El acuerdo nuclear entre Irán y las potencias mundiales ha allanado el camino a los iraníes para que reanuden sus intentos de extender su influencia por todo Oriente Medio. Mientras la Administración Obama y el resto de la comunidad internacional prefieren mirar para otro lado, es evidente que Irán cree que es el momento adecuado para inmiscuirse en los asuntos internos de árabes y musulmanes.
El principal objetivo de Irán, según todas las apariencias, es dominar todo Oriente Medio destruyendo Israel y la mayoría de regímenes árabes e islámicos considerados demasiado moderados y prooccidentales. De momento, merced a la indiferencia de la Administración Obama y de la mayor parte de los países occidentales, parece que los iraníes van en la dirección adecuada para alcanzar su objetivo.
Irán ya está profundamente implicado en el Yemen, Siria, Irak y el Líbano. En los últimos meses, los iraníes han regresado también a la escena palestina, esta vez mediante un nuevo grupo, denominado Movimiento Al Sabirín de Apoyo a Palestina. En español, Al Sabirín significa "Los Pacientes".
Este nuevo grupo, apoyado por Irán, fue creado como consecuencia de las tensiones entre Irán y sus dos antiguos aliados en la Franja de Gaza: Hamás y la Yihad Islámica. Desde el inicio de la crisis siria, hace cuatro años, las relaciones entre Teherán y ambos grupos islamistas palestinos han estado marcadas por la tensión. La negativa de estos últimos a apoyar públicamente al aliado de Irán, el presidente Bashar al Asad, en su lucha contra la oposición siria ha tenido como consecuencia que sus dirigentes fueran expulsados de Siria. También ha hecho que los iraníes cortaran la ayuda financiera a Hamás y la Yihad Islámica, algo que los ha situado ante una grave crisis sin precedentes, la peor en más de dos décadas.
Al Sabirín, cuyo emblema es idéntico al de otro peón iraní, Hezbolá, tiene de momento unos 400 seguidores en Gaza. Cada uno recibe un salario mensual de entre 250 y 300 dólares, mientras que los altos cargos del grupo reciben al menos 700.
Pese a que Al Sabirín ya lleva varios meses actuando en la Franja, su nombre emergió hace dos semanas, cuando uno de sus mandos fue abatido por las Fuerzas de Defensa de Israel. El individuo en cuestión, Ahmed Sharif al Sarhi, fue responsable de una serie de tiroteos en Israel antes de que los tiradores de las FDI le dispararan junto a la frontera de Gaza.
Fuentes palestinas afirmaron que la mayoría de los terroristas de Al Sabirín son exmiembros resentidos de la Yihad Islámica Palestina. Según esas fuentes, Irán ha estado suministrando al grupo nuevos tipos de armamento, que se están empleando para atacar a Israel. Añaden que Al Sarhi fue abatido por las FDI cuando trataba de disparar con un nuevo rifle de largo alcance Steyr HS 50 que había recibido de los iraníes hacía poco. También se cree que los iraníes habrían suministrado misiles Grad y Fajr, capaces de alcanzar Tel Aviv.
El líder de Al Sabirín, Hisham Salem, es un excomandante de la Yihad Islámica Palestina en Gaza. Sus actividades y su discurso han preocupado a muchos en Hamás y la Yihad Islámica, que temen que el nuevo grupo esté comenzando a atraer a muchos de sus seguidores.
Hace dos semanas, atacantes sin identificar apuñalaron e hirieron levemente a Salem poco después de que concediera una entrevista a un periódico en el norte de la Franja. Aunque ningún grupo ha reivindicado el ataque, se cree que los asaltantes pertenecían a Hamás o a la Yihad Islámica Palestina. Salem ha sido acusado por muchos palestinos de ayudar a Irán a difundir el chiismo en la Franja, donde todos los musulmanes pertenecen a la rama rival, el sunismo.
También se cree que Al Sabirín habría logrado reclutar en la Franja a milicianos pertenecientes a la facción de Fatah del presidente Abás. Esos milicianos se habrían pasado al grupo respaldado por Irán sobre todo por cuestiones económicas. Naturalmente, es una mala noticia para Abás, que está viendo cómo muchos de sus anteriores seguidores acaban a sueldo de Teherán y comparten su ideología radical.
La presencia de Irán en Gaza (esta vez a través de Al Sabirín) es una mala noticia no sólo para Israel, sino para muchos palestinos y árabes de la región. Los egipcios, que han estado librando una incansable guerra contra Hamás, la Yihad Islámica Palestina y otros grupos terroristas en la Península del Sinaí y la Franja de Gaza, están manifestando su preocupación por el nuevo peón palestino de Irán. Lo último que necesitan Abás, el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, y el monarca jordano, Abdalá II, es otro grupo terrorista iraní similar a Hezbolá en Oriente Medio.
Queda por ver si la Administración Obama y otras potencias occidentales logran despertar y darse cuenta de que los iraníes siguen engañándolos, no sólo en lo relativo a su programa nuclear, también con respecto a sus ambiciones territoriales en Oriente Medio. Al Sabirín afirma que su principal objetivo es "eliminar la entidad sionista".
En su camino para lograr su objetivo, Al Sabirín también matará a árabes y musulmanes que no compartan sus objetivos y ideología. También pretende matar a los amigos occidentales de Israel, sobre todo a los que viven en Estados Unidos y Europa.
A menos que los estadounidenses y las potencias occidentales se den cuenta de que Irán sigue siendo una grave amenaza para la paz mundial, Al Sabirín y otros grupos terroristas lograrán establecer algún día un Estado palestino reconocido por Naciones Unidas que supondría una amenaza existencial para Israel y desestabilizaría todo Oriente Medio.