Egipto inició esta semana inundando con agua del Mar Mediterráneo túneles de contrabando en la frontera con la Franja de Gaza, una medida que ha sido criticado por Hamás y otras facciones palestinas, que lo han considerado "una pesadilla inquietante".
Esta acción del Ejército egipcio es una nueva muestra de lo decidido que está el presidente Abdel Fatah al Sisi a destruir los túneles que se empleaban para el contrabando de armas, personas y mercancías entre la península del Sinaí y la Franja.
También indica la decisión de Sisi de continuar su campaña militar contra grupos terroristas islamistas que combaten a las autoridades egipcias en el Sinaí. Los egipcios están convencidos de que Hamás y otros grupos palestinos han estado prestando ayuda a esos grupos terroristas.
Desde comienzos de año, decenas de soldados y agentes de policía egipcios han sido asesinados en una oleada de atentados realizados por grupos islamistas del Sinaí.
A comienzos de esta semana, el Ministerio del Interior anunció que los terroristas habían matado a un general egipcio en la península. Días antes, en un tiroteo similar al que acabó con la vida de ese militar, un grupo terrorista asesinó al general Jaled Kamel Osman.
La decisión de bombear agua en el interior de los túneles de contrabando se ha considerado un duro golpe, no sólo a los grupos terroristas del Sinaí, sino a Hamás, la Yihad Islámica y otras facciones palestinas de la Franja de Gaza.
A juzgar por la reacción de los grupos palestinos, está claro que están histéricos al ver que sus túneles se vienen abajo uno tras otro.
En una declaración hecha pública en Gaza, diversos grupos palestinos, entre ellos Hamás, denunciaron la inundación de los túneles, que calificaron de "pesadilla inquietante" para los palestinos. Las facciones instaron a las autoridades egipcias a "detener este despreciable crimen contra el pueblo palestino y su medio ambiente". El comunicado añadía:
El pueblo palestino está sorprendido ante esta medida egipcia, que reforzará el bloqueo de la Franja de Gaza, destruirá amplias zonas de terreno agrícola y perjudicara a quienes viven cerca de la frontera [con Egipto].
En un principio, los dirigentes de Hamás no se tomaron en serio la noticia de la inundación de los túneles. De hecho, algunos creyeron inicialmente que se trataba de rumores para asustarlos a ellos y otros grupos palestinos de la Franja. Pero cuando el 13 de septiembre se despertaron con el descubrimiento de que los egipcios habían empezado a bombear agua dentro de los túneles de contrabando no daban crédito.
El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, anunció que su movimiento pediría a los egipcios que dejaran de inundar los túneles con agua marina. "Esperamos que los egipcios accedan a nuestra petición", comentó Abu Zuhri. "Esta medida es completamente inaceptable y supone una amenaza para numerosas familias que viven junto a la frontera".
Fuentes de la Franja señalaron esta semana que la iniciativa de los egipcios hasta ahora ha demostrado su éxito y efectividad. Afirman que desde que empezaron a ser inundados muchos túneles se han derrumbado.
Cabe señalar que, pese a su indignación, Hamás no ha llegado a amenazar a Egipto como respuesta a la inundación de sus túneles.
La respuesta de Hamás habría sido otra de ser Israel quien los hubiera inundado. Pero el movimiento islamista sabe muy bien que no sería una buena idea meterse con las autoridades egipcias y con el presidente Sisi.
En los últimos dos años los egipcios han destruido cientos de túneles de contrabando en la frontera con la Franja de Gaza. Sin embargo, Hamás no se ha atrevido a lanzar un solo ataque terrorista contra Egipto.
Ahora, el movimiento de resistencia islámico finge estar preocupado por el daño medioambiental causado por la inundación de los túneles. Pero lo cierto es que el medio ambiente de la Franja de Gaza es lo último que le preocupa.
Hamás no pensó en el daño al medio ambiente o a los terrenos agrícolas cuando sus hombres lanzaron miles de cohetes contra Israel en los últimos años. De hecho, utilizó esos terrenos, así como zonas habitadas, como plataforma de lanzamiento de sus ataques contra territorio israelí.
A Hamás sólo le interesa una cosa: conservar el poder en la Franja de Gaza. Los túneles que ahora están destruyendo los egipcios le servían para introducir de contrabando todo tipo de armas en el enclave. También se cree que los señores de la guerra del movimiento han amasado millones de dólares mediante el contrabando estos últimos años.
Es indudable que la guerra de Sisi contra los túneles de contrabando debilitará a Hamás y a otros grupos radicales de la Franja. El presidente egipcio debería ser alabado, no criticado, por sus valientes medidas contra el terrorismo islamista en Gaza y en el Sinaí.
Las medidas de Sisi no sólo beneficiarán a los egipcios, sino a muchos palestinos contrarios a Hamás y a los grupos radicales islamistas. También Israel se verá beneficiado por la guerra del presidente egipcio contra Hamás; la destrucción de los túneles supone que habrá menos armas con las que el movimiento palestino pueda atacarlo.
Sin embargo, Israel aún tiene motivos para estar preocupado por los planes e intenciones de Hamás. Mientras Sisi se dedica a inundar los túneles de la frontera de Gaza con Egipto, el movimiento sigue excavando otros nuevos en la frontera con Israel.
No es ningún secreto que Hamás también ha logrado reconstruir muchos de los túneles que se emplearon para infiltrar hombres armados en territorio israelí durante la contienda del año pasado. Los islamistas planean emplearlos en el futuro para enviar a sus hombres a matar a todos los israelíes que puedan.
Hasta ahora, los israelíes han estado vigilando la situación muy de cerca y no han atacado los túneles, porque quieren mantener la tregua no oficial con Hamás alcanzada tras la guerra del año pasado, la denominada Operación Margen Protector.
No hay mucho que Israel pueda hacer en estos momentos, aparte de esperar que Sisi siga adelante con sus medidas para debilitar a Hamás. Cualquier intento israelí de inundar los túneles de la organización probablemente provocara protestas internacionales y suscitara una condena de Naciones Unidas. Además, una acción semejante por parte de Israel seguramente desencadenara una violenta respuesta de Hamás que podría llevar a otra guerra.
Cuando los egipcios destruyen un túnel de Hamás lo llaman guerra contra el terrorismo. Pero cuando lo hace Israel lo condenan y consideran un acto de agresión. Debido a este doble rasero moral es importante que la comunidad internacional respalde la incansable guerra de Sisi contra el islamismo radical. Sin ese apoyo los islamistas seguirán siendo una enorme amenaza no sólo para Israel, sino para muchos árabes y musulmanes contrarios a Hamás, el Estado Islámico y la Yihad Islámica.