
Mientras que Estados Unidos e Israel han llevado la carga agotadora de enfrentarse a la amenaza nuclear del régimen iraní con valentía y acción real, algunos líderes europeos han decidido una vez más desempeñar el papel del cobarde - no sólo negándose a enfrentarse a Irán, sino permitiéndolo activamente.
Mientras las fuerzas israelíes y estadounidenses tomaban medidas asombrosas para paralizar el programa de armas nucleares de Irán y debilitar la proyección de poder regional de la República Islámica, los líderes de la UE3 -- Francia, Alemania, y el Reino Unido -- han estado ocupados sonriendo en las mesas de negociación, maquinando a puerta cerrada para ayudar al régimen a sobrevivir. En un momento en el que se necesita desesperadamente claridad moral, estos líderes europeos, en lo que parece un ansia tóxica de beneficios comerciales, parecen estar optando por la hipocresía y el apaciguamiento.
Los gobiernos de la UE3 están ahora en negociaciones directas con Irán; ambas partes están aparentemente satisfechas con cómo están progresando las cosas. ¿Cuál es el objetivo de estas conversaciones? No es la paz, no es la justicia, y desde luego no se trata de proteger al mundo del chantaje nuclear. No, el objetivo es garantizar que no se vuelvan a imponer las sanciones snapback (reimposición automática), la herramienta más poderosa para restringir a Irán, las mismas sanciones de la ONU que costaron años de presión diplomática estadounidense bajo la Administración Bush poner en marcha. Las potencias de la UE3 parecen estar intentando dejar que expiren, de forma silenciosa, lenta y deliberada. No sólo están desperdiciando la oportunidad, sino que están trabajando activamente para destruirlas.
El 30 de julio, Gran Bretaña, Francia y Alemania amenazaron con volver a imponer sanciones si no se producían avances antes del 30 de agosto. La ONU y los europeos han estado afirmando que EEUU no puede activar las sanciones snapbacks porque "se retiró del acuerdo". Pero fíjense cómo nunca han dicho ni una palabra sobre las flagrantes violaciones de Irán -enriquecimiento de uranio al 60%, pruebas de misiles balísticos, ataques a Estados Unidos y sus aliados, y venta de drones de ataque a Rusia - todas contrarias a los propios términos del Plan Integral de Acción Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) de 2015.
¿Dónde está la condena? ¿Dónde está la indignación? La brújula moral de Europa ha sido sustituida por una calculadora y un surtidor de gasolina. Evidentemente, lo único que les importa es el dinero -tratos petrolíferos, importaciones de lujo, contratos comerciales ventajosos- con el mismo régimen iraní que ahorca a disidentes, asesina a mujeres en las calles y llama al genocidio contra Israel y Occidente, incluida Europa.
Las potencias de la UE3 -Reino Unido, Francia y Alemania- dicen ahora que podrían activar las sanciones snapback, pero sólo si Irán no consigue "contener" su programa nuclear para finales de agosto. Esa palabra, "contener", es una farsa. ¿Qué significa "contener"? Al régimen iraní no le queda ningún programa nuclear operativo en este momento; ha sido gravemente dañado por las operaciones estadounidenses e israelíes. Instalaciones enteras han sido destruidas, el personal comprometido y la infraestructura arrasada. Así que, por supuesto, Irán dirá: "Sí, lo contendremos". Por supuesto que sonreirán, ganarán tiempo y aceptarán condiciones sin sentido el tiempo suficiente para que expire el plazo de las sanciones snapback.
Esto es clásico de Teherán. Así es como siempre ha actuado el régimen. Sin embargo, los líderes europeos vuelven a caer en la trampa o, más probablemente, eligen caer en ella: quieren una excusa para no volver a imponer sanciones.
Para que quede claro: Occidente no tiene nada que mostrar en estas negociaciones, mientras que Irán tiene todo que ganar. Irán consigue parecer razonable, embolsarse más tiempo, evitar las sanciones y esperar a que se agote el tiempo, tras lo cual las medidas punitivas de la ONU desaparecen para siempre. Si se permite que expiren estas sanciones snapback, desaparecen para siempre. Rusia y China nunca volverán a aceptar reimponerlas a través del Consejo de Seguridad de la ONU. Las potencias europeas lo saben, pero es evidente que no les importa.
¿Por qué actúan los líderes europeos como si Irán estuviera en una posición de fuerza? Esto no es diplomacia, es engaño. Son esfuerzos por resucitar un régimen que política y económicamente debería estar acabado.
En realidad, la contención no es más que un cambio de marca aséptico del mismo JCPOA fallido. La idea de que Irán puede contener su programa significa exactamente lo que el acuerdo nuclear permitía: un irrisorio sistema de honor: enriquecimiento de uranio, centrifugadoras girando y una cuenta atrás hasta que Irán casi alcance el estallido de las armas nucleares. Esto no es desarme. Esto es una estafa. Tiene que haber cero enriquecimiento, cero centrifugadoras y cero concesiones. Si el objetivo es la no proliferación nuclear, es la única postura que tiene sentido.
Si Irán quiere demostrar que sus intenciones son pacíficas, puede desmantelar todos los elementos de su infraestructura nuclear de forma permanente. Cualquier otra cosa no es más que duplicidad a punto de ocurrir.
Permitir que expiren las sanciones snapback a cambio de vagas promesas de contención sería simplemente dar luz verde a Teherán para que continúe con su terrorismo - con plena legitimidad internacional. Sería recompensar al régimen de Irán por engañar a todo el mundo. Es una auténtica locura permitir que un régimen que ni siquiera ha soñado con cumplir un acuerdo nuclear reconstruya su programa nuclear.
Aún más escandalosos son los recientes informes de que la UE3 no sólo podría evitar activar el mecanismo de snapback, sino que se está preparando para ampliar el plazo. ¿Se trata de algún tipo de juego al que están jugando los europeos? Irán se encuentra en su momento de mayor debilidad en décadas, con sus ambiciones nucleares en entredicho, su economía tambaleándose, su control del poder en apuros: el momento justo para aplicar la máxima presión, ¿y en lugar de ello Europa le ofrece la oportunidad de rearmarse? ¿Qué hay que negociar?
Lo que la UE3 debería decir es claro y sencillo: cero enriquecimiento. Cero centrifugadoras. Sanciones drásticas, ya. No otra ronda de conversaciones. No otro retraso. Cuanto más tiempo pase, más tiempo tendrá Irán para prepararse para un mundo post-snapback, donde pueda reconstruir sin consecuencias.
A fin de cuentas, se trata de algo más que de política. Se trata de que Occidente -especialmente Europa, Canadá y Australia- decida si finalmente se opondrá a ser invadido o si, bajo la hueca bandera de la diplomacia, seguirá permitiendo la conquista. El historial del régimen iraní es de instalaciones nucleares secretas, terrorismo global, guerra con aviones no tripulados, desarrollo de misiles balísticos, represión de las mujeres, persecución de las minorías religiosas, retórica del genocidio, tortura de sus ciudadanos, falta de garantías procesales y abierta hostilidad hacia todos los valores occidentales. No hay ningún funcionario iraní moderado. No hay un régimen reformista esperando entre bastidores. Con este régimen, la diplomacia sólo puede tener un resultado de fracaso y traición.
La situación empeora. En octubre de 2023 expira el embargo de armas de la ONU sobre Irán. Si los gobiernos de la UE3 creyeran de verdad en los derechos humanos, la seguridad regional o la protección de su propio patio trasero, habrían bloqueado la medida. En cambio, las potencias de la UE3 no hicieron nada. Permanecieron en silencio, permitiendo que Irán comprara y vendiera legalmente armas avanzadas. ¿Y qué hizo Teherán con su nueva libertad? Empezó a armar a Rusia, el mismo país que invade Europa a través de Ucrania. Los líderes europeos se han negado a impedir que Irán se convierta en un traficante de armas para el Kremlin. Esto no es hipocresía. Es una grave traición: al propio pueblo europeo y a todos los ciudadanos ucranianos que luchan contra los tanques rusos.
El apaciguamiento de Irán por parte de algunos líderes europeos refleja sus horrores históricos más oscuros. La misma corruptibilidad que llevó a las élites europeas a aplacar a Adolf Hitler en la década de 1930 está viva y coleando hoy en día. Entonces, la política era paz a cualquier precio. Hoy, es petróleo, negocios o dinero a cualquier precio. No funcionó en 1938, y no funcionará ahora. Apaciguar a los depredadores no detiene la guerra. La invita. refuerza a los tiranos y recompensa la violencia. Algunas potencias europeas no han aprendido nada de su sangrienta historia.
En primer lugar, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? El llamado acuerdo nuclear con Irán de 2015 -el ilegítimo JCPOA- nació de una alianza tóxica entre el presidente estadounidense Barack Obama y unos cuantos líderes europeos. Fue una rendición disfrazada de diplomacia. Entregaron a Irán miles de millones en efectivo, levantaron las sanciones y le permitieron reingresar en los mercados mundiales como si tuviera un régimen benigno. A cambio, recibieron promesas vacías y límites inverificables al enriquecimiento, mientras Irán seguía financiando a Hezbolá, desestabilizando Iraq, haciendo trampas con el desarrollo de sus programas de armas nucleares y misiles balísticos y aplastando las protestas en su país.
Peor aún, el JCPOA introdujo "fechas de caducidad" en el acuerdo para las disposiciones clave, incluido el embargo de armas y las sanciones, así como una cláusula de extinción -que expira este mes de octubre- para que el régimen de Irán tenga tantas armas nucleares como pueda adquirir. Eso no fue una negociación. Eso fue una cesta de regalo con una nota que decía: "Espera un poco". ¿La ironía? Irán admitió abiertamente que nunca negoció sobre misiles, terrorismo regional o derechos humanos. En lugar de responder cortando las conversaciones o marchándose, Obama y estos europeos dieron a Irán aún más: un alivio permanente, una vía rápida hacia las armas nucleares y miles de millones de dólares para financiar su guerra contra Occidente.
¿Esto era diplomacia? No, por desgracia: fue un engaño. Sólo sirvió para preparar el terreno para todo a lo que nos enfrentamos ahora. Los mismos europeos que concedieron a Irán las cláusulas de extinción trabajan ahora horas extras para asegurarse de que el régimen sobreviva el tiempo suficiente para reconstruir su programa nuclear. Las tres potencias europeas no sólo dieron poderes al régimen iraní, sino que le escribieron una hoja de ruta.
Entonces, ¿por qué demonios la UE le lanza un salvavidas ahora, cuando el enemigo se está desangrando?
Sencillo: porque algunos de los líderes europeos tienen miedo. Miedo a que Irán tome represalias, miedo a que suban los precios del petróleo, miedo a perder oportunidades de negocio. Así que ruegan a Teherán que acepte unas condiciones suavizadas sobre los porcentajes de enriquecimiento solo para comprar unos meses de calma, con la esperanza de que, como dijo Winston Churchill de los apaciguadores, el cocodrilo "se lo coma el último".
Llamemos a esto por su nombre: traición. Las principales potencias europeas ayudaron a crear el problema con Irán. Permitieron el ascenso del régimen. Financiaron su resurgimiento. Y ahora, justo cuando el régimen iraní está acorralado, entran a caballo para salvarlo una vez más. Por dinero. Por una rendición disfrazada de diplomacia, que nunca ha funcionado ni funcionará.
No es momento de negociar. Es el momento de actuar. Las sanciones snapback deben activarse inmediatamente. Irán ha enriquecido uranio mucho más allá de los límites necesarios para la energía nuclear pacífica. Ha amenazado y atacado a sus vecinos, ha armado a enemigos de Occidente y ha torturado y asesinado a su propio pueblo. El régimen miente, manipula y gana el tiempo suficiente para eludir las consecuencias, y las potencias de la UE3 le están haciendo el juego.
Los dirigentes europeos ya han elegido antes el lado equivocado de la historia. No dejemos que vuelvan a arrastrarnos con ellos.