
Tras rechazar todas las propuestas de acuerdo de alto el fuego y toma de rehenes, el grupo terrorista palestino Hamás, respaldado por Irán, intenta ahora incitar a los árabes a rebelarse contra sus propios gobiernos con el pretexto de que sus dirigentes no han ayudado a los palestinos de la Franja de Gaza.
Recientemente, el alto cargo de Hamás Khalil al-Hayya, que junto con su familia se trasladó de la Franja de Gaza a Qatar antes de la invasión de Israel liderada por Hamás el 7 de octubre de 2023, llamó a los árabes a "marchar hacia Palestina por tierra y mar y sitiar las [embajadas israelíes en países árabes, especialmente Egipto y Jordania]".
Dirigiéndose al pueblo egipcio, al-Hayya expresó: "Oh, pueblo de Egipto, ¿cómo pueden permitir que mueran sus hermanos [palestinos] cerca de su frontera?". El funcionario de Hamás se refería a la negativa de El Cairo a abrir el paso fronterizo de Rafah entre Egipto y la Franja de Gaza para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
Las declaraciones de Al-Hayya reflejan la profunda decepción de los dirigentes de Hamás por la falta de ayuda de los países árabes a los palestinos de la Franja de Gaza durante la guerra desencadenada por las atrocidades cometidas por el grupo terrorista el 7 de Octubre, en las que Hamás asesinó a más de 1.200 israelíes y extranjeros e hirió a miles. Ese día, otros 251 israelíes y extranjeros fueron secuestrados en la Franja de Gaza, donde 50 -vivos y muertos- siguen cautivos.
Uno de los objetivos declarados de la masacre del 7 de Octubre de Hamás era frustrar los esfuerzos por lograr la normalización entre Israel y los países árabes, especialmente Arabia Saudí. Otro objetivo no declarado de Hamás era instigar el malestar y la inestabilidad en Egipto y Jordania, los dos países vecinos que tienen tratados de paz con Israel.
Desde el comienzo de la guerra en la Franja de Gaza, funcionarios de Hamás han estado instando indirectamente a egipcios y jordanos a rebelarse contra sus gobiernos por no cortar sus lazos diplomáticos con Israel y supuestamente no ayudar a los palestinos de la Franja de Gaza.
El llamamiento de Al-Hayya a los árabes a "marchar hacia Palestina por tierra y mar" se refiere a los dos países que comparten fronteras con Israel: Egipto y Jordania. Hamás, con su masacre del 7 de Octubre, ha llevado muerte y destrucción a los dos millones de palestinos de la Franja de Gaza. Según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, decenas de miles de gazatíes han muerto o han resultado heridos desde el comienzo de la guerra. Cientos de miles han sido desplazados.
Ahora, los frustrados dirigentes de Hamás, que viven cómodamente en Qatar, Turquía y otros países, quieren sacrificar a egipcios y jordanos en su yihad (guerra santa) para asesinar a más judíos y destruir Israel.
Afortunadamente, la mayoría de los países árabes se han negado a unirse al plan genocida de Hamás. Aparentemente, los líderes de esas naciones comprenden los peligros de permitir que Hamás, una rama de la organización terrorista Hermandad Musulmana, arrastre a sus países a la guerra contra Israel.
Por eso muchos países árabes han prohibido o proscrito a la Hermandad Musulmana, entre ellos Egipto, Arabia Saudí, Siria, los Emiratos Árabes Unidos y, recientemente, Jordania. Estos países ven a este movimiento como una amenaza para la seguridad nacional y la estabilidad política.
Si la Administración Trump quiere promover la paz y la estabilidad en Oriente Medio y proteger a sus aliados árabes, debe seguir su ejemplo y designar a la Hermandad Musulmana como organización terrorista extranjera.
El llamamiento del líder de Hamás a los árabes para que utilicen las fronteras de Egipto y Jordania para atacar a Israel suscitó fuertes condenas de ambos países.
El exviceministro de Relaciones Exteriores egipcio Hussein Haridi declaró:
"La declaración de Al-Hayya forma parte de una campaña sistemática orquestada por la Hermandad Musulmana en todo el mundo con el objetivo de desacreditar el rol de Egipto y desbaratar sus esfuerzos políticos y humanitarios para detener la guerra y aliviar el sufrimiento de los civiles [palestinos]. Está claro que estas declaraciones pretenden encubrir los fracasos de la dirección de Hamás y su intransigencia durante ciertas etapas de las negociaciones en curso [para alcanzar un acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes]".
Los objetivos del líder de Hamás están "completamente en consonancia con los principales objetivos de la Hermandad Musulmana: derrocar el régimen egipcio y convertir Egipto en un lodazal de caos", dijo Saeed Okasha, experto egipcio del Centro Al-Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos. Según Okasha, son varias las razones que han impulsado a al-Hayya a adoptar una actitud hostil hacia Egipto:
"La principal crisis a la que se enfrenta Hamás, sobre todo desde que ha perdido su poder militar, se ha reducido a nada más que plantar minas en las calles de Gaza. Además, Hamas está a punto de estar política y militarmente acabado. Las declaraciones de Al-Hayya son una expresión de desesperación y frustración con la que intenta crear justificaciones para el fracaso que asola a su grupo. La Hermandad Musulmana cree que la actual situación económica de Egipto podría ser una oportunidad para presionar al pueblo egipcio mezclando sentimientos religiosos con condiciones económicas, desestabilizando así la situación interna del país".
Los jordanos también expresaron su indignación por el llamamiento del líder de Hamás a intensificar las protestas contra Israel en el reino y a utilizar su frontera para "marchar hacia Palestina".
Mohammed al-Musalha, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Jordania, manifestó que los jordanos rechazaban las "vergonzosas y deshonrosas" declaraciones de Al-Hayya.
"Esos discursos huecos alejan al pueblo jordano de esos dirigentes [de Hamás] que no sienten la magnitud de la catástrofe que azota al pueblo palestino, especialmente a los residentes de la Franja de Gaza. Por lo tanto, ellos [los dirigentes de Hamás] necesitan imperiosamente cualquier ayuda de todos los árabes. Jordania no acepta que le apuñalen por la espalda personas con agendas políticas bien conocidas por todos".
El analista político jordano Khalaf al-Tahat acusó al líder de Hamás de hacer un llamamiento "que va comprando los límites del absurdo político hasta los límites del suicidio en masa". Al-Tahat denunció que el llamamiento del dirigente de Hamás era "no menos desastroso que la escena de muerte en la Franja de Gaza, sobre todo desde que llamó a los pueblos de los países vecinos de Palestina a marchar hacia Palestina, asediar las embajadas israelíes y cortar las relaciones diplomáticas y comerciales [con Israel], como si estos pueblos se permitieran el lujo de lanzarse a aventuras que carecen de las formas más simples de racionalidad y planificación".
Los dirigentes de Hamás, que afirman haber sido traicionados por sus hermanos árabes, pretenden ahora exportar la propia crisis de su grupo y hacer recaer la responsabilidad del sufrimiento de los palestinos en otras partes, especialmente en los países árabes.
Lo hacen desde sus seguras mansiones y lujosas suites de hotel en Qatar, uno de los principales patrocinadores de grupos islamistas, especialmente la Hermandad Musulmana.
Si no fuera por el respaldo de Qatar, los líderes de Hamás no habrían tenido el valor de incitar a la agitación y la inestabilidad en Egipto y Jordania. Es hora de que la Administración Trump no sólo designe a la Hermandad Musulmana como organización terrorista extranjera, sino que también denuncie finalmente a Qatar y a su cadena Al-Jazeera TV por promover grupos terroristas islamistas que tienen como objetivo a Israel y a los aliados árabes de Estados Unidos.