Miembros del Gobierno y ciudadanos corrientes de Jordania se han manifestado en contra de las propuestas del secretario de Estado, John Kerry, para alcanzar un acuerdo de paz entre Israel y los palestinos.
Los jordanos temen que tal acuerdo se cierre a su costa y que mine la autoridad del rey Abdalá. El mayor temor de los jordanos es que Kerry trate de reubicar a refugiados palestinos en su país, convirtiendo el Reino, en la práctica, en un Estado palestino. Los palestinos constituyen más de la mitad de la población de Jordania.
Más de 2.000 jordanos de diversos grupos políticos se reunieron en Amán el pasado 2 de febrero para denunciar la maliciosa conspiración de Kerry. Los manifestantes sostenían que las propuestas de Kerry tenían como finalidad liquidar la causa palestina y acabar con el conflicto árabe-israelí sin conceder a los palestinos sus plenos derechos, incluido el derecho de retorno a Israel.
Un grupo de generales retirados del Ejército hizo publico un comunicado en el que advertía a su Gobierno en contra de aceptar las propuestas de Kerry. Los generales manifestaban su temor de que las propuestas estuvieran destinadas a "establecer" a los palestinos en Jordania. El comunicado decía así:
Jordania está atravesando un peligroso momento histórico. Ésta es una trama norteamericano-sionista para liquidar la causa palestina a costa de Jordania.
Los generales retirados, encabezados por el miembro del Parlamento Abdel Hadi Mayali, prometieron emplear todos los medios para bloquear las propuestas de Kerry, destinadas a "desmantelar los cimientos del Reino y diluir la identidad nacional jordana al renunciar al derecho de retorno para los palestinos y asegurarles la ciudadanía jordana".
El columnista jordano Fatin al Badad dijo que Jordania estaba terriblemente preocupada porque Kerry estaba ignorando cualquier papel del Reino en su iniciativa para lograr la paz entre Israel y los palestinos. Señaló que los jordanos han declarado una intifada (levantamiento) contra Kerry y su propuesto acuerdo marco, y comentó que los jordanos están furiosos porque creen que la Administración estadounidense ha marginado al país. Así, escribió:
Los políticos y partidos jordanos quieren alertar al mundo de que Jordania está haciendo de anfitrión [para los palestinos] y que ningún acuerdo podrá hacerse sin Jordania. Los jordanos creen que Kerry está ofreciendo convertir a Jordania en un Estado palestino.
El mes pasado, decenas de destacadas figuras jordanas, entre ellas exparlamentarios y antiguos líderes de partidos, manifestaron también su temor de que Kerry estuviera pretendiendo convertir a Jordania en un Estado palestino.
Una petición hecha pública por ese mismo grupo instaba al Gobierno jordano a revocar la ciudadanía jordana concedida a los palestinos tras 1988, cuando el difunto rey Husein se divorció de la Margen Occidental cortando los lazos administrativos y legales con ella. La petición advertía:
El heroico pueblo jordano luchará con todas sus fuerzas y por todos los medios para frustrar este plan, sin tener en cuenta el precio.
El 2 de febrero, el ministro de Asuntos Exteriores jordano, Naser Judeh, compareció ante el Parlamento para manifestar su preocupación ante las ideas de Kerry. En un intento por calmar a los parlamentarios, el ministro declaró que Jordania no sería una patria alternativa para los palestinos. "Es una línea roja y no podemos aceptarla", dijo Judeh, que hizo hincapié en que Jordania no admitiría ningún acuerdo que se cerrara a costa del Reino.
El ministro también sugirió que Jordania exigiría compensaciones por acoger a los palestinos durante las últimas décadas. "Jordania tiene derechos como país anfitrión de los refugiados palestinos", añadió.
Tras la sesión, los miembros del Parlamento hicieron pública una declaración en la que también advertían contra el supuesto plan de Kerry de establecer un Estado palestino en Jordania. La declaración rezaba así:
Entre los jordanos y los árabes existe el temor de que el plan de Kerry logre convencer a los palestinos de un nuevo acuerdo que extraiga concesiones políticas de ellos para establecer un Estado palestino sin fronteras ni soberanía.
El pánico en Jordania ha reabierto las tensiones entre los jordanos y los palestinos residentes en el Reino. Algunos altos cargos jordanos han sido acusados de realizar comentarios racistas respecto a los palestinos. Uno de ellos, el general retirado Riad Abu Karaki, instó a su Gobierno a dejar de conceder la ciudadanía a los niños nacidos de madres jordanas casadas con palestinos. "¿Por qué a los hijos de madres jordanas no se les concede la ciudadanía palestina de sus padres?", preguntó. "Los palestinos tienen una entidad reconocida que se llama Autoridad Nacional Palestina".
Kerry ha logrado aumentar las tensiones no sólo entre Israel y los palestinos, sino entre los jordanos y los palestinos que hay en Jordania. Las crecientes tensiones en ese país suponen una amenaza para la estabilidad del Reino y bien podrían debilitar al único régimen estable de la región. Ahora Kerry tendrá que encontrar una forma de calmar al rey Abdalá y a su pueblo antes de que Jordania se vea arrastrada a una guerra civil.