Parece que Corea del Norte ha progresado de manera significativa en su condición de Estado canalla nuclearizado, cuyos misiles pueden impactar en ciudades norteamericanas sin que apenas dé tiempo a activar las alarmas o directamente sin que lo dé.
¿Qué nuevas pruebas hacen convincente tal amenaza?
Corea del Norte afirma tener ojivas nucleares lo suficientemente pequeñas como para encajar en sus misiles balísticos y en misiles que pueden ser lanzados desde una plataforma sumergida como un submarino.
Poco después del test misilístico norcoreano del 22 de abril de 2015, que suscitó preocupación internacional por las capacidades militares de Pyongyang, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, instó a China y a nuestros aliados regionales a retomar las conversaciones a seis de 2003, que tenían como objetivo eliminar las armas nucleares de la Península de Corea y contener el expansivo programa de misiles nucleares de Corea del Norte.
Sin embargo, algunos expertos creen que la amenaza de Corea del Norte está bastante exagerada y que no representa un peligro inmediato para Estados Unidos. Así, muchos piensan que, teniendo en cuenta el apoyo constante de China a una Península de Corea libre de armas nucleares, es hora de que EEUU llegue a un acuerdo que garantice esa completa desnuclearización.
Ahora bien, si los avances tecnológicos de Corea del Norte son sustanciales, sus misiles, armados con pequeñas cabezas nucleares, podrían llegar al Estados Unidos continental, no sólo a Hawai o a Alaska. Es más, si las amenazas misilísticas provinieran de submarinos que estuviesen cerca de EEUU, Corea del Norte podría lanzar un ataque nuclear sorpresa sobre cualquier ciudad norteamericana. Así las cosas, el tiempo no corre de parte de EEUU. Los misiles submarinos no llevan un remite que diga qué país o grupo terrorista los ha lanzado.
Las implicaciones para la seguridad norteamericana no terminan aquí. Ya que Corea del Norte es el principal socio de Irán en su programa de desarrollo de misiles, todo aquello que pueda hacer Corea del Norte con sus misiles y sus ojivas nucleares presumiblemente podrá hacerlo Irán también. Cabe suponer que el acuerdo es recíproco.
Dadas las recientes advertencias de que Corea del Norte puede tener más de 20 cabezas nucleares, parece que Estados Unidos afronta un nuevo peligro crítico. ¿Podrían realmente afrontar esta amenaza unas renovadas negociaciones con China, Japón, Corea del Sur y Corea del Norte?
Hace dos años, Andrew Tarantola y Brian Barrett dijeron que no había "razón para el pánico"; que Corea del Norte tenía "mucho por delante" –"años", de hecho– antes de que sus misiles y armas nucleares pudieran "combinarse de manera significativa".
Al mismo tiempo, en abril de 2013, una declaración oficial de la Agencia de Inteligencia de Defensa confirmaba que EEUU tenía la "moderada" seguridad de que Corea del Norte había desarrollado un artefacto nuclear "tan pequeño como para poder ser montado sobre un misil balístico".
Dos años después, el 7 de abril de 2015, el jefe del Comando Norte, almirante Bill Gortney, dijo que la amenaza era considerablemente más grave. "Corea del Norte ha desplegado su nuevo misil balístico intercontinental KN-08, capaz de portar una cabeza nuclear miniaturizada" [1].
En abril, en una rueda de prensa en el Pentágono, el almirante Cecil Haney, jefe del Comando Estratégico de EEUU y experto en disuasión nuclear y defensa antimisiles, declaró que era importante tomar en serio los informes que estiman que Corea del Norte puede fabricar pequeñas cabezas nucleares y ponerlas en sus misiles balísticos. [2]
Efectivamente, en abril Corea del Norte lanzó un misil balístico desde una plataforma sumergida. La reacción de los medios fue ambigua. Reuters, citando a dos "expertos" alemanes, reportó que había sido un montaje, una manipulación no demasiado inteligente de unas imágenes de vídeo.
El Wall Street Journal se hizo eco de este punto de vista el 21 de mayo de 2015. "Como prueba de que Corea del Norte manipula la realidad para fomentar el temor a su poderío militar", refirió, no hay sino que atender a la opinión general de que "manipuló" las imágenes de un supuesto test nuclear realizado desde un submarino. Esto, aseguró, era una prueba de que los "desarrollos tecnológicos" de Corea del Norte no eran más que elaborados cuentos de hadas.
Sin embargo, el experto israelí Uzi Rubin –ampliamente conocido como padre del exitoso programa de defensa antimisiles Arrow– explicó a este autor que anteriores desarrollos misilísticos de Corea del Norte, a menudo despreciados como sucedáneos de misiles hechos con contrachapado, se habían convertido en algo bien real, como confirmaron posteriores evaluaciones de inteligencia.
Rubin, así como el Ministerio de Defensa surcoreano, insiste en que el pasado 22 de abril el Ejército de Corea del Norte lanzó un misil desde una plataforma sumergida.[3]
Lo que dio cierta prominencia a este falsa prueba fueron unas declaraciones malinterpretadas del vicejefe del Estado Mayor Conjunto, almirante James Winnefeld, que el 19 de mayo dijo que el lanzamiento de misiles norcoreano no fue "todo" lo que Corea del Norte había dicho que fue. Asimismo, afirmó que Corea del Norte había usado inteligentes editores de video para "recortar" las imágenes. Al parecer, precisamente eso fue lo que hicieron los editores. Por otro lado, el almirante en ningún momento aseguró que no se trató de una prueba misilística exitosa.[4]
El mismo día, un funcionario de alto rango del Departamento de Estado, Frank Rose – subsecretario de Estado de Control de Armas, Verificación y Cumplimiento–, comentó en un seminario sobre seguridad coreana en el Capitolio que Corea del Norte había realizado exitosamente una prueba de "eyección de misiles", pero desde una lancha sumergida en lugar de desde un submarino.[5]
Para complicar aún más las cosas, los medios surcoreanos publicaron unas fotografías para ilustrar sus informaciones sobre la prueba norcoreana. Esas fotos, sin embargo, eran de misiles norteamericanos, que usan combustible líquido y sólido; por eso en una se veía un misil norteamericano dejando un rastro de humo (combustible sólido) y en otra se veía otro que no lo dejaba (combustible líquido). Esas fotografías en un principio descolocaron a los expertos de Reuters, que pudieron llegar a la conclusión de que las imágenes del test norcoreano eran falsas cuando simplemente se trataba de pruebas completamente distintas, y fueron empleadas sólo para ilustrar lanzamientos oceánicos de misiles y no la prueba norcoreana. [6]
Según Uzi Rubin, haber conseguido lanzar un misil desde una plataforma sumergida es un avance tecnológico significativo, que vuelve a demostrar que "Estados canallas como Corea del Norte pueden conseguir capacidades bélicas que suponen una gran amenaza para Estados Unidos y sus aliados".
Asimismo, Rubin afirmó que la prueba norcoreana estaba estrechamente relacionada con el desarrollo de un submarino lanzamisiles, "el primer paso para adquirir una nueva competencia bélica grave y peligrosa."[7]
En sus declaraciones, el almirante Winnefeld y el secretario Rose confirmaron que la prueba norcoreana no fue el paripé que dijeron que fue. En otras palabras, el Gobierno de EEUU ha confirmado oficialmente que los norcoreanos han dado un importante paso
para dotarse de una plataforma marítima de lanzamiento de misiles balísticos.
Pese a que tal capacidad operativa puede que esté a "años de distancia", Rubin advierte: "Aunque tengan que pasar muchos años, llevará otros tantos la construcción de defensas antimisiles, así que será mejor que administremos el tiempo de forma inteligente"[8]
¿Tendrá éxito la diplomacia en poner fin a las amenazas norcoreanas? El secretario de Estado, John Kerry, parecía pensar que valía la pena intentarlo, así que empezó a presionar para reactivar las conversaciones a seis de 2003, entre Estados Unidos, Corea del Norte, Rusia, China, Corea del Sur y Japón, al objeto de poner las armas nucleares norcoreanas bajo cierto tipo de control internacional y eventualmente eliminarlas.
Después de todo, los que apoyan esas conversaciones sostienen que si las mantenidas con Irán parecen estar llevando a cierto acuerdo con Teherán para encauzar su programa nuclear, ¿por qué no redoblar el esfuerzo para llevar a Corea del Norte de vuelta a lo no nuclear?
Aún no se sabe qué contendrá ese acuerdo con Irán, si es que se llega a él. Definitivamente, las celebraciones parecen prematuras. Si el acuerdo con Corea del Norte es tan exitoso como los esfuerzos del P5+1 para hacerse con las riendas del programa ilegal de armas nucleares de Irán, el diagnóstico difícilmente podría ser más alarmante.
Reflejando la sabiduría convencional en Washington, el especialista en defensa de Bloomberg Tony Carpaccio escribió recientemente que por supuesto que China controlaría el programa nuclear de Corea del Norte:
Lo que más preventivo podrían ser las protestas de China, principal socio comercial de Corea del Norte y su único aliado internacional importante. Enfadar a China podría poner en aún más apuros a una ya muy empobrecida y aislada Corea del Norte.
Desafortunadamente, no importa lo atractiva que luzca una estrategia para acabar diplomáticamente con el programa nuclear de Corea del Norte; no se condice con el consolidado y documentado historial de apoyo chino a la proliferación nuclear en Estados canallas o fallidos como Irán, Siria, Pakistán, Corea del Norte y Libia, según se detalla en el libro The Nuclear Express (2009), de Tom C. Reed (exsecretario de las Fuerzas Aéreas con el presidente Gerald Ford y asistente especial del presidente en asuntos de seguridad nacional durante la Administración Reagan) y Daniel Stillman (exdirector del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore). Lejos de ser un socio potencial en la búsqueda de una península coreana desnuclearizada, China, dicen estos autores, está alentado la propagación de armas nucleares entre los Estados canallas para asegurar su hegemonía, lo que complica la política de seguridad norteamericana y socava la influencia de EEUU.
El problema no es que China tenga poca influencia en Corea del Norte, como sostiene repetidamente el liderazgo chino. El problema es que China no tiene interés en alejar a Corea del Norte de la senda nuclear porque sirve a sus propósitos geoestratégicos.
Según Reed y Stillman, "China ha estado utilizando a Corea del Norte como punto de transferencia en la venta de tecnología nuclear y misilística a Irán, Siria, Pakistán, Libia y Yemen". "Militares chinos y norcoreanos estaban en estrecha comunicación antes de las pruebas misilísticas de Corea del Norte de 1998 y 2006".
Si China interviene en la reducción del programa nuclear de Corea del Norte, estará bajo la presión de Estados Unidos y sus aliados para que haga lo mismo con Irán, y viceversa. China, sin embargo, parece querer ganarse el favor de Irán por sus vastos suministros de petróleo y gas, y servirse de Corea del Norte para vender y transferir tecnología nuclear de la propia Corea del Norte y de Irán a otros Estados, como Pakistán. Según explica Reed, "China ha atendido las ambiciones nucleares de las ayatolás iraníes en un intento descarado de asegurarse un suministro regular de petróleo".
Corea del Norte es socio de Irán en el negocio del desarrollo de misiles y armas nucleares, como ha documentado Uzi Rubin. Así pues, resulta razonable pensar que China puede ver cualquier restricción al programa nuclear de Corea del Norte como una restricción al acceso de Irán a la misma tecnología, suministrada por Corea del Norte. Eso asimismo perjudicaría los negocios nucleares de China con Irán y Corea del Norte, especialmente si China continúa usando la ruta norcoreana como una vía indirecta para vender su expertise nuclear y su tecnología a Irán.
No es que la proliferación nuclear china sea un descubrimiento reciente o algo excepcional. Ya en 1982 China proporcionaba planos de ojivas nucleares a Pakistán, según Reed. Estos hallazgos indican que las actividades chinas en este ámbito comenzaron hace unas tres décadas.[9]
Reed y Stillman también apuntan que, casi una década después, China probó una bomba nuclear "para Pakistán", el 26 de mayo de 1990; y que documentos descubiertos en Libia cuando la Administración de George W. Bush acabó con el programa nuclear de Muamar Gadafi revelaron que China pasó a Pakistán el diseño del arma nuclear CHIC-4.
Lamentablemente, la asistencia nuclear de China a Pakistán no sólo benefició a Pakistán. También a Corea del Norte. Así, Corea del Norte se dotó de un reactor nuclear de 50 megavatios (terminado en 1986) y una instalación secreta de reprocesamiento, empezada en 1987, con la importante ayuda pakistaní de la red de contrabando Nukes R Us de A. Q. Jan, como documentan Reed y Stillman en su libro.
Reed y Stillman escriben que en 2003, cuando se supo que Libia contaba con un vasto programa nuclear y el Gobierno de EEUU pretendía acabar con la red de contrabando nuclear de Jan, "la autoridades chinas se mostraron totalmente remisas, al punto de llegar a bloquear cualquier investigación sobre la red de suministros nucleares a Libia".
Más recientemente, en 2009 y 20011, compañías chinas han sido imputadas por la Fiscalía de Nueva York por intentar suministrar a Irán tecnología para armas nucleares.
Las acusaciones documentan que las referidas empresas vendían a Irán acero para centrifugadoras nucleares y otra tecnologías prohibidas. Un cable filtrado del Departamento de Estado sobre esas acusaciones reveló "detalles del papel de China como suministrador de materiales para el programa nuclear de Irán", y que "China ayudó a transportar bienes de Corea del Norte a Irán a través de aeropuertos chinos".
En abril de 2015, el Gobierno checo vetó tecnología nuclear destinada a Irán –pero su origen sigue siendo desconocido– por violar las sanciones contra Irán.
Desde 1982 hasta al menos la primera parte de 2015, la acumulación de pruebas documentales sobre la proliferación nuclear revela dos hechos clave:
1) A pesar de los cientos de veces que Irán ha negado estar buscando armas nucleares, y en medio de las negociaciones en curso para poner fin a la carrera iraní por hacerse con aquéllas, hay pruebas sólidas de que Teherán continúa con su búsqueda; y de que Corea del Norte tiene armas nucleares y está desarrollando su potencial.
2) China sigue transfiriendo tecnología de armas nucleares por medio de Corea del Norte e Irán.
Aunque los chinos dicen estar en contra de la proliferación nuclear, la documentación disponible sobre sus antecedentes muestra justo lo contrario.
En resumen, es evidente que las armas nucleares y los misiles balísticos de Corea del Norte representan una grave amenaza para EEUU y sus aliados. Y China, con su bagaje proliferador de las últimas tres décadas, está haciendo mucho por que esa amenaza se extienda.
Así las cosas, menospreciar los avances norcoreanos e ignorar el bagaje chino en lo relacionado con el desarrollo de la tecnología nuclear bélica en su vecindario ¿realmente es lo mejor para los intereses de EEUU?
[1] "Corea del Norte dice que tiene tecnología para hacer minibombas nucleares", Anna Fifield, The Washington Post, 20-V-2015. Almirante Bill Gortney, jefe del Norad, citado en "Comandante del Norad: misil operación norcoreano KN-08", de Jon Harper,Stars and Stripes, 7-IV-2015; el almirante dijo: "Nuestra valoración es que tienen la capacidad de poner un arma nuclear sobre un KN-08 y disparar a la patria"; y respondió "Sí, señor" cuando se le preguntó si EEUU piensa que Corea del Norte ha tenido éxito en la complicada empresa de miniaturizar una cabeza nuclear para usarla en un misil de ese tipo. Corea del Norte ha hecho tres pruebas nucleares desde 2006.
[2] Resumen de prensa del Department of Defense, almirante Cecil Haney, comandante del Comando Estratégico de EEUU, 24-III-2015.
[3] Comunicación personal con Uzi Rubin, presidente of Rubincon, 21 de mayo de 2015.
[4] Almirante James Winnefeld, declaraciones en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés). Briefing sobre defensa antimisiles, 20-V-2015.
[5] Departamento de Estado de EEUU, boletín diario, Frank Rose, declaraciones sobre "Defensa antimisiles y la respuesta de EEUU a la amenazada de los misiles balísticos y las armas de destrucción masiva de Corea del Norte", 20-V-2015.
[6] Explicación procurada por el experto israelí Uzi Rubin, comunicación personal, 20-V-2015.
[7] Ibid.
[8] Ibid.
[9] Según Reed y Stillman en The Nuclear Express, la ayuda nuclear china a Pakistán e Irán habría sido posible sin la transferencia china de tecnología nuclear a través del espacio aéreo chino.