Mientras se está intentando organizar una conferencia internacional en El Cairo para reconstruir la Franja de Gaza tras la operación Margen Protector, los dos principales partidos palestinos, Hamás y Fatah, ya se están acusando mutuamente de robar los fondos destinados a ayudar a familias palestinas.
A estas alturas no está claro cuánto dinero ha llegado a la Franja desde que, a finales de agosto, se anunciara el alto el fuego logrado por mediación egipcia. Pero sí lo está que Hamás y Fatah están inmersos en una lucha por ver quién controlará los fondos y asumirá la responsabilidad de la reconstrucción de Gaza.
Se está librando una guerra entre ambas organizaciones hasta por el último céntimo de los fondos destinados a los habitantes del enclave. Es una lucha de poder en la que los únicos perdedores son los palestinos que han perdido sus hogares y a miembros de sus familias durante el enfrentamiento militar con Israel.
Hamás y Fatah saben que, tarde o temprano, donantes árabes y occidentales destinarán cientos de millones de dólares a la reconstrucción de la Franja de Gaza. Ambos partidos están decididos a que los fondos caigan en sus manos, pues saben que quien controla el dinero controla a la gente. Los dos necesitan efectivo desesperadamente y están dispuestos a todo por llenar sus arcas, incluso aunque ello implique robar un banco.
Eso es justo lo que hizo Hamás la semana pasada. Fuentes de la Franja han afirmado que miembros de las fuerzas de seguridad de Hamás asaltaron el Banco de Palestina en el barrio de Rimal de Gaza City y "confiscaron" 750.000 dólares en efectivo.
Esas fuentes dicen que esa suma pertenecía a la compañía de móviles palestina Jawal. Dicen que el asalto al banco se produjo con la excusa de que dicha empresa no había pagado toda su deuda tributaria con Hamás. Palestinos de la Franja describieron el asalto como un "atraco a mano armada a plena luz del día".
El "atraco a mano armada" tuvo lugar poco después de que Fatah acusara a Hamás de "despilfarrar" 700 millones de dólares en ayudas destinadas a las víctimas palestinas de la guerra. No está clara la procedencia de esta gran suma de dinero.
Ahmed Asaf, portavoz de Fatah, sostuvo en una entrevista concedida a una emisora de televisión egipcia que los fondos eran donaciones de diversos países. Afirmó que Hamás recogió las donaciones "en nombre de niños, mujeres y ancianos con el pretexto de reconstruir lo destruido por Israel". El dinero, añadió, no llegó a su destino.
Se cree que las acusaciones de Asaf son parte de una campaña orquestada por Fatah para evitar que los donantes traten con Hamás. El Movimiento Nacional de Liberación de Palestina quiere asegurarse de que los millones de dólares destinados a la Franja de Gaza pasen por sus manos y no acaben en cuentas bancarias de Hamás.
Durante el enfrentamiento militar, dirigentes de Fatah en Ramala hicieron pública una enérgica condena a Hamás. Afirmaron que el movimiento islamista estaba robando ayudas enviadas a la Franja y las estaba distribuyendo en mezquitas entre sus seguidores.
Pero, ¿quién dice que se puede confiar en Fatah a la hora de distribuir ayudas económicas? Fiarse de ellos a este respecto es como pedirle a un gato que vigile la leche.
La Autoridad Palestina (AP), de 20 años de antigüedad y dominada por Fatah, es famosa por su corrupción económica y administrativa.
A comienzos de este mes, Rafik Natsheh, director de la comisión anticorrupción de la AP, desveló que su departamento ha logrado recuperar 70 millones de dólares en fondos públicos apropiados indebidamente por miembros de la Administración palestina. Dijo además que la comisión destapó 60 casos más de corrupción financiera en 2013.
Pero lo que resulta más notable es que algunos cargos de Fatah estén acusando ahora a sus propios partidarios de robar fondos proporcionados a la Franja por los dirigentes de la AP. Una página web de noticias afiliada a Fatah ha revelado que dirigentes del movimiento en Gaza han estado distribuyendo los fondos entre familiares y amigos suyos. La información señalaba que miembros de Hamás también lograron poner las manos en los fondos procedentes de la oficina del presidente de la Autoridad Palestina en Ramala.
Un miembro de Fatah en la Franja de Gaza afirmaba:
Un miembro de la Autoridad Palestina compró chocolate por 300 shekels (90$) mientras nuestros hombres son ignorados y no pueden permitirse usar el transporte público o alimentar a sus hijos.
Él y decenas de activistas de Fatah en el enclave gazatí escribieron una carta al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, en la que le pedían que creara una comisión de investigación sobre la apropiación de ayuda económica destinada a familias palestinas.
Las crecientes tensiones entre Hamás y Fatah tras la guerra no auguran nada bueno respecto a los intentos de lograr la "unidad nacional" palestina.
Algunos dirigentes de la OLP en Ramala hablan ahora de una brecha permanente entre la Margen Occidental y la Franja de Gaza como consecuencia de la lucha de poder entre Hamás y Fatah.
Yaser Abed Rabo, secretario general de la OLP, declaró esta semana que la Franja de Gaza estaba "más cerca que nunca de separarse de la Margen Occidental" debido a la sostenida rivalidad entre ambos movimientos.
Sin embargo, lo que aquí está en juego no es sólo la unidad palestina. Fatah y Hamás seguirán luchando y peleando por todo, desde cuestiones económicas a políticas o ideológicas. La unidad es una de las víctimas de esta lucha de poder. La otra es el intento de reconstruir la Franja de Gaza y de ayudar a sus habitantes.
Cuando no están peleando por cuestiones políticas e ideológicas, Hamás y Fatah andan a la gresca por dinero. En las presentes circunstancias, los donantes árabes y occidentales que quieran contribuir a ayudar a los palestinos de la Franja de Gaza han de asegurarse de que su dinero no acabe (una vez más) en manos equivocadas. Sin un mecanismo de control y transparencia adecuado, es probable que cientos de millones de dólares acaben en cuentas bancarias de dirigentes de Hamás y de Fatah.