A la vuelta de su reciente visita de dos días a Israel, donde se reunió con altos funcionarios, Adonis Georgiadis, vicepresidente de Nueva Democracia, el principal partido de la oposición en Grecia, declaró su apoyo al reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.
En una entrevista con Skai Radio el pasado día 7, Georgiadis dijo que era "casi cómico discutir si Jerusalén es una ciudad judía o no":
La fundaron los judíos (...) en la antigüedad. Si leen a Flavio Josefo o a Diodoros Siceliotis, encontrarán referencias a la ciudad de Jerusalén, donde estaba el sumo sacerdote del Templo de Salomón, y que era la ciudad de los judíos. Esa es la realidad.
Cuando el entrevistador lo cuestionó diciendo: "Pero ha pasado el tiempo y han ocurrido muchas cosas en la historia de la ciudad", Georgiadis, que es historiador, repuso:
No digo que no, pero esa ciudad es desde el principio una ciudad judía. Ellos [los judíos] la crearon; la fundaron, es suya... Ahora, la decisión del presidente Trump de transferir la embajada estadounidense a Jerusalén es un poco provocativa... Pero tengo que decir que estoy más a favor de su decisión que en contra.
Dos días antes, el 5 de marzo, el diputado Makis Voridis, exministro de Nueva Democracia, expresó una opinión parecida en un artículo en el diario Kazimerini:
La decisión del presidente Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel es correcta y justa. El país [Israel] merece el pleno apoyo de EEUU y Europa, porque es la única democracia liberal en Oriente Medio. Israel tiene como vecinos a regímenes autoritarios que no salvaguardan los derechos humanos tanto como deberían. A pesar de las numerosas amenazas externas, este pequeño país sigue conservando su carácter liberal y pluralista. Las libertades individuales están protegidas por la Constitución, se respetan plenamente los derechos de las mujeres y los ciudadanos árabes-israelíes (el 20% de la población) tienen un alto nivel de vida.
En ese mismo artículo podía leerse lo siguiente:
La parte palestina no ha demostrado ninguna intención de negociar en serio con el Gobierno de Jerusalén. Los puntos de vista de los palestinos son maximalistas y peligrosos, ya que en realidad están proponiendo la islamización de la ciudad. Las organizaciones islamistas palestinas, como Hamás y la Yihad Islámica, han lanzado repetidas amenazas contra la población no musulmana de Jerusalén. Los islamistas se imaginan una Jerusalén sin iglesias ni sinagogas. Por otro lado, la Knéset israelí ha reconocido desde 1980 el carácter multirreligioso de Jerusalén y se ha comprometido a no poner trabas a ningún creyente para acceder a los lugares de culto (Ley Básica 5740).
Tanto Georgiadis como Voridis ingresaron en Nueva Democracia por deseo del ex primer ministro Andonis Samarás, del que se dice que es amigo personal del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Durante su primer mandato, desde 2012 hasta 2015, Samarás trabajó duro para mejorar las relaciones greco-israelíes, que llevaban décadas en punto muerto. A juzgar por las encuestas –según las cuales Nueva Democracia vencería con toda probabilidad al partido en el Gobierno, Syriza, liderado por el primer ministro Alexis Tsipras–, la mayoría de la opinión pública griega está a favor de reforzar los lazos con Jerusalén y Washington.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu (derecha), se reúne con el entonces primer ministro de Grecia, Andonis Samarás (izquierda), en Jerusalén el 8 de octubre de 2013. (Foto: Amos Ben Gershom/GPO via Getty Images). |
Numerosos analistas políticos andan prediciendo que para otoño el Gobierno de Tsipras habrá anunciado nuevas elecciones, que se ha quedado sin buena parte de su base a causa de los elevadísimos impuestos, por un lado, y de la pérdida de confianza de los votantes en su política exterior y de seguridad, por otro.
Es muy alentador para el futuro de Grecia que dos destacados parlamentarios de un partido con bastantes opciones de derrotar a los gobernantes actuales estén insuflando nueva vida al sistema político y reforzando las cruciales alianzas con Israel y Estados Unidos.