En un periodo de cinco años, Turquía ha experimentado graves tensiones políticas y militares con varios de sus países vecinos: Israel, Siria, Rusia, Jordania, Egipto, Chipre y Grecia. Más recientemente, Irak se ha unido al club de las hostilidades que rodean a Turquía.
A pesar de las vehementes exigencias de Bagdad de que Turquía retire sus tropas de Irak, Ankara se encoge de hombros y dice que va a mantener su presencia militar en el país vecino por "la estabilidad de Irak". ¡Qué bonito gesto de buen vecino! Pero tras la indiferencia turca se ocultan preocupaciones y ambiciones de carácter sectario.
El pasado día 1, el Parlamento de Turquía amplió el mandato de las tropas turcas desplegadas en territorio iraquí por un año más. Las tropas están estacionadas cerca de Bashiqa, en el norte de Irak, y su presencia no es bienvenida. Esto ha provocado una disputa con Bagdad, y podría complicar aún más la guerra fría sectaria entre los suníes de la región, respaldados por Turquía, Arabia Saudí y Qatar, y sus enemigos chiíes, apoyados por Irán y el Gobierno de Bagdad, en manos chiíes.
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, volvió a exigir la retirada de los soldados turcos de su país y advirtió de que el aventurismo militar de Turquía podría desencadenar otra guerra en Oriente Medio. "No queremos entrar en una confrontación militar con Turquía (...) La insistencia turca en permanecer en territorio iraquí no tiene justificación", dijo.
El Parlamento iraquí declaró mediante un comunicado: "El Gobierno iraquí debe considerar las tropas turcas como fuerzas hostiles de ocupación".
Bagdad también ha solicitado una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) para discutir el asunto. El CSNU debe "asumir su responsabilidad y adoptar una resolución para poner fin a la violación de la soberanía de Irak por parte de las tropas turcas", declaró Ahmad Yamal, portavoz del Ministerio iraquí de Exteriores.
La decisión turca molesta no sólo a Irak, también a sus aliados occidentales. El coronel John Dorrian, portavoz de la coalición de 65 países encabezada por EEUU que lucha contra el Estado Islámico (ISIS), aclaró que las tropas turcas no están actuando en Irak como parte de la alianza. Dorrian dijo que Turquía está operando "por su cuenta" en Irak y añadió que la postura de la coalición es que todas las unidades "deben estar ahí en coordinación con o con el permiso del Gobierno de Irak".
El día 9, las cosas empezaron a ponerse aún más difíciles. El embajador de Irak en Turquía, Hisham Alawi, dijo:
Si no obtenemos resultados, el Gobierno iraquí se verá obligado a considerar otras opciones, y al hacerlo Irak estaría ejerciendo su derecho a defender su soberanía e intereses.
Ankara se mantiene desafiante. El primer ministro turco, Binali Yildirim, afirmó que las tropas turcas iban a permanecer en Irak. El pretexto de Turquía es que sus tropas están allí para "combatir al ISIS". Eso no convence a nadie. Las intenciones de Turquía son en gran medida de carácter sectario (léase pro suní), y Yildirim lo admitió sin demasiadas sutilezas cuando dijo que las tropas turcas también están en Irak "para asegurarse de que no se impone por la fuerza ningún cambio en la estructura demográfica de la región".
Turquía teme que un ataque planeado sobre Mosul, la segunda ciudad de Irak y bastión del ISIS, pueda tener como consecuencia un fuerte predominio chií y kurdo en esa zona. El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, manifestó: "Implicar a las milicias chiíes en la operación [contra el ISIS] no traerá la paz a Mosul. Al contrario: traerá más problemas". Como era de prever, los islamistas pro suníes turcos quieren el predominio suní sobre un país extranjero. No es la primera vez que arden en tales deseos.
El problema es que las ambiciones sectarias de Turquía llegan en un momento en que la coalición está preparando una fuerte ofensiva sobre Mosul, bajo el control del ISIS. La principal preocupación de Turquía no es expulsar al ISIS de Mosul, sino convertirla en una "ciudad bajo control suní" después de que se haya echado al ISIS. Y esta ambición pone en peligro el ataque planeado contra el ISIS.
Los iraquíes creen improbable que se lance la ofensiva para arrebatar Mosul al ISIS mientras las tropas turcas sigan en Irak. "Creo que mientras las tropas turcas sigan alrededor de Mosul no empezará la operación para tomar el control de la ciudad, o que al menos deberá haber un nuevo acuerdo para que las fuerzas turcas no participen en la ofensiva", dijo el diputado iraquí Abdelaziz Hasán, miembro de la comisión de Defensa y Seguridad del Parlamento de su país.
Las ambiciones sectarias de Turquía en la vecina Siria se han saldado con un fracaso absoluto y un baño de sangre. Ahora Ankara quiere emprender otra aventura sectaria en otro país vecino –un Estado casi fallido– bajo el pretexto de "llevar la estabilidad". Yildirim dijo que Turquía "tiene su responsabilidad en la estabilidad de Irak". Eso no es más que un chiste. No puedes llevar estabilidad a un país que se parece más a un campo de batalla con múltiples guerras religiosas que a uno con sólo unos centenares de soldados.
Burak Bekdil: Periodista turco. Escribe en Hürriyet Daily News y es miembro del Middle East Forum.