Probablemente, el papa Francisco desconocía que, mientras visitaba Belén a comienzos de esta semana, una escuela cristiana de Jerusalén estaba siendo atacada por familias palestinas, supuestamente por prohibirles a sus hijas llevar el hiyab, un velo que sirve para cubrir la cabeza de las mujeres musulmanas.
Las familias afirmaban que la administración del Colegio de las Hermanas del Rosario había impedido que sus hijas acudieran a una ceremonia de graduación porque llevaban hiyab.
El colegio decidió hace algunos años que no permitiría que las niñas musulmanas asistieran a ceremonias de graduación llevando hiyab. La decisión ha desatado una guerra de palabras entre partidarios y detractores de la prohibición y ha puesto de relieve las tensiones entre cristianos y musulmanes.
El 22 de mayo, las familias, en una acción sin precedentes, organizaron una manifestación contra el Colegio de las Hermanas del Rosario, en la que acusaron a sus directores de "racismo" e "intolerancia".
La manifestación ha sido considerada una señal de las tensiones que bullen desde hace tiempo entre musulmanes y cristianos en Jerusalén y en la Margen Occidental, sobre todo en Belén.
Los palestinos suelen evitar cualquier discusión pública sobre las tensiones entre musulmanes y cristianos, debido a la delicada naturaleza del asunto. La Autoridad Palestina, por su parte, se esforzó al máximo por mostrar al Papa y al resto del mundo que los fieles de ambas religiones viven en armonía y respeto mutuo.
Durante la visita del papa Francisco, los dirigentes y portavoces de la Autoridad Palestina culparon a Israel del sufrimiento y éxodo de los cristianos palestinos. Mahmud Abás, presidente de la AP, comentó al Pontífice durante su encuentro en Belén el día 25 que las acciones de Israel han hecho que "muchos cristianos y musulmanes emigren".
Naturalmente, la AP no le dijo nada al Papa respecto a la campaña de desprestigio que estaban a llevando a cabo por musulmanes contra el Colegio de las Hermanas del Rosario en Jerusalén Este.
En la manifestación, celebrada ante el colegio femenino, sito en el barrio hierosolimitano de Beit Hanina, los participantes entonaban proclamas contra la administración escolar y portaban pancartas en las que decía "No al racismo", "El hiyab es una libertad personal" y "Basta de racismo".
Algunos de los manifestantes señalaban que el hiyab había "triunfado en Francia y en Europa", mientras que era prohibido por una escuela de Jerusalén Este.
Era la primera vez que los musulmanes se manifestaban contra una institución cristiana de la ciudad. A las familias de las 17 niñas que no asistieron a la ceremonia de graduación se unieron decenas de musulmanes palestinos que se sumaron a la campaña contra la escuela cristiana.
Um Mohamed, madre de una de las chicas a las que, al parecer, se les prohibió asistir a la graduación, dijo que ella y otros padres tenían reservas respecto a que a sus hijas se las obligara a aparecer en público sin hiyab.
Dijo que incluso se opuso a las normas de la administración que obligan a que todas las niñas se quiten el hiyab una vez dentro de las instalaciones escolares. "A todas las chicas se les hace quitarse el hiyab una vez cruzan la entrada del colegio, y creemos que eso es un error", añadió.
La campaña contra el colegio cristiano, que tiene una mayoría de estudiantes musulmanas, ha desatado la controversia entre los palestinos. Aunque muchos critican duramente a la administración escolar por "luchar contra el islam", otros saltaron en defensa de la institución cristiana y señalaron la hipocresía de los manifestantes.
"Ésta es una escuela misionera, y de no ser por la presencia de estudiantes musulmanas hace mucho que habría cerrado", comentaba Alí, un musulmán de Jerusalén.
Otro musulmán, que solicitó permanecer en el anonimato, señaló: "Que Alá traiga la victoria para el islam y los musulmanes, porque parece que la religión islámica es una espina clavada en las gargantas de muchos".
Otros musulmanes exigieron que las religiosas que administran el colegio se quitaran también las tocas a cambio de prohibir el hiyab. Uno de los docentes, que también se negó a ser identificado, instó al cierre del colegio por no respetar que las chicas lleven hiyab.
Algunos musulmanes llegaron a emplear términos denigrantes para criticar a las religiosas que llevan el colegio.
Pero otros defendieron la decisión de la administración de la escuela, y dijeron que los padres que estén descontentos deberían empezar por no llevar a sus hijas a colegios cristianos.
"Soy musulmana y estoy de acuerdo con el colegio", dijo Razán, de Jerusalén Este. Y añadió
Resumiendo: es un colegio cristiano; si quieres ponerte un hiyab, vete a un colegio musulmán.
Otro palestino, llamado Rami, señaló que el Colegio de las Hermanas del Rosario era una institución privada que tiene sus propias normas. "¿Una escuela o colegio musulmanes permitirían que una chica cristiana entrara en sus instalaciones sin hiyab?", preguntó.
Algunos de los manifestantes llegaron a proponer que los musulmanes se hicieran con el control del colegio y lo convirtieran en una institución islámica.
La controversia por el hiyab en el colegio de las Hermanas del Rosario prosiguió incluso mientras el Papa visitaba Belén. Pero ni éste ni ninguno de sus asesores, ni las decenas de periodistas que cubrían su visita, se enteraron del incidente en la escuela cristiana. Algunas familias cristianas dijeron que habían sopesado llamar la atención del Papa y de su séquito sobre la cuestión, pero que no pudieron hacerlo por temor a las represalias.
Ahora que la noticia de la escuela cristiana para niñas y el hiyab ha salido a laluz, queda por ver si el Papa o el Vaticano hacen algo por ayudar a la administración del colegio frente a la campaña de intimidación y amenazas.