El año pasado, el diario de referencia en España, El País, volvió a ser la publicación antiisraelí que solía. Hasta 2009, cuando cambió de enfoque en su cobertura de Oriente Medio, El País era a menudo tan abiertamente hostil al Estado judío que catorce miembros del Congreso de EEUU enviaron una carta al entonces presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para expresar su preocupación por la publicación sistemática en sus páginas de "artículos y viñetas que transmiten puras calumnias y estereotipos antisemitas".
Ese año, el periódico empezó a presentar una visión más equilibrada del conflicto israelo-palestino, e incluso abandonó la práctica de referirse a Tel Aviv como la capital israelí –en vez de Jerusalén–. Se mantuvo en esa línea los siguientes siete años. Pero en 2016 volvió a sus antiguas maneras, como ilustran los tres siguientes ejemplos:
Leila Jaled, miembro de la organización terrorista Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), famosa por participar en el secuestro del vuelo 840 de la TWA de Roma a Tel Aviv (29 de agosto de 1969) y en el intento de secuestro del vuelo 219 de El Al de Ámsterdam a Nueva York (6 de septiembre de 1970), fue descrita como alguien que acarreaba "una experiencia vital traumática: la ocupación, que, siendo niña, en 1948 [año de la creación del Estado de Israel], la expulsó, a ella y a su familia, de Haifa", junto a "millones de refugiados que fueron obligados a abandonar sus casas".
Ismaíl Haniyeh, alto mando de Hamás, la organización terrorista que controla la Franja de Gaza, fue definido como "moderado" y "pragmático", mientras que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, era caracterizado como el líder de un Gobierno "radical" y "extremista".
Asimismo, afirmó que el conflicto israelo-palestino "deriva de la ocupación de Jerusalén Este y Cisjordania" y el "subsiguiente bloqueo a la Franja de Gaza", y que desde la Guerra de los Seis Días (1967) "Israel no ha dejado de colonizar".
Ismaíl Haniyeh, alto mando de Hamás, la organización terrorista que controla la Franja de Gaza, fue definido por El País como "moderado" y "pragmático", mientras que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, era caracterizado como el líder de un Gobierno "radical" y "extremista" |
Para conmemorar la Guerra de los Seis Días, el 12 de mayo de 2016 El País dedicó numerosos artículos y contenidos al 49º aniversario de la "ocupación", sin citar a israelíes que no vertieran duras críticas sobre su propio país.
El mes siguiente, el 30 de junio de 2016, Halel Yafa Ariel, una israelí de 13 años, fue asesinada a puñaladas por un terrorista palestino que irrumpió en su habitación. El País encabezó así su cobertura del bestial asesinato: "Estragos de la ocupación". Una noticia distinta sobre el ataque llevaba por titular "Un palestino mata a puñaladas a una colona de 13 años".
Después de que Revista de Medio Oriente, el sitio en español del Committee for Accuracy in Middle East Reporting in America (Camera), se pusiera en contacto con El País para alertarlo de que llamar a Ariel "colona" en ese contexto era una forma de deshumanización, cambiaron el titular: "Un palestino mata a una niña israelí de 13 años en una colonia". En un caso y otro, se daba a entender que la condición de la niña y el sitio donde se encontraba fueron los responsables de su muerte. En ningún caso se llamó terrorista a su asesino.
Pocos días después, ilustrando un artículo de opinión que elogiaba a la controvertida ONG israelí Breaking the Silence –compuesta por veteranos de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) cuyas afirmaciones de que el Ejército israelí comete crímenes de guerra no sólo son puestas en duda, sino que se ha demostrado su falsedad en repetidas ocasiones—, apareció una viñeta que recordaba a las imágenes utilizadas por los nazis.
En general, la sección de Opinión de El País se ha ido haciendo cada vez más tendenciosa, con cada vez más artículos firmados por miembros de organizaciones flagrantemente antiisraelíes, presentadas falsamente como observadoras neutrales del conflicto. Uno de esos artículos se acompañaba incluso de una petición a los lectores para que realizaran donaciones a la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Otro artículo de opinión particularmente digno de mención insinuaba que todos los problemas de Oriente Medio –incluidos el de la teocracia en Irán, la "locura yihadista", el "odio a Occidente", la guerra civil siria, el agrandamiento de la división entre suníes y chiíes, el "despotismo de Erdogan" en Turquía y el "fin del pueblo kurdo"– tienen su origen en el sionismo.
A pesar de las numerosas peticiones de Camera a El País, sólo en raras ocasiones ha publicado correcciones de sus reiterados errores factuales y su falta de contexto histórico. Esto indica que no estamos ante meros descuidos, sino un intento deliberado de difamar y deslegitimar al Estado judío; en otras palabras: antisemitismo.
El País no es el único que sigue esta práctica, común en los medios de lengua española. Sin embargo, dado que es el periódico más ampliamente leído por los hispanohablantes, que tiene también una edición en Estados Unidos, y que el español es la segunda lengua más hablada en el mundo, el mensaje engañoso que llena sus páginas a diario es extremadamente peligroso.
Los esporádicos artículos de opinión que presentan una visión más equilibrada –o los contenidos aislados que destacan los éxitos de las start-ups y las empresas tecnológicas especializadas en agricultura israelíes– no pueden ni empezar a contrarrestar las constantes arremetidas del periódico contra el Estado judío, que llegan hasta mucho más allá de las fronteras de España. El País debe rendir cuentas.
Ha llegado el momento de que los miembros del Congreso de EEUU expresen nuevamente su preocupación por las inclinaciones antisemitas del periódico denunciándolo ante el actual presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy Brey.
Masha Gabriel: Directora de Revista de Medio Oriente.