Los americanos siempre se han sentido incómodos con las teorías conspirativas. Sin embargo, el espectro de los quintacolumnistas, grupos de traidores organizados, ha sido un peligro real y amenazante en EEUU. El término tiene su origen en 1936, en la Guerra Civil Española, cuando un general rebelde, hablando de sus cuatro columnas que avanzaban sobre Madrid, dijo también que tenía una "quinta columna" de colaboradores encubiertos en la ciudad. A partir de entonces, los espías nazis y sus simpatizantes fueron comúnmente conocidos como "quintacolumnistas".
En el comienzo de la Guerra Fría, Winston Churchill alertó de que los quintacolumnistas comunistas intentarían debilitar a las democracias sembrando el descontento entre sus ciudadanos. Aunque luego fue ampliamente desacreditado por su conducta y abuso de poder, muchas de las acusaciones realizadas por el senador Joseph McCarthy acerca de la infiltración comunista en el Gobierno de los EEUU se demostrarían ciertas cuando se abrieron los archivos del Kremlin, tras el colapso de la Unión Soviética.
La corrección política prevalece y numerosos norteamericanos temen el término quintacolumnista y sus implicaciones. Ésa es la razón por la que el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani fue duramente atacado por sus críticos cuando se preguntó si el presidente Barack Obama realmente ama a su país. Elevó al debate público lo que muchos de sus conciudadanos secretamente se preguntan, que no es tanto si Obama ama a EEUU como si realmente le gusta que somos como sociedad y cuáles son las raíces de su programa para cambiar profundamente la nación a través de la ingeniería social.
Poniendo a un lado la problemática relación del presidente con nuestro legado histórico, el asunto de los quintacolumnistas en EEUU ha sido estudiado por un importante número de historiadores, académicos y comentaristas, que a menudo han redefinido la cuestión. Así, el presidente Franklin Delano Roosevelt acuñó el término sextacolumnista en los inicios de la Segunda Guerra Mundial para referirse a los intrigantes y derrotistas que buscaban apaciguar a la victoriosa Alemania nazi.
En 1941 Ayn Rand escribió acerca de los "inocentes quintacolumnistas" que, a causa de su ignorancia ante la emergente amenaza nazi, estaban colaborando en la derrota de EEUU igual que aquellos que tomaban las armas o ponían explosivos en el Capitolio. En su carta abierta a los "inocentes quintacolumnistas", Rand preguntaba a los norteamericanos:
¿Es usted del tipo de gente que se sienta en casa y se queja sobre el estado del mundo pero no hace nada al respecto? ¿Es usted del tipo de gente que dice que el futuro está predestinado por algo o alguien, algo que no se puede siquiera nombrar o explicar (…), pero sentencia que el mundo está condenado a la dictadura y que no hay nada que nadie pueda hacer al respecto? ¿ Es usted del tipo de gente que dice que le gustaría poder hacer algo, que estaría dispuesto a hacer algo, pero que qué puede hacer un hombre solo? ¿Es usted del tipo de gente que es tan devota de su propia carrera, de su familia, de su casa o de sus hijos que permitirá que florezcan los más inenarrables horrores y acaben destruyendo su carrera, su familia, su casa y sus hijos, porque estaba demasiado ocupado para prevenirlos?
A través de su afilada prosa, Rand buscaba destacar la indiferencia de muchos y la parálisis del individuo que rehusaba reconocer el peligro que se cernía sobre nuestras libertades colectivas.
En la actualidad, está claro que los quintacolumnistas fascistas de Ayn Rand han sido reemplazados por los yihadistas; y un constante flujo de radicales islamistas con pasaporte americano se alistan bajo las sangrientas banderas del ISIS.
Las autoridades americanas sospechan que el hombre enmascarado que esgrime una pistola (primero por la izquierda), en este fotograma tomado de un vídeo de propaganda del ISIS del otoño de 2014, es un yihadista estadounidense. En el vídeo, se dispone a ejecutar a unos soldados sirios (a la derecha), arrodillados ante una fosa común. |
La evidencia sugiere que estamos experimentando el "choque de civilizaciones" acerca del que escribieron los estudiosos Bernard Lewis y Samuel Huntington, que alertaron de que la religión sería la chispa que daría inicio a los nuevos conflictos en la era post Guerra Fría. Ambos estudiosos establecieron líneas de pensamiento paralelas que apuntaban a que los modelos económicos y la ideología política serían reemplazados por las religiones como líneas de falla de los conflictos. Esa predicción no ha sido refutada por los hechos.
Nuestra incapacidad o falta de deseo político para enfrentarnos a la amenaza del islam radical con capacidades nucleares es dramática; sin embargo, aquellos que han intentado llamar la atención hacia esta amenaza son a menudo criticados, o algo peor.
Así, los esfuerzos del senador Robert Menendez por apoyar que el Congreso supervise las sanciones contra un Irán nuclear se han visto replicados con acusaciones sobre deshonestidad relacionadas con asuntos muy alejados en el tiempo. Pocos en Washington creen que sus acciones en el Senado y los rumores sobre una posible imputación sean una simple coincidencia. Los expertos denominan a este tipo de maniobras de distracción "voltaje desviado".
Nos enfrentamos a quintacolumnistas que buscan socavar nuestra democracia. Nuestra nación ha soportado muchos otros retos y, como la historia tiende a repetirse, debemos mirar al pasado.
La inteligencia de nuestros Padres Fundadores, reflejada en sus brillantes e inspiradores escritos y discursos, podría ayudarnos mejor a responder a las graves amenazas a las que nuestra nación se enfrenta hoy en día, así como a asumir nuestras propias responsabilidades patrióticas.
Thomas Paine, autor de La crisis americana, escribió:
Hay momentos que ponen a prueba las almas de los hombres. El soldado de verano y el patriota de buen tiempo se replegarán, en las crisis, del servicio a su país. Pero aquel que permanezca en pie, merece el amor y el agradecimiento de los hombres y las mujeres. La tiranía, como el infierno, no es fácil de someter.
Presten atención a la ponderada advertencia que el héroe de la Guerra Revolucionaria Patrick Henry hizo a sus colegas:
Señor presidente: Ningún hombre tiene en más alta estima que yo el patriotismo de los distinguidos caballeros que se han dirigido a la Cámara. Pero diferentes hombres a menudo ven el mismo tema bajo distinta luz; es natural para un hombre caer en las ilusiones de la esperanza. Estoy deseoso de conocer toda la verdad; de conocer lo peor y prepararme para ello. Sólo tengo una lámpara para guiar mis pasos, la lámpara de la experiencia. No conozco ninguna otra forma de juzgar el futuro sino a través del pasado.
No es de extrañar que construyésemos una nación sobre las palabras de tales hombres. Ahora, la pregunta es si podremos defender a EEUU.