Los cristianos están siendo masacrados en Nigeria a manos de los yihadistas fulani y Boko Haram, y a nadie parece importarle. En la imagen: el líder de Boko Haram, Abubakar Shekaku, de un vídeo propagandístico de Boko Haram de noviembre de 2018. |
Los cristianos están siendo masacrados en Nigeria a manos de los yihadistas fulani y Boko Haram, y a nadie parece importarle.
La persecución de los indefensos cristianos, que suponen más de la mitad de la población total de Nigeria, se agudizó en la parte norte del país, de mayoría musulmana, gobernada por la ley de la sharía, y en los estados conocidos como el Cinturón Medio, una zona de transición entre los estados del norte y el sur.
Según International Christian Concern (ICC), una organización en defensa de los derechos humanos:
Los milicianos fulani han seguido cometiendo ataques violentos en toda la región del Cinturón Medio de Nigeria en marzo. Los brutales ataques perpetrados por estos militantes islámicos radicales están desatando constantemente el miedo entre los cristianos que viven en el Cinturón Medio, ya que el número de muertos no deja de crecer [...]. El mes pasado [marzo de 2019], fueron asesinadas al menos 150 personas.
El arzobispo nigeriano William Amove Avenya, del estado de Benue, dijo: "Las tribus fulani, armadas hasta los dientes, están asesinando a mujeres embarazadas y niños, y destruyendo sus parcelas".
"Esta es una bomba de relojería que amenaza con prender fuego a toda la región. No podemos esperar a que se produzca un genocidio antes de que se intervenga", añadió.
A continuación, figuran los mayores ataques que tuvieron lugar en marzo:
- 4 de marzo de 2019: milicianos fulani atacan el estado de Benue, y matan a 23 personas.
- 11 de marzo de 2019: milicianos fulani atacan Kajuru, incendian más de 100 hogares y matan a 52 personas.
- 18 de marzo de 2019: Boko Haram sitió una localidad de mayoría cristiana en el estado de Adamawa, con una población de más de 370.000 personas.
El director regional de ICC para África, Nathan Johnson, que visitó hace poco Nigeria, le dijo a Gatestone que esta violencia letal empezó hace menos de 20 años:
En realidad, empezó en 2001, después de que tuvieran lugar disturbios entre los musulmanes y los cristianos en la región de Plateau, que dejaron más de mil muertos y muchas iglesias destruidas. También hubo disturbios letales en 2008 y 2010, y la tensión entre ambas comunidades ha ido en aumento desde entonces.
Johnson señaló que la violencia actual, que se ha agravado desde principios de 2017, "es ligeramente distinta, en el sentido de que son series de ataques dirigidos a las comunidades cristianas, con el objetivo de desplazar a los agricultores y apropiarse de tierras para los ganaderos".
Dijo que la hostilidad se compone de una compleja suma de factores: socioeconómicos (ganaderos contra agricultores), étnicos (principalmente fulani contra cualquiera, excepto los hausa) y religiosos (musulmanes contra cristianos), sin embargo:
El Gobierno nigeriano y los grandes medios han restado importancia al hecho de que los musulmanes radicales están asesinado a las comunidades cristianas en Nigeria. Sobre todo, describen la crisis como un choque entre dos comunidades étnicas o socioeconómicas que se están matando entre sí, aunque casi el 80% de las víctimas son cristianos.
Johnson añadió:
Los cristianos en Nigeria son tratados como ciudadanos de segunda clase en los doce estados del norte, donde se aplica la ley de la sharía. Son victimizados de muchas formas. Secuestran a las niñas cristianas y las obligan a casarse con musulmanes. Secuestran a pastores para pedir el pago de un rescate. Se vandalizan iglesias o se destruyen completamente.
Los cristianos que conocí en mi reciente viaje a Nigeria, que han sufrido tanto a los fulani como a Boko Haram, esperan que otras personas de todo el mundo se preocupen y recen por ellos. Muchos no tienen comida, agua ni techo, porque han sido expulsados de sus tierras y están en ciudades donde no pueden cultivar o encontrar trabajo. Cientos de miles de niños cristianos de todo el país no pueden ir al colegio porque sus padres no se lo pueden permitir, no tienen acceso a él o temen que puedan sufrir ataques o que sean secuestrados de camino a clase.
Como escribió Raymond Ibrahim, experto en Oriente Medio, el año pasado:
El Gobierno nigeriano y la comunidad internacional [...], han hecho muy poco desde el principio para atajar la situación. No sorprende su escasa implicación: ni siquiera pueden reconocer sus raíces, en concreto, la ideología intolerante de la yihad. En consecuencia, el número de cristianos muertos no ha hecho más que ir en aumento —y seguramente seguirá creciendo exponencialmente—, hasta que esta realidad no sólo sea reconocida, sino abordada.