El lunes de la semana pasada la UE logró prohibir audazmente a la que denomina el ala militar del grupo terrorista Hezbolá. Por supuesto, no ha prohibido el ala política.
Como anteriormente se ha señalado aquí, nadie en Irán, en el Líbano o, si a eso vamos, en el propio Hezbolá, cree que exista semejante distinción. La UE, guiada por la impecable lógica del Foreign Office británico, entre otros, se ha inventado esta cómoda y conveniente pequeña ficción.
Quizá deberíamos hacerles algunas preguntas a los responsables de la Unión Europea. Ahora que una parte de Hezbolá es considerada una entidad terrorista y otra no, puede que nos pudieran explicar lo siguiente:
El año pasado, en Burgas (Bulgaria), cinco turistas israelíes y un conductor de autobús búlgaro fueron asesinados por un terrorista suicida. Las autoridades del país determinaron posteriormente que Hezbolá se encontraba tras el atentado. ¿Puede explicar la UE al público europeo y al de otros lugares qué conocimiento tenía de estos hechos el ala política de Hezbolá?
¿Sus camaradas del ala política no les hablaron del atentado? ¿O se olvidaron de enviar el memorandum? Si el ala militar verdaderamente obró por su cuenta de forma tan extrema sin ninguna dirección política, ¿quién fue castigado por ello? ¿Hubo dimisiones, destituciones o algo por el estilo?
Es difícil que nadie del ala militar alardeara de ello. Después de todo, una de las víctimas israelíes estaba embarazada.
Si la UE no nos lo puede decir, quizá sí pueda explicarnos esto: en 1983, un atentado de Hezbolá contra un cuartel militar francés en el Líbano mató a 58 soldados franceses en misión de paz. ¿Puede decirnos la Unión Europea si tiene alguna información respecto a si el ala política de la organización tuvo conocimiento del atentado o estuvo implicada en él? ¿O fue uno de esos fallos de comunicación tan familiares para cualquiera que trabaje en una oficina -ya saben, cuando nadie sabe lo que están haciendo los demás?
Por otra parte, a comienzos de este año, en marzo, un tribunal de Chipre declaró culpable y sentenció a prisión a un agente de Hezbolá al que se había descubierto en la isla realizando tareas de búsqueda de información sobre turistas israelíes. A menos que Hosam Taleb Yacub fuera un avistador de trenes y autobuses con un interés inocente, pero insaciable, por los aviones y autobuses israelíes, parecería -como consideró el tribunal- que estaba ayudando a preparar algún futuro atentado en lo que es, después de todo (en la parte de Chipre no ocupada por los turcos), territorio europeo.
¿Tiene la Unión idea de si las actividades de Yacub eran conocidas por algún miembro del ala política de Hezbolá? ¿O se trata de otro de esos casos del tipo FBI-CIA, en los que montones de personas se quieren llevar el mérito y varias agencias acaban no hablándose unas a otras? Cuando detuvieron a Yacub los que trabajan en las oficinas del ala política debieron de llevarse una sorpresa tremenda. Después de todo, es algo muy poco típico de la organización. Algunos de esos empleados del ala política debieron de replantearse muy seriamente su lealtad a la organización cuando descubrieron cuán diferentes son en realidad las actividades y los intereses de sus distintas alas.
También es urgente que la UE avise al ala política de Hezbolá de una historia realmente perturbadora que ha surgido en Siria. Según diversos testigos presenciales, parece ser que el ala militar de Hezbolá está involucrada en actividades militares en el país. Sin duda, esto supondrá una terrible impresión para los políticos de la organización, aislados en su torre de marfil, pero parece que varios miles de sus compañeros pueden estar envueltos en este asunto. Sus actividades incluyen disparar, hacer volar por los aires y, en general, atacar a quienes sean culpables de no ser partidarios de Bashar al Asad. Si el ala política del movimiento no está al corriente de esto, entonces la Unión Europea debe llamar su atención al respecto. Al fin y al cabo, es una forma muy lamentable de desviar lo que deben de ser unos fondos limitados en una época de bajón económico global. Si la traviesa ala militar no hubiera desviado su dinero para comprar armas, balas, granadas propulsadas por cohetes y cosas por el estilo, entonces es casi seguro que el ala política podría haber pagado nuevos pósters, folletos o anuncios televisivos en los que criticar a sus oponentes.
Cualquier observador ecuánime estará de acuerdo en que el ala política de Hezbolá debe de encontrarse ahora mismo en una situación muy difícil: al fin y al cabo, a nadie le gusta que le hagan quedar como a un tonto, pero, por desgracia, eso es precisamente lo que está empezando a parecer. Porque, por lo visto, sin que ese sector político lo supiera, mientras sus miembros seguían con sus respetables asuntos cotidianos, sin ningún ejército privado de su propiedad, algunos de sus colegas recorrían el mundo cometiendo masacres y atentados terroristas.
Debe de resultar muy embarazoso para ellos. Pero, por suerte, la ayuda está cerca. Porque ahora que la UE ha prohibido una de las alas de Hezbolá y no la otra, la Unión puede asegurarse de que los fondos apropiados van a parar sólo a la respetable ala política de la organización. Con su destacada habilidad para vigilar cualquier cuestión financiera -un historial que no se ha visto sino reforzado tras el colapso de la Eurozona- puede confiarse en que la UE hará por Hezbolá lo que no puede hacer con sus propios libros de cuentas, y que llevará una contabilidad con precisión forense para cada céntimo que entre y salga de los cuarteles del grupo.
Así que Hezbolá tendrá que andarse con cuidado. La Unión Europea les va a vigilar de cerca. Y va a seguir cada paso del dinero que empleen. Si parece que algo va a parar al departamento equivocado del edificio, la UE caerá sobre ellos.
Por supuesto, podría dirigirse simplemente al propio Secretario General de Hezbolá, que resulta ser quien está al frente tanto de su ala política como de la militar. Pero, sin duda, la UE también estará ojo avizor respecto a él. Si Hasán Nasrala se guarda el botín en el bolsillo derecho, de acuerdo. Pero como se lo meta en el izquierdo, puede encontrarse en serios problemas.
La Unión Europea se ha inventado una política extraordinaria. Qué interesante va a ser ver cómo trata de vivir con ella.