, Australia y diversos países europeos. Como consecuencia de ello, actualmente numerosos palestinos se sienten rechazados en sus países de origen y en otros Estados árabes.
La situación de los palestinos en los países árabes empezó a deteriorarse tras la invasión iraquí de Kuwait, en agosto de 1990. Los palestinos fueron los primeros en felicitar a Sadam Husein por su invasión del emirato, que solía enviar cada año decenas de millones de dólares a la OLP en forma de ayuda financiera. Pero muchos huyeron del país para alejarse de la anarquía y el desorden que reinaron tras la invasión.
Cuando, al año siguiente, Kuwait fue liberado por una coalición encabezada por Estados Unidos, unos 20.000 palestinos fueron expulsados del emirato petrolífero, como represalia por haber apoyado la invasión de Sadam Husein. Otros 150.000 palestinos habían abandonado el país antes de la guerra; sospecharon que podía estar preparándose una nueva incursión, y estaban preocupados por lo que les aguardaría una vez Kuwait fuera liberado.
La mayoría de los palestinos que abandonaron Kuwait voluntariamente o que fueron expulsados se establecieron en Jordania.
Los palestinos de Irak también están pagando ahora un elevado precio. Desde 2003, el número de palestinos residentes en el país ha descendido de 25.000 a 6.000. Activistas palestinos afirman que los iraquíes están llevando a cabo una campaña de limpieza étnica contra la población palestina.
Los activistas sostienen que, desde el colapso del régimen de Sadam Husein, durante la última década milicias chiíes han atacado e intimidado de manera sistemática a la población palestina, lo que ha hecho que muchos hayan huido. A su juicio, los chiíes se oponen a la presencia en su país de suníes no iraquíes, empezando por los palestinos, sobre todo en la capital, Bagdad. Además, dicen que muchos suníes iraquíes que se opusieron a Sadam Husein también han estado luchando contra los palestinos como represalia por su apoyo al dictador.
Tamer Meshainesh, líder de la Liga para los Palestinos de Irak, afirmó hace unos días que los palestinos estaban afrontando "crímenes sin precedentes" y "un número creciente de ataques". Advirtió de que los palestinos de Irak estaban siendo atacados por diversas milicias como parte de una política sistemática para expulsarlos del país.
Abu al Walid, un investigador palestino que lleva varios años siguiendo la dura situación de los palestinos en Irak, señaló que 19.000 de los 25.000 palestinos que residían en el país ya lo han abandonado. También indicó que los palestinos son atacados a diario con el pretexto de estar implicados en actividades terroristas. Según este investigador, muchos palestinos capturados en Irak por milicias chiíes han sido brutalmente torturados y obligados a confesar su supuesta relación con el terrorismo.
Meshainesh y Abu al Walid acusaban a la Autoridad Palestina de no haber ayudado a los palestinos de Irak. Dicen que el único esfuerzo que ha hecho al respecto no ha sido más que "hueca palabrería".
Los palestinos de Irak están pagando el precio de inmiscuirse en los asuntos internos del país. Es lo mismo que les ocurrió a sus compatriotas residentes en Siria, el Líbano y Libia. Los palestinos suelen verse implicados, directa e indirectamente, en las rivalidades existentes en los países árabes. Y cuando el fuego los alcanza empiezan a pedir ayuda, como sucede actualmente en Irak.
Una calle del campo de refugiados palestinos de Yarmuk, cerca de Damasco, Siria, tras ser afectada por unos combates. (Imagen: captura de un vídeo de RT). |
Pero lo que resulta más interesante es la completa indiferencia exhibida por las organizaciones internacionales de derechos humanos, los medios de comunicación y la Autoridad Palestina (AP) ante el maltrato sufrido por los palestinos en los países árabes.
La AP, cuyos dirigentes están muy ocupados incitando contra Israel a diario, no tiene tiempo de preocuparse por los suyos en el mundo árabe. Sus líderes declaran ante la prensa que quieren acusar de "crímenes de guerra" a Israel ante la Corte Penal Internacional por la guerra contra Hamás del año pasado y por las continuas construcciones en los asentamientos de la Margen Occidental. Sin embargo, cuando se trata de limpieza étnica y de torturas a palestinos en países árabes como Irak, Siria y el Líbano, prefieren mirar para otro lado.
De manera análoga, los medios internacionales parecen haber olvidado que hay decenas de miles de palestinos que viven en diversos países árabes. Los únicos palestinos que conocen los periodistas occidentales, y los únicos que les importan, son los que viven en la Margen Occidental y la Franja de Gaza.
A la prensa internacional no le importan los palestinos del mundo árabe porque no son una noticia de la que se pueda culpar a Israel. Un árabe que mata o tortura a otro árabe no es un tema que merezca ser publicado en uno de los principales periódicos de Estados Unidos, Canadá o Gran Bretaña. Pero cuando un palestino de la Margen Occidental se queja de las autoridades israelíes o de los colonos judíos, muchos periodistas occidentales no tardan ni un minuto en correr hasta la escena para cubrir ese importante suceso.
La limpieza étnica de palestinos en Irak no es un fenómeno extraño en el mundo árabe. Decenas de miles de palestinos también han abandonado Siria en los últimos años. La mayoría se ha ido al Líbano o a Jordania, donde las autoridades hacen cuanto pueden para asegurarse de que los refugiados palestinos sepan que no son bienvenidos. Activistas palestinos calculan que dentro de pocos años no quedarán compatriotas suyos en Irak ni en Siria.
Evidentemente, la ONU y otros organismos internacionales no se han enterado de la limpieza étnica de palestinos en el mundo árabe. Ellos también están tan obsesionados con Israel que prefieren no saber nada del sufrimiento de los palestinos en regímenes árabes.
Los países árabes no sólo desprecian a los palestinos; además quieren que sólo sean problema de los israelíes. Por eso, desde 1948, los Gobiernos árabes se han negado a permitirles a los palestinos que se establezcan de manera permanente en sus países y se conviertan en ciudadanos de pleno derecho. Ahora esos países no sólo les están negando sus derechos fundamentales: además los están torturando y matando, y sometiéndolos a una limpieza étnica. Y todo ello sucede mientras los líderes y Gobiernos de todo el mundo siguen haciendo la vista gorda y señalando a Israel.