Los donantes occidentales quieren una lista con los nombres de los palestinos que la Autoridad Palestina (AP) tiene en nómina, y la AP no está nada contenta.
¿Qué es lo que impulsa esta solicitud? Miles de maestros de escuela de la Margen Occidental están en huelga para pedir unas mejores condiciones, y los dirigentes palestinos han ordenado que los huelguistas sean reprimidos por motivos de seguridad.
Para justificar la represión, las autoridades han afirmado que la huelga estaba organizada por Hamás como parte de una conspiración para comprometer y minar el régimen del presidente palestino, Mahmud Abás. Lo que sucede realmente es que los maestros han hecho saltar las alarmas sobre la corrupción de la AP. Han acusado a su Ministerio de Educación de malversar los fondos donados y de engañar a los donantes inflando la cifra de docentes. Afirman que la lista de empleados supuestamente contratados por el ministerio (unos 56.000), incluidos profesores y trabajadores administrativos, contiene muchos nombres falsos.
Los maestros también acusan a la AP de mentir a los donantes acerca de sus sueldos. Según la información proporcionada oficialmente, la AP les abonaría unos emolumentos mayores que los reales. En otras palabras: los profesores en huelga están poniendo de manifiesto que la AP toma por tontos a los donantes occidentales.
El Ministerio palestino de Finanzas aún tiene que publicar el presupuesto general de los años 2015 y 2016. La última vez que el presupuesto apareció en la página web oficial del ministerio fue en 2014. Los maestros en huelga y otros palestinos dicen que hay algo sospechoso en que el ministerio no haya hecho públicos los presupuestos anuales de 2015 y 2016. Consideran que es una falta de transparencia.
Según diversas fuentes, la petición de los donantes cogió de sorpresa al primer ministro palestino, Rami Hamdalá, que ha transmitido la solicitud a la oficina de Mahmud Abás; ahora aguarda la intervención personal del presidente en el creciente escándalo.
Se ha informado de que la cúpula de la AP ha creado un comité legal secreto, presidido por Karim Shehadeh, a fin de preparar una respuesta para los donantes respecto a la discrepancia en los sueldos. Al comité se le ha encomendado evitar el escándalo y asegurarse de que los donantes no lleguen al fondo del asunto.
La solicitud de los donantes explica la histérica respuesta de las autoridades de la AP a la actual huelga de maestros en la Margen Occidental En las últimas semanas, las fuerzas de seguridad palestinas han detenido a decenas de maestros en huelga e impuesto un régimen intimidatorio sobre otros. Cuando los docentes planearon una concentración de protesta en Ramala la semana pasada, la AP desplegó a decenas de policías y estableció controles de seguridad en varios puntos de la Margen, en un intento de frustrar la protesta y aterrar a los profesores.
Esta semana, en una clásica maniobra de distracción, el Gobierno palestino negó que los países donantes hubieran exigido inspeccionar las nóminas. Pero fuentes palestinas de Ramala insisten en que las informaciones son ciertas. Según ellas, esto supone un cambio radical en las exigencias de responsabilidad a los dirigentes de la AP por parte de los donantes.
Los profesores en huelga son sólo uno de los dolores de cabeza de la Autoridad Palestina. Que los donantes hayan exigido un informe completo con los nombres de sus funcionarios es una mala noticia para Abás. En realidad, nadie sabe exactamente cuántos palestinos tiene en nómina la AP. Según algunos cálculos, la cifra podría estar en torno a los 160.000, mientras que otros apuntan a los 250.000.
De acuerdo a un estudio, en la AP hay un policía por cada 52 habitantes; frente a ello, la ratio de maestros es de 1-72. Desde su creación, hace más de dos décadas, la AP ha establecido diez servicios de seguridad diferentes, que emplean a más de 70.000 personas.
Algunos palestinos han denunciado que esas cifras se han inflado enormemente utilizando nombres de fallecidos, de personas que viven en el extranjero y de gente que ni siquiera existe. En su mayor parte, esos salarios los cubren Gobiernos donantes como los de Estados Unidos y la Unión Europea, que no han revisado las nóminas de empleados públicos ni verificado las cifras durante años.
Además, puede que los donantes no estén al tanto de que están pagando a unos 50.000 empleados de la Franja de Gaza por no trabajar. Así ha sido desde 2007, cuando Hamás se hizo con el control del enclave. Ante ello, la AP ordenó a todos sus empleados que boicotearan al movimiento islamista y prometió pagarles sus salarios íntegros a cambio de quedarse sentados en sus casas.
Si realmente los donantes están pidiendo el informe, podría suponer el amanecer de una nueva era; una en la que la cúpula de la AP es llamada a capítulo por sus chanchullos financieros. Naturalmente, aun así el presidente Abás y sus amigos podrían encontrar una forma de culpar a Israel; una táctica que en el pasado ha hecho maravillas.
Así las cosas, aún está por ver si los donantes son los tontos que la Autoridad Palestina espera que sean o si los palestinos, por fin, empiezan a rendir cuentas por su comportamiento.