Israel recibe mucha atención no deseada por parte de Estados Unidos, de Naciones Unidas y de la Unión Europea. Sin embargo, para otros habitantes de la región, eso convierte a Israel en el país más importante del mundo y a los palestinos en los refugiados más afortunados. Si bien la Administración Obama ha retirado su ayuda política y de seguridad en la mayoría de Oriente Medio y de Africa, ha aumentado su visibilidad en el proceso de paz y ha anunciado un plan de inversiones para Palestina por valor de 4.000 millones de dólares. Para otros países esa atención es una prueba de quién es importante desde el punto de vista norteamericano.
Desde el punto de vista sirio
La guerra civil en Siria ha matado a más de 200.000 personas, incluidas más de 1.500 por medio de gases venenosos. Han muerto más de 11.000 niños. Tanto adultos como niños han muerto de hambre; el régimen de Asad se negó a permitir que las organizaciones de ayuda entraran en las poblaciones, a menos que éstas se rindieran e izaran la bandera gubernamental. Hacer que una población se rinda por hambre es un crimen de guerra. El Gobierno emplea bombas barril: barriles llenos de clavos y de metralla que son lanzados desde aviones. La semana pasada murieron veintiuna personas en un ataque con estas bombas sobre el mercado de Alepo. Hay más de dos millones de refugiados, entre desplazados internos y los que se encuentran en el Líbano, Jordania y Turquía.
Comparados con esto, Israel y Palestina son oasis de coexistencia y de desarrollo económico. Sin embargo, la Administración estadounidense envió al secretario de Estado, John Kerry, en su décima visita, para que hiciera la paz en Israel, como si la paz fuera más importante para ellos de lo que lo es para nosotros, y como si los refugiados palestinos necesitaran ayuda con más urgencia que nosotros, los sirios.
Desde el punto de vista libanés
Tras una generación de incesante violencia sectaria, el pueblo libanés halló una paz provisoria en 1991. Si, otorgó mucho poder a Hezbolá, poder que no se había ganado, y que empleó para acosar a Israel. Pero, lo que es entre nosotros, lo estábamos resolviendo, poco más o menos. Ahora nos ha alcanzado la guerra de Siria; los combatientes de Hezbolá no sólo están luchando allí, sino en el Líbano, y la milicias suníes hacen lo mismo. Compartimos el sufrimiento de Siria, estamos aterrorizados e impotentes.
Pero la Administración estadounidense envió a John Kerry a crear Palestina, para conseguir seguridad para Israel y evitar una tercera intifada. ¿Cómo es posible que la violencia potencial contra Israel requiera de más atención diplomática que la caída real del Líbano en el caos?
Desde los puntos de vista iraquí y afgano
La guerra de Norteamérica contra Sadam levantó la bota de un dictador de nuestros cuellos, aunque desatara la violencia sectaria que la bota de Sadam había mantenido a raya. Las tropas estadounidenses nos ayudaron durante una guerra civil, pero se marcharon antes de que hubiéramos resuelto qué hacer con la paz, con el Gobierno abierto y con el material que nos dejaron.
Nuestro deterioro se aceleró en 2012, después de que se marcharan los norteamericanos. En 2013 murieron más de 7.000 personas en bombardeos y tiroteos. Los iraquíes vemos el sufrimiento de Siria y sabemos que nosotros estábamos así, y que volvemos a estarlo; Ramadi y Faluya están de nuevo en manos de los mismos islamistas a los que expulsamos, con ayuda estadounidense, tan sólo hace unos años. Los afganos sabemos que estaremos así cuando se marchen los norteamericanos. Estamos aterrados, y no estamos preparados para hacer esto solos.
Pero la Administración estadounidense, que parece creer que acabó con la guerra en Irak retirando a las tropas, y que planea hacer lo mismo en Afganistán, envió a John Kerry para ofrecerle a Israel garantías de seguridad -es decir, tropas- que reemplacen a los soldados israelíes en el valle del Jordán. ¿Qué es lo que hace que Israel merezca más que nosotros las tropas estadounidenses?
Desde el punto de vista egipcio
Los Hermanos Musulmanes son nuestros talibanes, y su dominio tendría justo las mismas consecuencias que el que tuvo (y volverá a tener) el de aquéllos en Afganistán. Periódicamente, el Gobierno vuelve a meter a los Hermanos en una caja e intenta mantenerlos allí. Puede que ese comportamiento no sea democrático, pero estamos en guerra. Al mismo tiempo, el Gobierno intenta elaborar una nueva Constitución y celebrar nuevas elecciones. Podríamos servirnos del apoyo norteamericano para tener sólo partidos políticos laicos, como en su separación entre Iglesia y Estado, y para reforzar al Parlamento frente a la Presidencia, como en su separación de poderes. Podríamos utilizar ese apoyo para destruir los túneles de contrabando de Hamás, para colaborar con Israel, para mantener la seguridad en el Canal de Suez (y seguir teniendo a la Marina estadounidense en cabeza de la lista de quienes tienen prioridad para cruzar el canal). La ayuda nos vendría bien.
En cambio, la Administración estadounidense envió al secretario de Estado Kerry a Israel y a Palestina para decidir cómo concederle a Hamás (la rama palestina de los Hermanos Musulmanes) un país independiente.
Para Sudán del Sur y la República Centroafricana
Los norteamericanos se alegraron de la independencia de Sudán del Sur. Hoy, en cinco de sus diez estados hay luchas, violaciones, pillaje y refugiados. A Occidente llegan informaciones sobre el asesinato de gran número de jóvenes pertenecientes a la etnia nuer en un centro de detención secreto, cuyos cuerpos están enterrados en tumbas poco profundas: "Hay testigos que afirmaron que los hombres nuer fueron atrapados por toda Juba, y que muchos de ellos fueron encarcelados durante días, golpeados con las cultas de los fusiles o matados allí mismo".
Hay cerca de un millón de desplazados en la Republica Centroafricana; más del 60% de ellos son niños. En Medecins Sans Frontières (Médicos Sin Fronteras) se han visto limitados a poder tratar sólo los casos más graves que llegan a los campamentos, pero se temen que muchos civiles se oculten en la espesura, con miedo a acudir a los centros para refugiados. A comienzos de esta semana la ONU advirtió de que la violencia había alcanzado "una nueva cota de bajeza" al producirse mutilaciones y decapitaciones de niños en ataques llevados a cabo como venganza.
La violencia en Israel y en Palestina es manejada por las autoridades locales, y los refugiados palestinos viven en la gloria comparados con nosotros, pero el mundo gasta miles de millones en ellos, probablemente porque están sometidos a ocupación por los judíos. Tendríamos que tener esa suerte con nuestros enemigos.
Para iraníes, libios, kurdos, turcos, tunecinos, chechenos, rusos, uigures y saudíes
Vivimos sometidos a Gobiernos muy represores, se nos niegan derechos humanos fundamentales: derechos para las mujeres, para las minorías, derecho a nuestras propias historias y lenguas. Podemos acabar en la cárcel por usar internet, por sostener una opinión contraria, por pertenecer a la etnia equivocada, por salir de casa sin permiso, como esclavos. Nuestros amigos y familiares están desaparecidos. Nos asusta terriblemente ser los siguientes.
¿Dónde está el rayo de esperanza estadounidense para nosotros?
Brilla sobre el que debe de ser "el país más importante del mundo", y sobre los refugiados más afortunados del planeta.