El 11 de julio, el Senado irlandés aprobó un proyecto de ley que penaliza a las empresas del país que tengan relaciones comerciales con empresas israelíes ubicadas en Judea y Samaria (la Margen Occidental). Presentada por la senadora independiente Frances Black en la Cámara Alta, la proposición obtuvo el apoyo inicial requerido, con 25 votos a favor, 20 en contra y 14 abstenciones. El Proyecto de Ley para el Control de la Actividad Económica (Territorios Ocupados) 2018 prohibiría cualquier importación de bienes o servicios de los "territorios ocupados", con sanciones económicas de 250.000 euros y hasta cinco años de cárcel para quienes lo infrinjan.
La sede del Parlamento irlandés, Leinster House, en Dublín. (Imagen: Jean Housen/Wikimedia Commons). |
La reacción de Israel a la votación del Senado irlandés no se hizo esperar. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, convocó a la embajadora de Irlanda, Alison Kelly, para reprenderla por ello. El ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, pidió el cierre inmediato de la embajada israelí en Dublín. Es improbable, no obstante, que Israel cumpla la amenaza de Lieberman, ya que el partido que gobierna en Irlanda, Fine Gael, se opone al proyecto de ley, que en cualquier caso debe aprobarse en la Cámara Baja del Parlamento de Irlanda, el Dáil, antes de convertirse en ley.
Un equipo de litigios estadounidense, The Lawfare Project, que lucha contra la discriminación contra Israel —con la ayuda de UK Lawyers for Israel— ha emprendido acciones legales contra la proposición de ley. Los litigantes dicen que el proyecto de ley irlandés podría perjudicar a las empresas estadounidenses con sucursales en Irlanda: según las leyes contra el boicot estadounidenses, es ilegal cooperar con una prohibición del comercio con asentamientos israelíes. Cumplir las leyes estadounidenses contra el boicot, a su vez, les costaría a las empresas estadounidenses una suma importante en multas por incumplir el boicot irlandés.
¿Qué hay, entonces, tras la proposición de ley? Una posible explicación es el destacado papel que desempeñan las instituciones y organizaciones islámicas en Irlanda, en particular los Hermanos Musulmanes. La influencia de los Hermanos en Dublín, la capital del país, se evidencia en su fácil acceso a personal clave del Gobierno de Irlanda.
Hay pruebas que sugieren que los Hermanos Musulmanes han establecido su sede central europea en la isla esmeralda. El Islamic Cultural Centre of Ireland (ICCI), que alberga a varios institutos musulmanes asociados a la organización internacional suní, considerada por muchos una organización terrorista, se ubica en Clonskeagh, un suburbio al sur de Dublín. El complejo del ICCI incluye al European Council for Fatwa and Research (ECFR), un prestigioso instituto de jurisprudencia islámica, fundado por la Federation of Islamic Organizations in Europe (FOIE), ella misma una institución de los Hermanos Musulmanes.
La familia Al Maktum, que gobierna Dubai, y fuente de financiación clave de los Hermanos Musulmanes, donó el dinero para erigir el complejo del ICCI, que también alberga la mezquita más grande de Irlanda. Además, el decano del campus del ICCI, el imán Sheij Husein Halawa, es antiguo compañero del guía espiritual de los Hermanos Musulmanes, el clérigo egipcio afincado en Qatar Yusuf Al Qaradawi. A Al Qaradawi, presidente del ECFR, se le negó la entrada a Irlanda en 2011, después de que éste se declarara a favor de los atentados suicidas contra israelíes. Desde entonces, no se le ha permitido entrar en Irlanda.
Sheij Halawa, además de ser el decano del ICCI, preside el Consejo Irlandés de Imanes, compuesto de 35 estudiosos musulmanes suníes y chiíes de la República irlandesa. Por ello, mantiene un perfil alto público, por lo que ha sido invitado a actos oficiales con el presidente y el primer ministro de Irlanda y el alcalde de Dublín.
A pesar del apoyo popular en Irlanda al matrimonio del mismo sexo y otras causas liberales, Halawa aprueba abiertamente la pena de muerte para los gais, y el ICCI ha invitado a oradores islámicos radicales. Uno de ellos, el saudí Mulá Aed Al Qarni, dijo a Iqra TV en 2004 que "los hermanos de los monos y los cerdos" (es decir, los israelíes y los judíos) habían matado a los malignos terroristas y líderes de Hamás Abd Al Aziz Rantisi y Sheij Ahmad Yasín. En 2005, Al Qarni dio un sermón sobre los judíos "cuyas gargantas había que degollar y sus cráneos aplastar".
Otro agitador saudí, Salman Al Uda, pronunció sermones en el ICCI en 2007. El imán egipcio Wagdy Goneim, que visitó el centro en 2006 y 2007, tachó de cerdos y monos a los judíos en una conferencia en la American Muslim Society en mayo de 1998, en el Brooklyn College. Finalmente le vetaron la entrada en Reino Unido y EEUU por haber emitido una fetua instando a los musulmanes a matar a los soldados estadounidenses que combatían en tierras musulmanas y, específicamente, a matar soldados estadounidenses en Irak.
Un intercambio de telegramas clasificados de 2006 entre el Departamento de Estado y la embajada de EEUU en Irlanda —y publicado en Wikileaks en 2011— reveló que la Administración de George W. Bush estaba intentando averiguar si el European Council for Fatwa and Research y otras organizaciones estaban trabajando para legitimar la ley (islámica) de la sharia en Europa occidental.
Según James Kenny, el embajador estadounidense en Irlanda de entonces, cierto periodista afirmó que aparte de Qatar, era Irlanda donde los Hermanos Musulmanes estaban presentes con más fuerza, y que Al Qaradawi "dirige el islam en Irlanda".
La preocupación de la Casa Blanca podría estar justificada en lo relativo a algunos fanáticos de los Hermanos Musulmanes que se encuentran en Irlanda. Pero hay otros líderes islámicos irlandeses que están más dispuestos a comprometerse con los valores de Irlanda, si no a la asimilación. En su libro de 2014 Islam and Education in Ireland: An Introduction to the Faith and the Educational Challenges It Faces [Educación en Irlanda: una introducción a la fe y los retos educativos a los que se enfrenta], Ali Selim —portavoz del ICCI y secretario general del Consejo Irlandés de Imanes— abogó por una reforma del sistema educativo de Irlanda, para que fuese más "inclusivo" para los musulmanes. Entre los cambios que defendió estaba la segregación por sexos en las clases de gimnasia, música y arte, donde podía haber un "choque de valores" con el islam. Selim fue entrevistado en la prensa irlandesa y se le preguntó si estaba a favor de que se implementara la sharia en Irlanda. Respondió que sólo en el caso de que los musulmanes fuesen mayoría sería probable que se aplicara la sharia.
El extremismo islámico tampoco se limita en Irlanda al campus del ICCI. Los telegramas de la embajada estadounidense filtrados también indicaban que incluso algunos musulmanes irlandeses se refieren a cierta mezquita de Dublín como "Tora Bora", un conjunto de cuevas en la frontera de Afganistán con Pakistán. Uno de los imanes de la mezquita, Yayah Al Husein, originario de Sudán, es miembro de Hamás, y muchos de sus feligreses son yihadistas bosnios y afganos.
Que las organizaciones yihadistas se sientan cómodas en Irlanda es comprensible, dada la genuina apertura de la sociedad del país al islam en general y a los inmigrantes musulmanes en particular. Además, la política irlandesa tiende a favorecer el relato de los árabes palestinos en su conflicto con Israel. Esto se debe, en parte, a que ven —incorrectamente— el sufrimiento de los palestinos a través de la óptica de su propia historia de ocupación por Inglaterra. Pero los irlandeses nunca aspiraron a desplazar a Gran Bretaña.
Aún así, en la provincia del Ulster, en Irlanda del Norte, todavía parte del Reino Unido, se pueden ver banderas palestinas ondeando en domicilios privados.
Entretanto, el recién sustituido alcalde de Dublín, Mícheál Mac Donncha, es miembro de la Campaña de Solidaridad Irlanda-Palestina, que apoya el boicot global contra los productos hechos en Israel.
Política aparte, la ideología de los Hermanos Musulmanes —y su uso de Irlanda como base favorable desde la que diseminar su doctrina al resto de Europa— debería ser un gran motivo de preocupación no sólo para Dublín, también para las democracias de todas partes. El expresidente egipcio Mohamed Morsi resumió el credo de los Hermanos Musulmanes en su campaña electoral de 2012:
El Corán es nuestra Constitución;
El profeta Mahoma es nuestro líder;
La yihad es nuestro camino y la muerte por Alá nuestra más elevada inspiración;
Sobre todo, Alá es nuestro objetivo.
¿Es acaso extraño, entonces, que el jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erekat, celebrara la propuesta de ley del Senado irlandés? En unas declaraciones citadas por Wafa, la agencia de noticias de la Autoridad Palestina, Erekat dijo: "Este valiente paso construye sobre los históricos lazos entre Irlanda y Palestina, [y] muestra el camino a seguir para la Unión Europea".