
Mientras la guerra Irán-Israel ingresaba en su segunda semana, la organización islamista suní más grande e influyente del mundo, los Hermanos Musulmanes, salió en apoyo del régimen iraní.
El jefe del grupo, Salah Abdel Haq, escribió una carta al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, nombrando a Israel, Estados Unidos y otros países occidentales como un enemigo común de la ummah (nación) islámica. La carta refleja afinidad ideológica con la retórica iraní y sus peones terroristas: Hamás, la Yihad Islámica Palestina, Hezbolá, y los hutíes en Yemen. La misiva demuestra que los Hermanos Musulmanes respaldan oficialmente los lemas "¡muerte a Israel!" y "¡muerte a Estados Unidos!" del régimen iraní. Escribió Abdel Haq en la carta:
"En mi nombre y en el de la Hermandad Musulmana, me gustaría reafirmar nuestro pleno apoyo a la República Islámica de Irán frente a la brutal agresión israelí...".
"La agresión israelí contra Irán representa una nueva fase de la agresión contra Palestina, en la que el Gobierno ocupante [Israel] está tomando represalias contra el apoyo prestado por la República Islámica a la resistencia palestina, entre otras motivaciones estratégicas en su búsqueda de la hegemonía regional mediante la socavación de los poderes vecinos, explotando el amplio respaldo que le prestan Estados Unidos y otros países occidentales...".
Abdel Haq dijo que era hora de que los musulmanes suníes y chiíes dejaran de lado sus diferencias y se unieran contra los enemigos de la ummah islámica:
"Somos una sola nación, en el sentido religioso, espiritual, civilizacional y geopolítico por igual...".
"Por lo tanto, la Hermandad Musulmana no tiene ninguna duda de que nuestro enemigo es el mismo: la entidad sionista. Nuestra principal arma, a la que debemos adherirnos, es la unidad de la Ummah islámica, y trabajar para unificar esfuerzos en una visión estratégica global que dirija la brújula de la Ummah hacia su verdadero enemigo...".
"Hoy, la Hermandad Musulmana se adhiere al llamamiento del [fundador de la Hermandad Musulmana] Imam Hassan al-Banna. Él definió nuestro enfoque hacia todos los organismos y organizaciones islámicas, diciendo: 'Nos esforzamos por acercar los puntos de vista y reconciliar las diferentes ideas de manera que la verdad prevalezca bajo la sombra de la cooperación y el amor. Ninguna opinión jurisprudencial o desacuerdo sectario nos separará. Creemos que llegará el día en que desaparezcan los nombres, los títulos, las diferencias formales y las barreras teóricas, y en su lugar habrá una unidad práctica que una las filas del batallón mahometano, donde los hermanos musulmanes trabajen por la religión...'".
Al manifestar su apoyo al genocida régimen antioccidental de los mulás de Teherán, los Hermanos Musulmanes muestran su verdadera cara: consideran a Israel y a todos los países occidentales como el verdadero enemigo de los musulmanes.
Los Hermanos Musulmanes también consideran traidores a los regímenes árabes e islámicos prooccidentales. El fundador del grupo, Hassan al-Banna, aceptó la utilidad de la violencia política, y sus miembros asesinaron a figuras del Estado egipcio, incluido el primer ministro Mahmoud El Nokrashi en 1948. Sayid Qutb, uno de los pensadores más destacados de la organización, promulgó la doctrina del takfirismo, que, según un informe interno encargado en 2014 por el entonces primer ministro británico David Cameron:
"Se ha entendido sistemáticamente como una doctrina que permite la estigmatización de otros musulmanes como infieles o apóstatas, y de los Estados existentes como no islámicos, y el uso de la violencia extrema en la búsqueda de la sociedad islámica perfecta".
El takfirismo sigue inspirando a muchos movimientos yihadistas, incluido el grupo terrorista palestino Hamás, que es la rama palestina de los Hermanos Musulmanes y se encuentra respaldado por Irán.
El respaldo de dicha doctrina a la "violencia extrema" es la razón por la que varios países islámicos como Egipto, Jordania, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Mauritania han prohibido a la Hermandad Musulmana. Mientras que los líderes árabes y musulmanes comprenden la amenaza que representa el grupo, muchos países occidentales siguen viviendo en la negación o eligen una política de apaciguamiento.
Los Hermanos Musulmanes cuentan con decenas de ramas, filiales y afiliados en numerosos países, como Egipto, Jordania, Túnez, Libia, Marruecos, Kuwait, Mauritania, Siria, Sudán, Yemen, Arabia Saudí, Qatar, Turquía, Indonesia, Malasia, Francia, Alemania, Reino Unido, Bélgica y Estados Unidos.
Qatar ha proporcionado históricamente refugio y apoyo a líderes y miembros de los Hermanos Musulmanes, especialmente a quienes huían de las medidas enérgicas en su contra en países como Egipto y Siria. Ha financiado y apoyado públicamente a grupos islamistas, y su cadena de televisión estatal Al-Jazeera sigue sirviendo de plataforma a los Hermanos Musulmanes.
El Gobierno qatarí lleva muchos años proporcionando apoyo político y económico a Hamás. En 2008, le prometió 250 millones de dólares. En 2012, el emir qatarí, Hamad bin Khalifa Al Thani, se convirtió en el primer jefe de Estado en visitar la Franja de Gaza controlada por Hamás, asegurándole que le entregaría 400 millones de dólares.
"Tras la Revolución iraní de 1979, los Hermanos Musulmanes encontraron en Irán un nuevo modelo para el sistema islámico que tanto tiempo llevaban buscando", según el diario yemení Al-Ayyam.
"Aunque el régimen iraní es chií, la Hermandad admiraba la idea de un Estado islámico que había derrocado al sha, aliado de Estados Unidos. Consideraba lo ocurrido en Irán como una victoria del Islam político, aunque las doctrinas difirieran".
"Irán, a su vez, comenzó a tratar de emplear a la Hermandad en su estrategia de expansión regional, apoyando a algunas ramas de la Hermandad en la región como parte de una política de fortalecimiento de su influencia en el mundo árabe. Durante este período, surgió la cooperación entre Irán y movimientos islamistas como Hamás y Hezbolá, con Irán proporcionando apoyo financiero y militar a estos movimientos, que abrazaban la ideología de la Hermandad."
"A pesar de las aparentes alianzas entre Irán y la Hermandad, esta cooperación fue vista por los Estados árabes, en particular los hostiles a Irán como Arabia Saudí y Egipto, como una puñalada por la espalda. Estos países ven a Irán como una amenaza para su estabilidad, dada su injerencia en los asuntos internos de algunos países árabes y su apoyo a grupos armados chiíes como Hezbolá y los hutíes."
"Para los países árabes que discrepan de la política iraní en la región, la alianza de la Hermandad con Irán es vista como un refuerzo de la influencia iraní, ya que estos grupos islamistas son utilizados como herramientas para socavar los regímenes políticos existentes en los países árabes suníes".
"Los Estados árabes perjudicados por la política regional de Irán ven la alianza de la Hermandad con Teherán como un apoyo a las agendas iraníes destinadas a expandir su influencia regional a expensas de la seguridad árabe. Al mismo tiempo, la Hermandad ve a Irán como un aliado capaz de proporcionarle apoyo financiero y militar".
"A pesar de las diferencias sectarias e ideológicas, ambas partes buscan alcanzar sus propios intereses, aunque sea a costa de la unidad árabe o de la estabilidad regional. A través de esta alianza, Irán busca ampliar su influencia en el mundo suní mientras que la Hermandad intenta aprovechar el apoyo iraní para permanecer en la arena política".
"Esta alianza coloca a la Hermandad en una posición difícil, ya que sus oponentes políticos la acusan de contribuir a la desestabilización del mundo árabe a través de su alianza con Irán. Aunque aquella intenta presentar la alianza como un pacto táctico destinado a hacer frente a las potencias occidentales, lo cierto es que perjudica los intereses de los países árabes que se resisten a la influencia iraní en la región".
Hani Salem Masshour, columnista en los EAU, escribió que la carta de apoyo del líder de los Hermanos Musulmanes a Jamenei demuestra que la máscara ha caído, revelando el rostro de la organización islamista:
"La declaración del grupo no es, en realidad, un texto de solidaridad con Palestina, sino más bien un documento de sumisión política e ideológica al eje de Teherán. Irán, que ha quemado Siria, ahogado Irak, producido a Hezbolá en el Líbano y desatado el monstruo hutí en Yemen, se ha convertido, en la sabiduría popular del grupo, en la 'ciudadela de la nación' y en su 'escudo de resistencia'".
"Jamenei, que nunca ha pronunciado una palabra sobre los bombardeos [de civiles árabes], ni sobre el incendio de ciudades árabes, se ha convertido, para los Hermanos Musulmanes, en un líder legítimo de los 'oprimidos', en un líder infalible por necesidad política".
"Lo peligroso de la carta no es sólo lo que contiene, sino también el momento, el contexto y los mensajes ocultos. La carta fue escrita en el punto álgido de la escalada entre Israel e Irán, en el momento en que la legitimidad internacional de Jamenei se erosiona después de que cruzara todas las líneas rojas con su bombardeo directo de zonas civiles dentro de Israel".
Masshour advirtió que algunos musulmanes interpretarán el apoyo de los Hermanos Musulmanes al régimen iraní como una luz verde para lanzar ataques terroristas, no sólo contra Occidente, sino también contra los árabes.
"Esta carta no puede considerarse una 'opinión política'. Es un documento que se alinea con un eje antiárabe, escrito en lenguaje religioso y dirigido a mentes preparadas para el reclutamiento. Aquellos de entre los jóvenes de la organización que la lean no la entenderán como una llamada al diálogo, sino como una orden operativa [para dedicarse al terrorismo]".
"Lo que se necesita hoy es un auténtico desmantelamiento de la maquinaria de los Hermanos Musulmanes en el mundo árabe: sus plataformas, asociaciones, cuentas en línea y fachadas culturales. La Hermandad Musulmana sigue vivita y coleando, sólo espera el momento oportuno para reproducirse a través de más violencia y bajo eslóganes más flamígeros".
"Palestina no será liberada por quienes alaban a Jamenei, y las capitales [árabes] no serán protegidas por quienes ven a Hezbolá como un aliado. Es hora de llamar a las cosas por su nombre: aquellos que escriben una declaración de agradecimiento a Teherán están escribiendo un testimonio de su traición a la verdad, a la historia y a su nación".
No hay diferencia entre los Hermanos Musulmanes y el régimen iraní cuando se trata de librar la yihad (guerra santa) contra Israel, Occidente y sus aliados árabes y musulmanes. Es hora de que el Gobierno estadounidense designe a los Hermanos Musulmanes como una organización terrorista extranjera. No hay ninguna razón para que Hamás, una rama de los Hermanos Musulmanes, sea designada organización terrorista por Estados Unidos y que, mientras, los propios Hermanos continúen habilitados.
Khaled Abu Toameh es un galardonado periodista afincado en Jerusalén.