El ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini, es sujeto de una investigación oficial por "secuestro", después de que se negara a permitir a migrantes ilegales desembarcar en un puerto italiano. La investigación, una medida política dirigida a mitigar la postura de línea dura del Gobierno sobre la inmigración ilegal, ha amenazado con hundir Italia en una crisis constitucional por la separación de poderes.
El fiscal siciliano Luigi Patronaggio dijo que la investigación a Salvini, líder de la Liga, el partido contrario a la inmigración, se centraría en el "secuestro y arresto ilegal y el abuso de poder".
Salvini respondió:
Si quiere interrogarme o incluso arrestarme porque defiendo las fronteras y la seguridad de mi país, estoy orgulloso y lo espero con los brazos abiertos. Ser investigado por defender los derechos de los italianos es una deshonra.
Salvini añadió que no iba a ser "intimidado" y que no se reservaría su derecho a la inmunidad ante un procesamiento. "Sólo hice mi trabajo como ministro y estoy dispuesto a hacerlo otra vez".
La investigación se inició después de que Salvini, que también es viceprimer ministro, impidiera que 150 migrantes, en su mayoría eritreos, abandonaran el barco de la Guardia Costera italiana a no ser que otros estados miembros de la Unión Europea accedieran a aceptar a algunos de ellos.
El 15 de agosto, el Diciotti rescató a aproximadamente 190 migrantes del mar Mediterráneo, y el 20 de agosto, el barco atracó en Catania (Sicilia). Unos 30 menores sin acompañante pudieron desembarcar, y después otras 13 mujeres y hombres pudieron abandonar el barco por motivos médicos.
El guardacostas italiano 'Diciotti', que el 20 de agosto atracó en Sicilia con 190 migrantes a bordo. (Foto: Arpat/Wikimedia Commons). |
Salvini se negó a permitir desembarcar al resto de los pasajeros, arguyendo que otros estados miembros de la UE debían compartir la carga de la migración masiva. Más de 600.000 migrantes llegaron a Italia en los últimos cuatro años. Según la normativa de la UE –el llamado Convenio de Dublín–, los migrantes tienen que solicitar asilo en el país de llegada, que, por motivos geográficos, sitúa una carga desproporcionada en Italia.
El 22 de agosto, el viceprimer ministro Luigi Di Maio tuiteó:
Italia ha dejado de ser el campo de refugiados de Europa. He dado la orden de que nadie desembarca del Diciotti.
El 23 de agosto, Di Maio amenazó con retener los pagos a la Unión Europea si en una cumbre de alto nivel de la UE en Bruselas, fijada para el 24 de agosto, no se lograba encontrar una solución a largo plazo para el problema del rescate de los migrantes. En una entrevista en la televisión italiana, que también publicó en su cuenta de Facebook, Di Maio dijo:
Si mañana no se consigue nada en la cumbre de la Comisión Europea, si deciden no hacer nada respecto al Diciotti y la redistribución de los migrantes, todo el Movimiento Cinco Estrellas [el partido de Di Maio] y yo ya no estaremos dispuestos a dar los 20.000 millones de euros a la Unión Europea cada año.
El 24 de agosto, después de que en la reunión de la UE no se lograra –como era de esperar– dar con una solución para los migrantes del Diciotti, Di Maio escribió en Facebook:
Hoy la Unión Europea ha decidido dar la espalda a Italia una vez más. Llegados a este punto, Italia debe tomar medidas unilaterales. Estamos dispuestos a recortar los fondos que damos a la Unión Europea. ¿Quieren que los ciudadanos italianos paguen 20.000 millones de euros? Dejémosles demostrar que lo merecen haciéndose cargo de un problema que ya no podemos manejar nosotros solos. Las fronteras de Italia son las fronteras de Europa.
El portavoz de la Comisión Europea Alexander Winterstein respondió:
No vamos a dedicarnos a señalar con el dedo. Los comentarios no constructivos, y mucho menos las amenazas, no son útiles y no nos van a acercar a la solución. La UE es una comunidad de reglas y opera sobre la base de las reglas, no de las amenazas.
En una entrevista posterior en la radio pública RAI, De Maio dijo:
La UE nació basándose en principios como la solidaridad. Si no es capaz de redistribuir a 170 personas, tiene graves problemas con sus principios fundacionales.
El 26 de agosto, el Gobierno italiano anunció que los 150 migrantes restantes podrían desembarcar después de que se alcanzara un acuerdo con la Iglesia Católica romana, Albania e Irlanda. Según el acuerdo, los arzobispos italianos accedieron a acoger a la mayoría de los migrantes bajo su cuidado. Los migrantes irán a un centro católico en Rocca di Papa, cerca de Roma. Albania, que no es miembro de la UE, e Irlanda, que sí lo es, acogerán respectivamente a veinte personas.
Dirigiéndose a los seguidores de la Liga, Salvini dijo:
¿Saben dónde acabarán algunos de los migrantes si desembarcan en las próximas horas? En un resultado milagroso, no visto en los últimos veinte años, algunos de los migrantes irán a Albania.
En este caso, el Gobierno albanés ha demostrado ser mejor que el Gobierno francés.
Le doy las gracias a Albania; vergüenza debería darle a Francia y a los demás que no se han molestado en preocuparse.
De ellos vienen muchas palabras pero pocos actos.
El exalcalde de Roma Gianni Alemanno condenó la investigación a Salvini diciendo que era anticonstitucional:
Como secretario general del Movimiento Nacional por la Soberanía, le he pedido a nuestro departamento jurídico que verifique la posibilidad de denunciar al fiscal Patronaggio en virtud del Artículo 294 del Código Penal, que sanciona "los ataques contra los derechos políticos de los ciudadanos". ¿Por qué esta medida? El artículo estipula: "Cualquiera que viole, amenace o defraude completa o parcialmente e impida el ejercicio de un derecho político será castigado con una pena de cárcel de entre uno y cinco años en aplicación de los Artículos 48 y 49 de la Constitución".
El aviso de investigación enviado a Salvini se podría ver en realidad como un intento directo de impedir que un ministro lleve a cabo su actividad política de acuerdo con el voto expresado por la mayoría de los italianos sobre la base de compromisos electorales precisos.
Alemanno añadió que el interés nacional no va a sufrir "la invasión de inmigrantes ilegales ante la completa indiferencia de Europa". Por esto es por lo que "las valientes y difíciles decisiones de Salvini", que están "conectadas con estos objetivos" son la consecuencia de "un mandato explícito de los votantes en el ejercicio de sus derechos políticos". Por lo tanto, Alemanno dijo, Salvini no debería ser enjuiciado.
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, italiano, dijo que era poco sensato procesar penalmente una política como la postura de línea dura de Salvini sobre la inmigración:
No puedes juzgar una postura política. Al final, Salvini será absuelto por el tribunal ministerial y después sólo sirve a la lucha de propaganda que no resuelve el verdadero problema: ni el problema de la inmigración ni el de la separación de poderes.
El expresidente de la Cámara de Diputados italiana Pier Ferdinando Casini dijo que la investigación era puramente una jugada política:
El fiscal general de Agrigento [Sicilia], Luigi Patronaggio, ha empezado la campaña para las elecciones europeas [que se celebran en mayo de 2019]. Esto ha sido así y siempre será así cada vez que las políticas de los políticos y la justicia se confundan.
Las acusaciones de que la investigación de Patronaggio a Salvini están motivadas por la política parecen confirmarse por una entrevista en septiembre de 2017 con La Stampa, en la que el fiscal compartía la postura de Salvini sobre la inmigración ilegal:
Las razones por la que los migrantes llegan a Italia pueden no estar sólo vinculadas con necesidades económicas. Hay personas que no quieren ser identificadas, personas ya expulsadas de Italia antes o puestas en libertad por la amnistía de las cárceles tunecinas o que quizá participaron en las revueltas de 2011 [la revolución tunecina de enero de 2011].
Entre ellas también puede haber personas relacionadas con el terrorismo internacional, por lo que creo que nos estamos enfrentado a una inmigración peligrosa.
Las encuestas de opinión muestran que la postura contra la inmigración de Salvini ha impulsado el nivel de aprobación de su partido, la Liga, a alrededor del 30% –un salto de diez puntos desde su aparición en las elecciones de marzo de 2018– y ahora se equipara al del Movimiento Cinco Estrellas, con el que ha gobernado Italia desde principios de junio.
Casi el 60% de los italianos están a favor de cerrar los puertos a los barcos de migrantes, según la empresa de encuestas Ipsos Italia, en una reciente encuesta publicada por el Corriere della Sera.
Soeren Kern es analista de política europea para el Instituto Gatestone en Nueva York.