Desde que se firmaron los Acuerdos de Oslo, hace veinte años, los dirigentes y representantes de la OLP han amenazado con dimitir cada vez que pretendían algo de Israel o de la comunidad internacional.
Saeb Erekat, negociador en jefe de la OLP, que actualmente dirige el equipo de negociación con Israel, presentó su dimisión a principios de este mes como protesta por la "constante construcción en los asentamientos". Era la sexta o séptima dimisión de Erekat en las últimas dos décadas. Probablemente entre en el Libro Guinness de los Récords por las veces que, supuestamente, ha dimitido.
Cada una de esas dimisiones tenía como fin presionar a la comunidad internacional para que accediera a diversas exigencias de la OLP. Sin embargo, a veces lo que se pretendía obtener con ellas eran concesiones de los propios dirigentes de su organización.
Para la mayoría de los palestinos, las dimisiones de Erekat se han convertido en cosa de risa. Cada vez que oyen hablar o leen sobre la dimisión de éste o de otro alto cargo de la OLP, muchos reaccionan sonriendo ampliamente. Comprenden que las renuncias van dirigidas principalmente a que Estados Unidos y los países occidentales presionen a Israel para que acceda a hacer concesiones a la organización. Otros consideran que se trata de una maniobra política.
El historial de dimisiones de Erekat se remonta a 1993, cuando él y otros dos negociadores, Hanán Ashrawi y Faisal Huseini, anunciaron su renuncia a causa de una disputa con Yaser Arafat, la cual surgió después de que Erekat y sus dos colegas descubrieran que el rais y los líderes de la OLP habían estado negociando en secreto con Israel a sus espaldas. Arafat no aceptó entonces las dimisiones y pidió a Erekat y a sus colegas que continuaran en sus puestos, según una nota de Associated Press de agosto de ese mismo año.
El rais volvió a negarse a aceptar la dimisión de Erekat en 1998, según el diario egipcio Al Ahram. Entre 2002 y 2013 habría dimitido al menos en otras cinco ocasiones. Sus insistentes dimisiones no le han impedido, obviamente, mantenerse en su puesto de negociador en jefe de la OLP.
Su última dimisión ha sido rechazada por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, según representantes palestinos en Ramala, los cuales afirmaron que Abás había pedido a Erekat que siguiera en su puesto hasta que se formara un nuevo equipo de negociadores. Naturalmente, él no pudo decirle que no al presidente y por eso, explica, seguirá encabezando el grupo palestino en las negociaciones.
Erekat y otros representantes de la OLP que siguen amenazando con dimitir esperan que a norteamericanos y europeos les dé un ataque de pánico ante la idea de perder a sus interlocutores palestinos para la paz.
El propio Abás ha aprobado este ardid. En los últimos ocho años, él también ha amenazado con dimitir y con desmantelar la Autoridad Palestina a menos que norteamericanos y europeos obligaran a Israel a hacer concesiones. En octubre de 2010 el presidente de la AP informó al entonces enviado estadounidense George Mitchell de que iba a dimitir a causa de las construcciones en los asentamientos.
El mensaje que Erekat y los representantes de la OLP envían al mundo es: "Impedid que dimitamos o no habrá proceso de paz".
Las dimisiones y amenazas de renuncia también tienen como finalidad enviar al pueblo palestino, que ya perdió hace tiempo la confianza en la capacidad de los negociadores de la OLP, el mensaje de que Erekat y sus colegas están jugando duro con Israel.
Los representantes de la OLP parecen convencidos de que pueden engañar a todo el mundo todo el tiempo. La próxima vez que norteamericanos y europeos les oigan amenazar con dimitir, deberían reaccionar como los palestinos: con una amplia sonrisa.
También hay que recordarles que tanto Abás como su predecesor, Yaser Arafat, amenazaron con dimitir al menos en veinte ocasiones desde el comienzo del proceso de paz.