El Líder Supremo iraní, Alí Jamenei, aprovechó el mes pasado la fiesta del Año Nuevo persa (Nowruz) para anunciar su plan integral para la economía del país. En su alocución, pronunciada en su localidad natal, Mashad, esbozó diez principios de su economía de resistencia.
Tras ese discurso, queda claro que el plan de Jamenei para la recuperación económica del país es muy distinto del del presidente, Hasán Ruhaní, y su Gabinete. Además, el Líder Supremo lanzó el guante: hará responsable al presidente en caso de que no se logren las prometidas mejoras económicas. Estaba implícita la amenaza de que si Ruhaní no adopta el enfoque de la economía de resistencia, ello afectará negativamente a sus aspiraciones de cara a un segundo mandato.
El discurso de Jamenei llevaba por título "El año de la economía de resistencia: acción y aplicación". Es una clara señal que indica a la Administración Ruhaní el camino que debe seguir el presidente en la gestión económica.
Jamenei enumeró las siguientes diez medidas fundamentales destinadas a recuperar la economía iraní:
- Reactivar la producción nacional mediante la reapertura de las instalaciones productivas, el 60% de las cuales fueron cerradas durante el periodo de sanciones.
- Evitar las exportaciones que minan el objetivo de recuperar la producción nacional iraní.
- No malgastar el dinero que está entrando en el país en esta era posterior al acuerdo nuclear.
- Transformar sectores económicos sensibles, adoptando una orientación basada en la información y el conocimiento, en vez de exportar materias primas como petróleo y gas; además, incrementar la capacidad nacional de fabricación de aviones y barcos.
- Hacer que la transferencia de tecnología sea una condición en cualquier acuerdo comercial con el extranjero.
- Luchar contra la corrupción.
- Combatir el tráfico de drogas.
- Ayudar de manera especial a la pequeña y mediana industria. Esta medida tiene como finalidad demostrar que el régimen debe estar de parte de las clases bajas, cuya principal preocupación en la vida es alimentar a sus familias. El Gobierno debe ayudar en las buyeh aashpazjsneh, es decir, las cuestiones de economía doméstica.
- Promover proyectos de eficiencia energética.
- Que Irán construya sus propias fábricas: resistir la tentación de importar fábricas llave en mano del extranjero.
La advertencia de Jamenei de conservar los ingresos en divisas que entran en el país como consecuencia del levantamiento de las sanciones es probablemente una crítica a las prisas de Ruhaní por visitar países de Europa Occidental donde cerró acuerdos muy caros. Por ejemplo, firmó los contratos de compra de 118 aviones de pasajeros Airbus y de 20 aeronaves comerciales turbopropulsadas de la compañía aeronáutica francoitaliana ATR.
Los miembros de la línea dura del Parlamento iraní (el Majles) no tardaron en aprovechar el discurso de Jamenei para criticar a Ruhaní y al ministro de Exteriores Javad Zarif por hacer hincapié en la mejora de relaciones con Occidente durante los dos primeros años de mandato presidencial. El parlamentario Golam Reza Mesbah declaró:
En los dos años transcurridos desde que entró en vigor la política económica de resistencia, la Administración no se ha ocupado de esta cuestión (...) En vez de centrarse en las relaciones internacionales y en abrir la economía por ese camino, deberían realizarse especiales esfuerzos en el ámbito de la producción doméstica y del empleo de las capacidades, recursos naturales, agricultura, industria, minería y turismo nacionales.
El periodista iraní Abdulá Abdulahí comentó que está claro que el ayatolá Jamenei quiere que Ruhani vuelva a centrarse en su idea de la economía de resistencia autárquica. Un destacado miembro conservador del Comité de Planificación y Presupuestos del Majles advertía que los programas económicos del Gobierno no deberían tener como consecuencia una mayor dependencia de "potencias exteriores".
El profesor Hoyatolá Abdolmalehi, de la Universidad Imán Sadeq, vinculada a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Iraní, subrayaba la gravedad de estas críticas a la presidencia de Ruhaní afirmando que "tras la incapacidad de los economistas liberales para poner en práctica el programa de 'economía de resistencia' del líder hay una tendencia a adoptar rasgos laicos y antirreligiosos".
La gestión económica de Ruhaní será vigilada muy de cerca por los radicales que buscan recuperar popularidad y la presidencia en las elecciones de 2018.
Lawrence A. Franklin: Coronel retirado de la Fuerza Aérea estadounidense y antiguo agregado militar en la embajada de Estados Unidos en Israel. Ex-analista político-militar de la Junta del Estado Mayor.