La China comunista se está moviendo en el Pacífico de archipiélago en archipiélago, y pronto el Ejército de Liberación del Pueblo estará a una distancia llamativamente corta de Hawai. El nuevo acuerdo quinquenal de China con las Salomón, sujeto a renovaciones automáticas, permitirá a Pekín utilizar estas islas como base para su Ejército y hacer en buena medida lo que desean sus militares. En la imagen (Thomas Peter/Pool/AFP, vía Getty Images), el primer ministro chino, Li Keqiang, muestra el camino su homólogo de las Salomón, Manasseh Sogavare, en Pekín el 9 de octubre de 2019. |
El pasado 25 de marzo las Islas Salomón informaron de que estaban "expandiendo" sus acuerdos de seguridad, "diversificando las colaboraciones en materia de seguridad, incluso con China".
Fue un anuncio a la defensiva. La víspera, detractores de un pacto de seguridad con China filtraron un "borrador" del mismo. El Gobierno del primer ministro, Manasseh Sogavare, no confirmó su autenticidad, pero los analistas piensan que Sogavare pretende que sea la versión definitiva. Australia, que ha expresado "gran preocupación", confirmó que el borrador es auténtico.
El pacto, denominado "Acuerdo Marco entre el Gobierno de la República Popular de China y el Gobierno de las Islas Salomón sobre Cooperación en Seguridad", subraya una tendencia perturbadora: tras años de persistentes esfuerzos comerciales, diplomáticos y militares, China está haciéndose con el Pacífico.
Pekín está saltando de archipiélago en archipiélago, y pronto el Ejército de Liberación del Pueblo estará muy cerca de Hawai.
Cleo Paskal, de la Foundation for Defense of Democracies, afirmó a Gatestone que el Acuerdo Marco fue una "decisión unilateral" de Sogavare." "No hubo debate público", señaló.
El acuerdo, de cinco años de duración y sujeto a renovaciones automáticas, permitirá a Pekín desplegar tropas en las islas y hacer lo que sus generales y almirantes querían. El artículo I dice lo siguiente: "En función de sus propias necesidades, y con el consentimiento de las Islas Salomón, China puede hacer visitas navales, llevar a cabo reabastecimientos logísticos y realizar escalas en las Islas Salomón, y las relevantes fuerzas de China pueden ser utilizadas para proteger la seguridad del personal y los proyectos de envergadura chinos en las Islas Salomón".
Si se aplica en toda su extensión, el Acuerdo Marco otorgará a China la capacidad de romper las líneas marítimas y aéreas que conectan a EEUU con su aliada Australia y su socia Nueva Zelanda.
Durante decenios, Washington permitió a Canberra y a Wellington hacerse cargo de las Salomón y su región, pero, mediante una corrosiva combinación de negligencia y condescendencia, ambas potencias occidentales permitieron a China hacer avances de importancia. Mediante sobornos que ya se han detallado públicamente, Pekín básicamente se ha comprado el Gobierno de Sogavare.
De manera nada sorprendente, Sogavare se está plegando a Pekín. Transfirió el reconocimiento diplomático de las Salomón de Taipei a Pekín en 2019, y en el plano doméstico abrió las puertas a las inversiones chinas a gran escala.
El primer ministro está gestionando mal el país, por ejemplo marginando la isla más poblada, Malaita, y amenazando a su gobernante, Daniel Suidani, que, jugándose la vida, se ha opuesto resueltamente a la toma de las Salomón por China.
En noviembre, el desgobierno de Sogavare desembocó en unos tumultos letales en la capital, Honiara, en la isla de Guadalcanal, en cuya liberación del dominio japonés murieron 1.600 norteamericanos en 1942-1943.
Australia envió policías y soldados para restablecer el orden y salvar al Gobierno de Sogavare, que en aquel momento parecía a punto de caer. Ahora bien, la desafortunada intervención de Canberra hizo más fácil a Sogavare invitar a la policía china en febrero. La presencia de Pekín le consolidó en el poder.
"En función de sus propias necesidades, las Islas Salomón pueden solicitar a China que envíe policías, policías armados, personal militar y otras fuerzas armadas y de mantenimiento del orden a las Islas Salón, para que contribuyan al mantenimiento del orden social protegiendo la vida y hacienda de la gente, procurando asistencia humanitaria, llevando a cabo labores de rescate o procurando asistencia en otras materias acordadas por las partes", dice también el artículo 1.
El día 25 de marzo Honiara informó de que mantendría en vigor el acuerdo de seguridad con Canberra de 2018, pero es evidente que Sogavare está mirando sólo a China en lo relacionado con la asistencia policial y militar.
Con el respaldo del Ejército chino y el Acuerdo Marco, Sogavare puede verdaderamente acabar con la democracia en las Salomón. Paskal, que sigue de cerca lo que sucede en el Pacífico, informa de que el primer ministro está tratando de posponer las elecciones. "Si puede provocar una crisis nacional de seguridad, la utilizará como excusa para mantenerse en el poder", señala. "China ayudará al primer ministro a provocar una guerra civil. La guerra proporcionará a Sogavare una excusa para, al amparo del nuevo acuerdo, llamar al Ejército chino".
Como le contó Paskal a Gatestone, Pekín ya está exacerbando las tensiones para poder acudir al "rescate" de las Salomón.
Las tensiones interinsulares que alimentan la crisis presente no son nuevas. En el año 2000, tras una serie de disputas similares, se firmó el Acuerdo de Paz de Townsville, que Sogavare, que en aquel momento también era primer ministro, no implementó. Paskal sugiere que el acuerdo podría ser la base para uno nuevo.
El de las Salomón no es el único caso de penetración china en Gobiernos del pacífico. Se habla ahora de que China firmará un acuerdo de seguridad con Papúa Nueva Guinea, justo al norte de Australia.
Además, quiere realizar mejoras en una pista de aterrizaje de Kiribati. Pekín dice que el propósito es exclusivamente civil, pero los usos militares son obvios y nadie se cree las garantías chinas.
Dicha instalación se encuentra a sólo 1.900 millas de Hawai. Dadas las distancias que se estilan en el Pacífico, Kiribati es el vecino de al lado de EEUU.