Allá donde los líderes norteamericanos ayudaron a los yihadistas a derrocar a los autócratas seculares en nombre de "la democracia y la libertad", los nativos cristianos son obligados a convertirse al islam o a morir.
Muchos escogen morir.
Recientemente, el 28 de agosto, cerca de Alepo, el Estado Islámico (IS o ISIS) torturó, mutiló, violó en público, decapitó y crucificó a 12 cristianos por decir que "jamás renunciarían a Cristo" por Mahoma.
Los yihadistas cogieron a un grupo ante una gran multitud. Le cortaron la punta de los dedos a un chico de 12 años que se había negado tajantemente a someterse al islam. "Le dieron una gran paliza, y le dijeron a su padre que solo dejarían de torturarle si él, el padre, se convertía al islam". Se negó, así que "también le torturaron y le golpearon a él y a los otros dos trabajadores de la iglesia. Después, a los tres hombres y al chico les llegó la muerte por crucifixión".
Según un líder cristiano vinculado a los mártires, "les dejaron en sus cruces durante dos días. No se permitió a nadie bajarlos". Se había colocado un letrero que decía "Infieles" junto a sus cruces.
A los otros ocho cristianos, entre ellos dos mujeres de 29 y 33 años, también se les había ordenado renunciar a Cristo y aceptar el islam ante una muchedumbre. Cuando se negaron,
"los extremistas islámicos violaron en público a las mujeres, que siguieron rezando durante su calvario, lo que provocaba a los militantes del ISIS a golpearlas aún con más furia".
"Cuando las mujeres y los seis hombres se arrodillaron antes de ser decapitados, todos estaban rezando."
'Los aldeanos dijeron que algunos estaban rezando en nombre de Jesús, otros dijeron que algunos rezaban el Padrenuestro, y otros dijeron que algunos levantaban la cabeza para encomendar sus espíritus a Jesús', dijo el director de la iglesia. 'Una de las mujeres levantó la vista y parecía casi sonreír mientras decía: ¡Jesús!'"
"Tras ser decapitados, colgaron los cadáveres en cruces, dijo el director de la iglesia".
Lo mismo está sucediendo en los otros dos países árabes donde Estados Unidos, con el pretexto de la "libertad y la democracia", derrocó a los dictadores seculares que habían reprimido durante mucho tiempo a los yihadistas: Libia e Irak.
A finales del año pasado, Andrew White, un sacerdote anglicano conocido como el "Vicario de Bagdad", relató las horribles atrocidades cometidas contra los cristianos en Irak, entre ellas tener que ver a sus niños cortados por la mitad por negarse a aceptar el islam:
"Apareció ISIS y les dijeron a los niños [cristianos]: 'Decid las palabras, [shedada, convertirse al islam], que seguiréis a Mahoma.' Y cuatro de los niños, todos menores de 15 años, dijeron: 'No, amamos a Jesús [Yesua]. Siempre hemos amado a Jesús. Siempre hemos seguido a Jesús. Jesús siempre ha estado con nosotros.' Y ellos [ISIS]: '¡Decid las palabras!' y ellos [los niños] dijeron: 'No, no podemos'. [White empieza a sollozar]. Les cortaron las cabezas. ¿Cómo respondes a eso? Simplemente lloras. Son mis niños. Esto es por lo que hemos estado pasando. Esto es por lo que estamos pasando."
El tomar como objetivo a los niños cristianos en Irak se remonta a poco después de la expulsión de Saddam Hussein. En junio de 2008, una comisión parlamentaria canadiense se enteró de cómo "los militantes musulmanes" estaban crucificando a niños cristianos: "Desde que comenzó la guerra en 2003, unos 12 niños, muchos con solo 10 años, habían sido raptados y asesinados, y después clavados a cruces improvisadas cerca de sus casas para aterrorizar y atormentar a sus padres."
En una de sus entradas de Facebook, White, que publica frecuentemente imágenes de mártires cristianos, escribió:
"La foto que me han enviado hoy ha sido la más espantosa que jamás haya visto. Una familia de ocho miembros, todos disparados en la cara, yaciendo en un charco de sangre, con su biblia abierta en el sofá. No se iban a convertir. Les costó la vida".
White también contó cómo los miembros del ISIS se acercaron a un cristiano y le dijeron: "O te conviertes al islam o matamos a todos tus hijos". El padre, desesperado, recitó la sahada: "No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta", convirtiéndose así en musulmán. Después telefoneó a White:
"Abuna, abuna [padre, padre], ¡dije las palabras! ¿Significa eso que Jesús va a dejar de amarme? ¡Siempre he amado a Jesús, pero dije esas palabras porque no quería ver a mis hijos muertos!".
"No, Elias", dijo White. "Jesús sigue amándote, siempre te amará".
Hay muchos relatos históricos de cristianos masacrados por negarse a renunciar a Cristo por Mahoma, sean los 100.000 georgianos decapitados o quemados vivos o los solo 813 italianos decapitados o bien conversos por miedo. Un relato del Egipto medieval explica:
En 1389 desfiló por El Cairo una gran procesión de coptos que habían aceptado a Mahoma por temor a la muerte. Arrepentidos de su apostasía, deseaban ahora expiarla (...) volviendo al cristianismo. Así que mientras marchaban, anunciaron que creían en Cristo y que renunciaban a Mahoma. Fueron aprehendidos y decapitados uno tras otro en una plaza púbica delante de las mujeres. Pero esto no las aterró; así que ellas, también, fueron todas sacrificadas. (Crucified again, págs. 113-114).
En Libia, a principios de este año, el Estado Islámico lanzó un vídeo que mostraba la decapitación de 21 coptos cristianos en el país norteafricano. Mientras sujetaban a sus víctimas, los miembros de Estado Islámico hundieron los dedos en los ojos de los cristianos, les echaron la cabeza para atrás y les degollaron con cuchillos. Como en la reciente violación pública, decapitación y crucifixión de 12 cristianos cerca de Alepo, a algunos de los cristianos egipcios también se les vio rezando a Cristo. Un sacerdote copto describió más tarde la escena:
"El nombre de Jesús fue su última palabra (...) Con ese nombre, susurrado en el último momento, se selló su sacrificio".
Terroristas del Estado Islámico se disponen a asesinar a 21 cristianos egipcios en Libia, en febrero de 2015. |
Un mes antes de que apareciera el vídeo, la BBC dio la noticia falsa de que la mayoría de esos coptos ahora sacrificados habían sido "liberados". Lamentablemente, esa forma de minimizar la persecución musulmana de los cristianos es habitual en la BBC.
Cuando el Estado Islámico lanzó en abril otro vídeo con más masacres de cristianos en Libia, uno de sus voceros enmascarados se dirigió en estos términos a "los cristianos de todas partes":
"Les decimos (...) que el Estado Islámico se expandirá, con el permiso de Alá. Y os alcanzará aunque estéis en bastiones fortificados. Así que todo aquel que ingrese en el islam estará seguro (...) Pero quien se niegue no obtendrá nada de nosotros, salvo el filo de una lanza. Mataremos a los hombres y haremos esclavos a los niños, y tomaremos sus riquezas como botín. Este es el juicio de Alá y de su profeta".
La siguiente escena muestra cómo los cristianos etíopes apresados reciben disparos en la cabeza o les cortan las manos.
La matanza en curso del Estado Islámico contra los cristianos y su destrucción de iglesias y antigüedades deben considerarse responsabilidad de los países que le han allanado el camino.
Como dijo el presidente ruso Vladímir Putin ante Naciones Unidas al dirigirse a las naciones que han apoyado la Primavera Árabe, principalmente Norteamérica:
En vez del triunfo de la democracia y el progreso, tenemos violencia, pobreza y caos social, y a nadie le importan los derechos humanos, incluido el derecho a la vida. No puedo evitar preguntar a aquellos que han forzado la situación: ¿se dan cuenta de lo que han hecho?
Se den cuenta o no, seguirán haciéndolo en Siria, y los cristianos seguirán siendo quienes más caro lo paguen.[1]
[1] Además de la matanza del Estado Islámico de cristianos que se niegan a convertirse al islam, hay musulmanes, multitudes, terroristas y Gobiernos conocidos por intentar obligar a los cristianos a convertirse, a veces bajo amenaza de muerte:
- Gaza: los cristianos de la Franja protestaron por "los secuestros y las conversiones forzosas de algunos antiguos creyentes al islam". La siempre menguante comunidad cristiana tocaba una campana de iglesia mientras cantaba: "Con nuestro espíritu, con nuestra sangre que sacrificaremos por ti, Jesús".
- Pakistán: en 2004 violaron a un niño de 2 años porque su padre cristiano "se negó a convertirse al islam". Otro "cristiano devoto" fue asesinado por musulmanes "de múltiples hachazos [24, según la autopsia] por negarse a convertirse al islam". En abril de 2014, un guardia de seguridad musulmán asesinó a un trabajador cristiano que se había negado a convertirse al islam.
- Uganda: después de que una banda de musulmanes irrumpiera blandiendo machetes en una iglesia durante un oficio, machetearon a una mujer de 18 años hasta la muerte, e hirieron a otras tres, incluido un bebé de un año. El pastor explicó que los atacantes pertenecían a un "grupo de musulmanes" de la zona que buscaban "transformar Uganda [de mayoría cristiana] en una nación islámica y que matarían a cualquiera que se negara a convertirse".
- Nigeria: una adolescente cristiana contó cómo Boko Haram fue a su casa y asesinó a su padre y a su hermano porque se negaban a convertirse al islam. Tras abusar de ella, la ataron y la dejaron en estado de shock entre los dos cadáveres.
- Bangladesh: tras detener la construcción de una iglesia, un funcionario del gobierno local amenazó a los cristianos con la expulsión de su pueblo a menos que renunciaran a su fe y adoptaran el islam. Uno de los cristianos dijo: "Sus amenazas me helaron los huesos. Por eso fingí aceptar el islam, pero la fe en Cristo es la fuente de mi vida". Otro dijo: "El presidente le está cortando las alas a nuestra fe. No sé cuánto tiempo podremos seguir sonriendo y soportándolo. Queremos libertad religiosa. Queremos practicar nuestra religión con libertad".
- Rusia: en Tartaristán, una república rusa de mayoría cristiana, prendieron fuego a siete iglesias y se generalizó la "presión creciente sobre los cristianos para que se convirtieran al islam".
- Uzbekistán: una mujer cristiana de 26 años, con parálisis parcial desde joven, y su madre anciana fueron violentamente atacadas por unos intrusos que saquearon su casa, confiscando "iconos, biblias, calendarios religiosos y libros de oraciones". En la comisaría, a la mujer con parálisis se le "ofreció convertirse al islam". Se negó y en consecuencia se le impuso una multa equivalente a dos años de su sueldo.