Recientemente, el canal saudí MBC se vio obligada a disculparse ante sus cientos de millones de espectadores por emplear la palabra Israel en vez de Palestina. Las disculpas tuvieron lugar después de que los espectadores criticaran duramente a la cadena y amenazaran con boicotear sus programas debido al empleo de un mapa en el que aparecía la palabra Israel.
El motivo de que Israel apareciera en el mapa de la MBC fue la participación de dos ciudadanos árabe-israelíes en su popular concurso Arab Idol. El programa, basado en el popular Pop Idol británico, es el más visto del mundo árabe.
Los dos árabes israelíes, Manal Musa, de 25 años, y Haizam Jalaila, de 24, proceden de pueblos del norte de Israel. Forman parte de los muchos concursantes procedentes de todo el mundo árabe que interpretan canciones en el escenario ante el público y cuatro jueces.
Es la primera vez que árabes israelíes participan en el popular programa.
Cuando comenzó la actual edición, a mediados de septiembre, la cadena presentó un mapa con los nombres de los paísesde los que procedían los concursantes. Este año, naturalmente, el mapa mostraba a Israel. Sin embargo, la cadena y los directores de Arab Idol pronto se dieron cuenta de que habían cometido un grave e imperdonable crimen. En cuestión de minutos les llovieron peticiones para que eliminaran a Israel del mapa y se disculparan ante todos los árabes por esta "grave ofensa".
Las críticas no sólo procedían de los palestinos, sino de casi todos los países árabes. Las quejas exigían que la MBC sustituyera de inmediato Israel por Palestina o que se preparara para una campaña masiva de boicot.
Los activistas árabes ni siquiera esperaron a la respuesta de la cadena y lanzaron su propiacampaña online de boicot. Un grupo lanzó en Twitter una campaña Cierren Arab Idol. Otra tenía como lema "Palestina es árabe, no hebrea". Una tercera llevaba por nombre Juntos contra Arab Idol. Y, naturalmente, hubo activistas más radicales que lanzaron amenazas contra la emisora y sus propietarios saudíes, a los que llamaron "árabes sionistas".
No resulta sorprendente que los acosados directivos de la MBC se precipitaran a emitir un comunicado en el que se disculpaban por mostrar un mapa que se refería a Israel como a un Estado existente; la cadena afirmó que aparecía en el mapa como consecuencia de un "error técnico". El nombre Israel fue eliminado del mapa, en el que ahora se emplea únicamente la palabra Palestina.
Pero la historia no acaba ahí. Dadas las presiones de los espectadores, a los dos cantantes árabes israelíes se les denomina ahora únicamente "palestinos". No hay mención alguna del hecho de que tanto Musa como Jalaila se hayan criado en Israel y tengan pasaportes israelíes.
El escándalo surgido en todo el mundo árabe por el uso de un mapa con el nombre de Israel no es sino un recordatorio más de que muchos árabes aún no se han hecho a la idea de la existencia de Israel… y, al parecer, tampoco están interesados en hacerlo.
Ese rechazo no tiene que ver con la reciente guerra entre Israel y Hamás ni con la construcción de asentamientos. Más bien es el discurso predominante en el mundo árabe desde 1948, según el cual Israel es un ente extraño implantado por la fuerza en Oriente Medio que debe ser eliminado.
El incidente con Arab Idol se ha producido en medio de nuevos rumores acerca de la supuesta disposición de algunos países árabes a hacer las paces con Israel, en vista del creciente caos y anarquía en el mundo árabe y de la guerra contra el grupo terrorista del Estado Islámico.
De vez en cuando, alguno de sus amigos recomienda a Israel que considere suscribir la iniciativa saudí de paz del 2002, posteriormente conocida como iniciativa árabe de paz. En ella los países árabes afirman que si Israel se retira tras las fronteras anteriores a 1967, ellos considerarán concluido el conflicto árabe-israelí, firmarán un acuerdo de paz y establecerán relaciones normales con aquél. Por supuesto, no son más que promesas realizadas por jefes de Estado y monarcas, la mayoría de los cuales no han sido elegidos y difícilmente representan los sentimientos de los árabes corrientes.
Si una poderosa cadena de televisión como la MBC no ha sido capaz de afrontar las presiones e intimidaciones y ha tenido que eliminar a Israel de su mapa, ¿cómo esperar en serio que los dirigentes árabes pueden lograr el respaldo de sus pueblos en una iniciativa que habla de "establecer relaciones normales" con Israel? ¿Y cómo puede alguien esperar en serio que si Israel se retira tras las fronteras anteriores a 1967 el mundo árabe considerará concluido el conflicto árabe-israelí?
Quienes protestaron y obligaron a la MBC a eliminar a Israel de un mapa no exigían una solución de dos Estados ni una retirada de la Margen Occidental y de la Franja de Gaza; se manifestaban en contra de la existencia de Israel, que es lo que realmente les molesta. Su éxito al lograr obligar a la MBC a borrar a Israel del mapa es una victoria simbólica para quienes buscan la destrucción del Estado israelí. Pero también constituye un recordatorio de que este conflicto no es por un asentamiento, ni por un paso fronterizo ni por una valla, sino por la misma existencia de Israel.
Para poder hacer las paces con Israel, el mundo árabe necesita preparar a su pueblo para dar tal paso y no incitar a la violencia contra aquél ni exigir que sea borrado de los mapas. Hasta entonces, las perspectivas de una verdadera paz siguen tan lejanas como siempre.