La ciudad francesa de Niza ha anulado una polémica prohibición del burkini musulmán después de que un tribunal declarara ilegal dicho veto. También se ha anulado la prohibición de estos trajes de baño de cuerpo entero en Cannes, Fréjus, Roquebrune y Villeneuve-Loubet, pero siguen en vigor en al menos otras 25 ciudades costeras de Francia.
La discusión sobre el burkini –un neologismo que mezcla las palabras "burka" y "bikini"– ha reactivado un viejo debate sobre los códigos de vestimenta islámicos en Francia y otros Estados europeos laicos (ver apéndice debajo).
El 26 de agosto, el Consejo del Estado, el tribunal administrativo más alto de Francia, sentenció que las autoridades municipales de Villeneuve-Loubet, una ciudad costera de la Riviera francesa, no tenían derecho a prohibir el burkini. El tribunal juzgó que el veto –promulgado después del ataque yihadista en Niza el 14 de julio en el que perdieron la vida 86 personas– constituía un "ataque grave y manifiestamente ilegal contra la libertad de movimiento y de conciencia". Los jueces dictaron que las autoridades sólo pueden restringir las libertades individuales cuando existe un "peligro demostrado" para el orden público. Y no había –dijeron– evidencia de dicho peligro.
Aunque la sentencia afectaba sólo a la prohibición en Villeneuve-Loubet, los observadores han dicho que la sentencia sienta un precedente prohibido el burkini.
El fallo del alto tribunal revocaba la sentencia de un tribunal inferior, emitida el 22 de agosto, que decía que la prohibición del burkini era "necesaria, apropiada y proporcionada" para preservar el orden público.
La causa fue presentada por el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF) y por la Liga por los Derechos Humanos (LDH). Ambas organizaciones se habían comprometido a presentar una demanda contra cualquier municipio que prohibiera el burkini, ya que dicen que vulnera la libertad religiosa de los musulmanes en Francia.
Patrice Spinosi, abogado de LDH, dijo que, al no haber una amenaza demostrada para el orden público, el alto tribunal "ha dictado su sentencia y ha demostrado que los alcaldes no tienen derecho a poner límites a que se vistan símbolos religiosos en el espacio público. Va contra la libertad religiosa, que es una libertad fundamental".
En cambio, los defensores de la prohibición –de todo el espectro político– sostienen que el burkini es una prenda política, no religiosa.
En un artículo en Le Figaro, el comentarista francés Yves Thréard advirtió:
El peor escenario sería que el debate se alargara y se desviara hacia cuestiones totalmente ajenas a esta atroz vestimenta. El laicismo y la religión son irrelevantes aquí. El burkini no es una prescripción del Corán, sino una manifestación más del islam político, militante y destructivo, que busca impugnar nuestro estilo de vida, nuestra cultura y nuestra civilización. El velo en las escuelas, las oraciones callejeras, los menús escolares halal, el apartheid por sexos en las piscinas públicas, los hospitales, las autoescuelas, el niqab, el burka... Durante treinta años, esta infiltración ha ido debilitando a nuestra sociedad, tratando de desestabilizarla. Es hora de darle un portazo en la cara. Yusef al Qaradawi, el famoso predicador egipcio, que antes solía dar charlas en Francia, advirtió: "Os colonizaremos con vuestras leyes democráticas". Con nuestra indiferencia y también nuestra ingenuidad hemos sido mucho tiempo cómplices en esta empresa letal y repugnante.
Según el primer ministro francés, Manuel Valls, el burkini es "la afirmación del islam en el espacio público". En una entrevista con La Provence, Valls, socialista, dijo:
Apoyo a quienes han dictado estas prohibiciones [...] Las playas, como cualquier otro espacio público, deben estar a salvo de las reivindicaciones religiosas. El burkini es un proyecto político antisocial con el objetivo concreto de someter a las mujeres. Tras el burkini subyace la idea de que las mujeres son, por naturaleza, impúdicas e impuras, y que deben ir completamente cubiertas. Eso no es compatible con los valores de Francia y la República. Ante tales provocaciones, la República debe defenderse.
Laurence Rossignol, la ministra socialista de Familia, Infancia y Derechos de la Mujer, también dijo que apoyaba la prohibición del burkini. En una entrevista con Le Parisien, dijo:
El burkini no es una especie de nueva línea de trajes de baño. Es la versión playera del burka y tiene la misma lógica: ocultar el cuerpo de las mujeres para poder controlarlas mejor. Tras él se halla una visión profundamente arcaica del lugar de la mujer en la sociedad. Está la idea de que, por naturaleza, las mujeres son impuras e inmorales y que por lo tanto deben ocultar su cuerpo y desaparecer del espacio público. [...]
El burkini es muy perturbador por su dimensión política colectiva. No sólo afecta a las mujeres que lo llevan. El burkini es el símbolo de un proyecto político hostil hacia la diversidad y el empoderamiento.
El primer ministro francés, Manuel Valls, declaró recientemente: "El burkini es un proyecto político antisocial pensado particularmente para subyugar a la mujer (...) No es compatible con los valores de Francia y de la República. Ante este tipo de provocaciones, la República debe defenderse". Arriba, cuatro policías en Niza, Francia, obligan el pasado 23 de agosto a una mujer a quitarse parte de la ropa porque su vestimenta violaba la prohibición municipal sobre el burka. Además, le impusieron una multa. (Imagen tomada de un vídeo de NBC News) |
El expresidente francés Nicolas Sarkozy, que anunció recientemente su candidatura a las elecciones presidenciales de 2017, dijo que si es elegido "cambiará la Constitución" y que presionará para que el burkini se prohíba a nivel nacional. En un mitin de campaña del 26 de agosto, Sarkozy, conservador, dijo:
Seré el presidente que restablecerá la autoridad del Estado. Quiero ser el presidente que garantice la seguridad de Francia y de cada ciudadano francés. [...]
Me niego a que el burkini se imponga en las playas y piscinas francesas [...] Debe haber una ley que lo prohíba en todo el territorio de la República. Nuestra identidad estará amenazada si aceptamos una política sobre inmigración que no tiene ningún sentido.
En una entrevista con Le Figaro, Sarkozy ahondaba en la cuestión:
Llevar el burkini es un acto de militancia política, una provocación. Las mujeres que lo llevan están poniendo a prueba la resistencia de Francia. Si no acabamos con esto, existe el riesgo de que dentro de diez años las chicas musulmanas que no quieran llevar el burkini o el velo sean estigmatizadas y presionadas para que lo lleven.
Henri Leroy, alcalde de Mandelieu-La-Napoule, una de las primeras localidades francesas que prohibieron el burkini, dijo que había que recordar a los residentes musulmanes "que en primer lugar son franceses, y después de confesión musulmana". Y añadió: "Nuestra República tiene tradiciones y costumbres que deben respetarse".
El alcalde de Cannes, el conservador David Lisnard, dijo que el burkini es "un uniforme que es el símbolo del extremismo islámico". El gestor municipal Thierry Migoule dijo que el burkini es "una aparatosa vestimenta que indica una lealtad a movimientos terroristas que nos han declarado la guerra".
El alcalde de Fréjus, David Rachline, escribió que la sentencia del alto tribunal era "una victoria del islam radical, del islam político, que está ganando terreno en nuestro país".
Lionnel Luca, el alcalde conservador de Villeneuve-Loubet, dijo que había que prohibir el burkini para "contrarrestar la sigilosa islamización que está avanzando en nuestro país". Añadió que la sentencia del alto tribunal "lejos de apaciguar [a los musulmanes], encenderá los ánimos y las tensiones".
Ange-Pierre Vivoni, el alcalde socialista de la ciudad corsa de Sisco, impuso el veto del burkini "para proteger a la población" después de que un grupo de musulmanes se mostraran agresivos cuando un turista hizo fotos a varias mujeres vestidas con el burkini que nadaban en un arroyo. Se acabaron sumando 400 personas a la refriega, en la que los vecinos corsos se enfrentaron a los migrantes del Norte de África. Al día siguiente, más de 500 corsos marcharon por la ciudad gritando: "¡A las armas! Esta es nuestra casa!"
Las encuestas de opinión revelaron un amplio poyo público a la prohibición del burkini. Según una encuesta de Ifop publicada por Le Figaro el 25 de agosto, el 64 % de la población francesa está en contra del burkini en las playas, y sólo el 6 % lo defiende. El director de Ifop, Jérôme Fourquet, dijo: "Los resultados son similares a los medidos en abril sobre el velo y el chador en la calles (estaba en contra el 63 %). Las playas se equiparan a las calles, donde llevar símbolos religiosos llamativos también es rechazado por dos tercios de los franceses".
Soeren Kern es analista de política europea para el Instituto Gatestone en Nueva York. Síguelo en Facebook y en Twitter. Su primer libro, Global Fire, estará a la venta en 2016.
Apéndice
Prohibición del burka en países europeos
El debate francés sobre el burkini –un neologismo que mezcla las palabras "burka" y "bikini"– ha reactivado un viejo debate sobre los códigos de vestimenta islámicos en otros países europeos.
Austria. El 13 de agosto, Norbert Hofer, candidato a la presidencia por el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), pidió la prohibición del burka. "Creo que es lo lógico", dijo. Unos días después, el ministro de Exteriores e Integración, Sebastian Kurz, miembro del Partido Popular Austríaco (ÖVP), en el Gobierno, dijo que una ley de integración incluiría restricciones sobre el burka. "El velo integral está poniendo trabas a la integración", dijo Kurz. "El burka no es un símbolo religioso, sino un símbolo de una contrasociedad".
El ministro de Interior, Wolfgang Sobotka, dijo que la prohibición total del burka sería "problemática desde el punto de vista constitucional". Dijo que sería más realista una prohibición parcial en los pasos fronterizos y para conducir coches.
Una encuesta nacional publicada el 25 de agosto revelaba que el 75 % de los austriacos estaba a favor de prohibir el burka.
El FPÖ ya había pedido que se prohibiera el burka en julio de 2014. En aquel momento, Kurz rechazó la idea, diciendo que era "un debate artificial".
En junio de 2016, la ciudad de Hainfeld se convirtió en el primer ayuntamiento de Austria que prohibió el burkini en las piscinas públicas. En Viena, los medios locales informaron de un "notable aumento" del número de mujeres que llevaban el burkini en las piscinas públicas de la capital.
Países bálticos. En abril de 2016, el Gobierno letón anunció una proposición para prohibir el burka. El Gobierno dijo que la finalidad de la ley, que espera que entre en vigor en 2017, es asegurar que los inmigrantes musulmanes respetan los valores del país. También se está debatiendo la prohibición del burka en Estonia y Lituania.
Bélgica. En julio de 2011, Bélgica se convirtió en el segundo país europeo, después de Francia, en prohibir el burka. Las infractoras se enfrentan a una multa de 137 euros y un máximo de siete días de cárcel. En los cinco años desde que entró en vigor la prohibición, más de 70 mujeres han sido multadas por vestir la prenda en público. De ellas, 67 mujeres fueron multadas en Bruselas y siete en Lieja.
En agosto de 2016, Nadia Sminate, diputada belga de origen marroquí y flamenco, pidió la prohibición total del burka. En una entrevista con De Standaard, dijo:
Debemos evitar que las mujeres vayan por Flandes en burkini. No en la piscina, y tampoco en la playa. Yo no creo que las mujeres quieran ir por la playa con esa monstruosidad en nombre de la religión. Si lo permitimos, estaremos marginando a la mujer de la sociedad. Vivimos en Flandes y nosotros dictamos las normas. Si decimos que hemos de poner límites y reforzar nuestros valores, tenemos que hacerlo.
Gran Bretaña. El 31 de agosto, una encuesta de YouGov reveló que la mayoría de los británicos está a favor de prohibir el burka en los espacios públicos. Según la encuesta, el 57 % de los británicos estaba a favor de la prohibición, y el 25 % en contra. El único segmento de edad contrario a la prohibición era el de los 18 a los 24 años. Todos los demás grupos estaban a favor; el de mayor edad (más de 65) apoyaba la prohibición por un 78 % frente al 12 % en contra. Los principales partidos políticos también cuentan entre sus votantes con multitud de partidarios de la prohibición. Otra encuesta distinta realizada por YouGov descubrió que el 46 % de los británicos quería prohibir el burkini, y que el 30% se oponía.
Bulgaria. En junio de 2016, el Parlamento búlgaro aprobó una nueva ley que prohíbe el burka. Ese paso convirtió a Bulgaria en el tercer país europeo que ha aprobado dicha ley, después de Francia y Bélgica. El veto afecta a los ciudadanos búlgaros y también a cualquier persona que se encuentre en el país de manera temporal.
La ley estipula que no se podrá llevar prendas que tapen el rostro en las administraciones búlgaras centrales y locales, las escuelas, las instituciones culturales y espacios públicos recreativos, deportivos y de comunicaciones.
Sólo se permitirá cubrir la cabeza, los ojos, las orejas y la boca cuando sea necesario por motivos de salud o profesionales y en eventos deportivos y culturales. La prohibición también se aplica a las casas de culto.
La ley prevé una multa de 200 leva (100 euros) la primera vez que se infrinja la prohibición. Para segundas y posteriores infracciones, se establece una multa de 1.500 leva (755 euros) y la pérdida de prestaciones sociales.
Quien persuada a otras personas de que se tapen la cara estará sujeto a una pena de hasta tres años de cárcel y una multa de 5.000 leva (2.500 euros). Si la persona persuadida para taparse la cara es menor de edad, la pena se eleva a un máximo de cinco años de cárcel y una multa de hasta 10.000 leva (5.000 euros).
República Checa. En marzo de 2016, una estudiante musulmana presentó una demanda contra una facultad de enfermería en Praga después de que le prohibieran llevar el hiyab (el velo musulmán que cubre la cabeza y el cuello) en clase. La facultad alegó que los estudiantes no podían cubrirse la cabeza en clase.
Dinamarca. En agosto de 2016, el Partido Popular Danés dijo que iba a presentar una proposición en el Parlamento para prohibir el burka. En una entrevista con Metro Express, el portavoz del partido, Kenneth Kristensen Berth, dijo que se debía ilegalizar la prenda por motivos de seguridad:
Hay varios ejemplos, sobre todo en Oriente Medio, donde personas que iban con el burka han sido terroristas suicidas. Es sólo cuestión de tiempo que eso ocurra en Europa. Acabo de volver de Londres, donde el número de burkas en las calles ha aumentado muy considerablemente. Se pueden utilizar para colocar bombas sin que se detecte.
Francia. En abril de 2011, Francia se convirtió en el primer país europeo que prohibió el burka y el niqab. En julio de 2014, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avaló la prohibición.
Tras el ataque yihadista en Niza en julio de 2016, en el que 86 personas perdieron la vida, al menos 30 ciudades y pueblos prohibieron el burkini en las playas públicas.
El 26 de agosto, el Consejo del Estado, el más alto tribunal administrativo de Francia, sentenció que las autoridades municipales de Villeneuve-Loubet, ciudad costera de la Riviera francesa, no tenían derecho a prohibir el burkini. Aunque la sentencia afectaba sólo al veto de Villeneuve-Loubet, algunos observadores dijeron que la sentencia sentaba un precedente jurídico para el resto de Francia.
Las encuestas de opinión demostraron un amplio poyo público a la prohibición del burkini. Según una encuesta de Ifop publicada por Le Figaro el 25 de agosto, el 64 % de la población francesa está en contra del burkini en las playas y sólo el 6 % lo defiende. El director de Ifop, Jérôme Fourquet, dijo: "Los resultados son similares a los medidos en abril sobre el velo y el chador en la calles (estaba en contra el 63 %). Las playas se equiparan a las calles, donde llevar símbolos religiosos llamativos también es rechazado por dos tercios de los franceses".
Alemania. El 18 de agosto, el ministro del Interior, Thomas de Maizière, anunció una proposición para "vetar parcialmente el burka", por la cual se prohibirían los velos musulmanes que tapan el rostro en los espacios públicos, incluidos los parvularios, los colegios, las universidades, las oficinas del Gobierno y para conducir un vehículo.
"Rechazamos los velos que cubren totalmente la cara", dijo De Maizière. "No sólo el burka: cualquier velo que cubra totalmente la cara y que sólo deje ver los ojos de una persona. Eso no encaja en nuestra sociedad, en nuestra forma de comunicarnos, en nuestra cohesión social. Por eso les exigimos que nos dejen verles la cara".
En una entrevista con Bild el 12 de agosto, Julia Klöckner, la vicepresidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), partido en el Gobierno, dijo:
El velo integral obstaculiza enormemente la integración de las mujeres aquí. No es una señal de diversidad religiosa, sino que representa una imagen degradante de la mujer. Está prohibido en Francia, y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha respaldado esa prohibición.
En una entrevista con Die Welt el 30 de julio, el miembro de la CDU Jens Spahn dijo:
Se debería haber prohibido hace tiempo el velo integral, el niqab y también el burka, para lanzar un mensaje al mundo. Imaginemos cómo habría sido esta conversación si estuviésemos completamente tapados mientras hablamos entre nosotros. No quiero ver ni un burka en este país. En ese sentido, soy un burkófobo.
En un artículo de opinión publicado en Bild, Basam Tibi, exprofesor en la Universidad de Gotinga que se define como "musulmán europeo", escribió que estaba totalmente a favor de prohibir el burka:
Prohibir el burka sería una medida política inteligente contra ciertas personas que se acordonan a sí mismas en sociedades paralelas, para que haya una integración inclusiva de los migrantes musulmanes y para la seguridad de la República Federal de Alemania.
Una nueva encuesta publicada por Infratest Dimap el 26 de agosto revelaba que el 81 % de los alemanes está a favor de prohibir el burka en los espacios públicos. La encuesta mostraba que el 51 % defendía la prohibición total del burka.
El 22 de agosto, un tribunal de Osnabrük dictó que una estudiante de la ciudad no podía llevar el velo en clase. La Sophie Scholl había aceptado inicialmente a la alumna, pero cambió de parecer cuando ésta insistió en vestir el niqab en clase. Los responsables de la escuela dijeron que la comunicación abierta, necesaria por motivos educativos, era imposible si la alumna sólo dejaba ver sus ojos.
En junio, la ciudad bávara de Neutraubling prohibió el burkini en las piscinas públicas después de que varias clientas se quejaran de la prenda por motivos de higiene. El alcalde, Heinz Kiechle, dijo: "No entiendo por qué tienen que llevar el burkini por la tarde, cuando la piscina está reservada para que se bañen sólo mujeres".
Italia. El 1 de enero de 2016 el burka y el niqab habían sido vetados en todas las oficinas públicas y hospitales de la región nororiental de Lombardía.
El 17 de agosto, el ministro de Interior, Angelino Alfano, dijo que Italia no va a prohibir el burka porque esa medida podría provocar una reacción negativa en la comunidad musulmana. En una entrevista con el Corriere della Sera, afirmó:
El ministro del Interior tiene la responsabilidad de velar por la seguridad pública y de optar por un nivel de dureza que nunca acabe siendo una provocación que suponga una posible incitación a ataques.
Malta. En octubre de 2015, el Gobierno debatió sobre prohibir los burkas en el espacio público después de que surgiera la fotografía de una mujer que iba conduciendo con el velo integral. El artículo 338 del Código Penal considera una amenaza al orden público que alguien "en cualquier espacio público vaya enmascarado o tapado, salvo en las ocasiones y formas permitidas por la ley". Algunos miembros del Gobierno dijeron que se debía clarificar la actual ley para ilegalizar específicamente el burka.
Un imán local, Mohame Elsadi, dijo que la prohibición del burka sería una amenaza para la integración y la armonía social en Malta. Añadió: "En un mundo global, donde las gentes de distintas culturas viven e interactúan unas con otras de muchas maneras y en muchos ámbitos de la vida, lo más beneficioso para cualquier país es garantizar al máximo posible las libertades individuales". Dijo que se debía permitir a los musulmanes "toda la libertad para ejercer sus propias normas culturales y su propio estilo de vida".
La ministra de Igualdad, Helena Dalli, replicó:
Hay varios miles de musulmanes en Malta, y muchos llevan aquí mucho tiempo, generaciones, incluso. El burka y el niqab no son prendas que alguien asociaría con esta comunidad, así que una prohibición más clara respecto a llevar la cara tapada no debería tener ningún impacto en la inmensa mayoría de los musulmanes en ningún sentido.
Países Bajos. En mayo de 2015, el Gobierno holandés aprobó un veto parcial de los velos islámicos que cubren el rostro en el transporte público y en áreas públicas como colegios y hospitales. Las infractoras se enfrentan a una multa de 405 euros. Esa prohibición no impide llevar el burka o el niqab en la calle.
Noruega. En agosto de 2016, una comisión sobre integración compuesta por miembros de distintos partidos propuso prohibir el burka y el niqab en las instituciones públicas y el hiyab en los colegios públicos. En un informe de 50 páginas titulado "Los diez mandamientos para una mejor integración", la comisión pedía unas directrices nacionales claras sobre los códigos de vestimenta islámica para mejorar la integración.
"Para mejorar la integración, tenemos que fomentar una mayor participación en la vida pública", dijo Jette Christensen, miembro del Partido Laborista. "Por lo tanto, no podemos permitir que se vaya con la cara tapada".
Maryan Keshvari, miembro del Partido del Progreso, añadió: "No podemos permitir el principal uniforme islámico en las escuelas noruegas".
En 2013, el Parlamento noruego rechazó prohibir el burka basándose en que Noruega se arriesgaba a ser censurada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Desde que el TEDH respaldara la prohibición de Francia en julio de 2014, los partidarios del veto en Noruega han intentando, en vano, lograr la aprobación del Parlamento para aplicar una prohibición similar en Noruega.
Eslovenia. En noviembre de 2015, el Partido Demócrata (SDS), en la oposición, presentó una proposición de ley para prohibir el burka y el niqab en público y para endurecer los requisitos para la concesión del asilo en Eslovenia.
"Cuando está en Eslovenia, la gente debería respetar la cultura eslovena y las costumbres eslovenas", dijo Jeanz Jansa, líder del SDS. "Por eso hemos redactado una ley con el fin de prohibir el burka en público".
Vinko Gorenak, diputado del SDS, añadió: "Nosotros tenemos que adaptar nuestras costumbres cuando viajamos a sus países. No hay motivo por el que no debamos exigirles lo mismo cuando están en nuestro entorno cultural".
España. En diciembre de 2010, la ciudad catalana de Lérida promulgó la prohibición del burka en los espacios públicos. En febrero de 2013, el Tribunal Supremo español dictó que la prohibición era inconstitucional. Dijo que "constituía una limitación del derecho fundamental a ejercer la libertad de culto, garantizada por la Constitución Española". El tribunal dijo también que sólo se puede limitar un derecho fundamental a través de leyes de ámbito nacional, y no mediante ordenanzas municipales.
En septiembre de 2014, durante un debate en el Congreso sobre la Ley de Seguridad Ciudadana, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, pidió la prohibición del burka en los espacios públicos. Dijo que el asunto tenía dos dimensiones: el de la seguridad y el de la dignidad de la mujer.
"En mi opinión, el burka es una prenda que atenta contra la dignidad de las mujeres", dijo Fernández Díaz. "Pero eso no sería competencia del Ministerio de Interior". En términos de seguridad, dijo que el burka "dificulta la identificación de una persona que pueda cometer actos ilícitos".
En agosto de 2016, un parque acuático de la ciudad catalana de Gerona prohibió el burkini "por motivos de seguridad". En junio de 2014, la ciudad vasca de Vitoria prohibió el burkini en las piscinas públicas. En noviembre de 2014, un conductor de Vitoria impidió a una mujer vestida con el burka subir a su autobús.
Suiza. El 1 de julio de 2016, entró en vigor la prohibición del burka en Ticino, el primer cantón suizo que lo hizo. Quienes la infrinjan podrán ser multados con 10.000 francos suizos (9.100 euros). Se tomó dicha medida después de que se celebrara un referéndum en septiembre de 2013 en el que el 65 % de los votantes del cantón italohablante votara a favor de la prohibición.