En vísperas de su reunión con Barack Obama, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, ha logrado el respaldo de la Liga Árabe a su postura y sus exigencias. Dicho apoyo es extremadamente importante para el dirigente palestino: le otorga poder y fuerza para resistir cualquier presión de Obama para que suavice o cambie su postura.
El anuncio de la Liga Árabe se produjo tras una reunión de sus ministros de Exteriores en el Cairo, a la que acudió el representante de la Autoridad Palestina, Riad Malki, que instó a sus homólogos a mostrar su apoyo a Abás en vísperas de su reunión con Obama, prevista para el 17 de marzo en Washington.
La declaración de la Liga permite que Abás rechace cualquier petición del presidente estadounidense, con la excusa de que los países árabes no le autorizan a hacer concesiones. Por tanto, Obama no debería esperar nada nuevo por parte del presidente de la AP, que sigue insistiendo en que no habrá acuerdo de paz hasta que Israel y Estados Unidos accedan a todas sus exigencias.
Al pedir el respaldo de los países árabes, Abás pretende demostrara a Obama y al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que no tiene sentido que le presionen, porque los países árabes no aceptarán concesión alguna hacia Israel. En la práctica, el palestino se ha atado las manos antes de la reunión para evitar así cualquier presión.
El predecesor de Abás, Yaser Arafat, recurrió a esa misma táctica durante la mal calculada cumbre de Camp David en el verano de 2000. Entonces, el rais afirmó también que no estaba autorizado por los países árabes y musulmanes para hacer concesiones a Israel, y que por eso no podría cerrar un acuerdo.
El anuncio de la Liga Árabe permite también que Abás le diga a Obama que no sólo habla en nombre de los palestinos, sino de todo el mundo árabe. Sin embargo, muchos palestinos argumentarían que el presidente de la AP ni siquiera está autorizado por su propio pueblo a negociar, y mucho menos a firmar, un acuerdo de paz con Israel.
Pero a la Administración Obama no parece preocuparle verdaderamente si Abás, que recientemente inició el décimo de sus cuatro años de mandato, está autorizado por su pueblo para ello o no. Obama y Kerry parecen querer un acuerdo a toda costa, aunque sea con un presidente que perdió su legitimidad hace muchos años, e incluso si el acuerdo se desmorona al día siguiente.
Así que ahora Abás va a hacer creer a Obama que viene a reunirse con él no sólo como el legítimo líder de los palestinos, sino como representante del mundo árabe.
Como explicó el ministro de Exteriores de Abás, Riad Malki, tras la reunión de El Cairo:
Cuando el presidente Abás llegue a Washington, no sólo hablará en nombre de Palestina, sino de todos los países árabes.
En otras palabras, Abás va a fingir que todo el mundo árabe le ha autorizado a hablar en su nombre durante su reunión con Obama. No importa que la Liga Árabe, que es quien realizó la declaración en apoyo del rais, sea considerada extremadamente ineficiente e incompetente y que nadie del mundo árabe se la tome en serio.
En cualquier caso, el anuncio de la Liga respaldando a Abás va a hacer que la misión de éste en Washington sea aún más difícil. Dicho anuncio reitera la negativa de los países árabes a reconocer a Israel como Estado judío, insiste en una completa retirada israelí a las fronteras anteriores a 1967 y rechaza cualquier intento de "reubicar" a refugiados palestinos "fuera de su patria".
Ahora que ha logrado el respaldo de la Liga a sus posturas, Abás se sentirá con más confianza para decirle que no a Obama. De hecho, la organización árabe ha autorizado al palestino a resistir cualquier forma de presión por parte de la Administración estadounidense.
Pero además Abás está lleno de confianza en sí mismo porque él y muchos palestinos se ven alentados por lo que, para ellos, es un creciente número de boicots a Israel en la escena internacional.
Los palestinos tampoco se toman en serio a Obama, sobre todo en vista de su fracaso al abordar las crisis del mundo árabe y de Ucrania.
Abás cree que pude decirle que no al presidente estadounidense, porque su Administración no tomará ninguna represalia contra la Autoridad Palestina.
Representantes palestinos en Ramala señalaron las amenazas por parte de la Administración estadounidense de imponer sanciones financieras si Abás buscaba el reconocimiento unilateral de un Estado palestino en Naciones Unidas hace dos años.
El analista político palestino Hani Habib explicaba:
El presidente Abás se siente satisfecho con la campaña generalizada de boicot a Israel en los campos académico y económico. Ello implica que la opinión pública internacional apoya actualmente la postura palestina.
El apoyo político árabe y las campañas de boicot antiisraelí en todo el mundo han envalentonado a Abás hasta tal extremo que cree que ya no tiene que hacer concesión alguna en aras de la paz.