La facción palestina Fatah, cuyos líderes se supone que deberían estar dedicándose a preparar a los palestinos para un estado independiente, se encuentra actualmente inmersa en una violenta y enconada lucha de poder entre el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, y su principal rival, Mohamed Dahlán.
Sin embargo, se trata de un lucha de poder que plantea dudas respecto a la preparación de Fatah para establecer un Estado palestino en la Margen Occidental, la Franja de Gaza y Jerusalén Este.
Las luchas internas de la facción no son ninguna novedad, ya que Abás y Dahlán, que anteriormente fue comandante de las Fuerzas de Seguridad en Gaza, llevan cuatro años luchando entre ellos.
Abás cree que Dahlán, que actualmente reside en los Emiratos Árabes Unidos, lleva tiempo planeando ocupar su lugar como presidente de la Autoridad Palestina. El rais ha adoptado una serie de medidas encaminadas a debilitar a su rival, entre ellas hacer que lo expulsen de Fatah. También lo ha acusado de desfalco y asesinato, unas acusaciones que Dahlán ha negado tajantemente.
Pero es la primera vez que la disputa entre ambos provoca actos de violencia. En las últimas semanas, las calles de la Franja de Gaza se han convertido en escenario de violentos enfrentamientos entre los partidarios de Abás y los de Dahlán, para regocijo de Hamás.
La última crisis comenzó cuando el presidente de la AP decidió bloquear los salarios de unos 250 funcionarios de Fatah en la Franja, de los que sospechaba que estaban aliados con Dahlán.
Como respuesta, los hombres de Dahlán se dedicaron a sembrar el caos, incendiando coches y edificios de los partidarios de Abás en Gaza. Una de las instituciones atacadas por los hombres de Dahlán es la Asociación para las Familias de Prisioneros y Mártires, que se ha visto obligada a cerrar luego de que sus oficinas en Gaza City fueran incendiadas.
Los partidarios de Dahlán también atacaron a una serie de altos cargos de Fatah estrechamente vinculados a Abás. Uno de ellos, Mohamed al Nahal, resultó herido leve durante un asalto a una conferencia de médicos celebrada en un hotel de Gaza City.
La violencia ha obligado a Fatah a suspender todas sus actividades en la Franja, de nuevo para regocijo de Hamás.
Algunos partidarios de Abás están convencidos de que Dahlán y los suyos están actuando de acuerdo con Hamás.
Osama Qawasmeh, un portavoz de Fatah partidario del rais, ha declarado que Hamás está intentando por todos los medios "animar" a los hombres de Dahlán a atacar a sus rivales. Además, ha afirmado que este último ha mejorado sus relaciones con el movimiento desviando fondos a la Franja de Gaza.
Tras la reciente oleada de ataques, los partidarios de Abás en la Franja han pasado a la ofensiva amenazando con "eliminar" a Dahlán y a sus "bandas".
En un panfleto, publicado por un grupo de apoyo a Abás, hasta ahora desconocido, llamado Protectores de la Legitimidad, se amenazaba con asesinar a 80 partidarios de Dahlán. El grupo publicó los nombres de dichos partidarios, y afirmó que trabajaban para Israel.
Los Protectores de la Legitimidad afirmaron:
Vuestras amenazas no van a intimidarnos. Estáis empezando a jugar con fuego. Pero nosotros estamos hechos de fuego, con el que os quemaréis. El lenguaje del dialogo se ha acabado y desde hoy empezaremos a hablaros con el lenguaje de las armas y el de partir cráneos.
En 2007, Abás perdió la Franja de Gaza a manos de Hamás. Ahora parece estar perdiéndola ante sus rivales en el seno de Fatah.
Los violentos acontecimientos de las últimas semanas son un signo más del fracaso de Fatah a la hora de organizarse, sobre todo tras su derrota ante Hamás en las legislativas de enero de 2006.
En los últimos años Abás ha insistido en que nunca habrá un Estado palestino sin Gaza.
Sin embargo, la lucha intestina en la cúpula de Fatah, así como la continua lucha de poder entre ésta y Hamás, implica que las posibilidades de crear un Estado mientras él siga en el poder son inexistentes. Si en el pasado el líder de la AP no pudo visitar la Franja por culpa de Hamás, ahora sabe que muchos de quienes fueron partidarios suyos en su facción también se han vuelto contra él.
En las actuales circunstancias, no hay mucho que Abás pueda hacer, aparte de quedarse en la Margen Occidental, donde se siente más seguro, gracias, en buena medida, a la presencia allí de las Fuerzas de Seguridad de Israel.
Es hora de que la comunidad internacional despierte y se dé cuenta de que toda la idea de establecer un Estado palestino independiente es ridícula. Lo último que necesitan los palestinos y la comunidad internacional es otra Siria, otra Libia u otro Yemen en Oriente Medio.
En vez de colaborar mutuamente y reconstruir la Franja de Gaza, los palestinos están muy ocupados combatiendo y amenazándose entre ellos. No es una lucha por las reformas, la democracia o un futuro mejor para su pueblo. Tampoco es una lucha entre buenos y malos; es, más bien, una pelea entre malos y malos, y todo es por dinero, ego y poder.