La buena noticia es que Belén tiene su primera alcaldesa. La mala es que Vera Babún, elegida en octubre de 2012, afronta desde entonces una campaña de difamación que alcanzó su cénit hace un par de semanas, cuando unos tipos atacaron su vehículo particular.
El ataque al coche de la alcaldesa sirve como recordatorio de las tensiones existentes entre la minoría cristiana y la mayoría musulmana de la ciudad. Además, pone de manifiesto los enormes desafíos que afrontan las mujeres palestinas en su conservadora sociedad.
Los líderes de la comunidad cristiana betlemita no suelen hablar en público de las tensiones con sus vecinos musulmanes; prefieren dirigir sus críticas contra Israel. Al hacer la vista gorda a los problemas de los cristianos, hacen un flaco favor a su propia gente.
Desde su elección, Babún, madre de cinco hijos y antigua directora del instituto católico de la cercana localidad de Beit Sahur, se ha visto obligada a lidiar con una campaña bien organizada encaminada a desacreditarla y a hacer que abandone su puesto. Dicha campaña la llevan a cabo algunos habitantes musulmanes de Belén y de los campos de refugiados próximos.
Claramente, algunos palestinos encuentran difícil aceptar a una mujer como alcaldesa de una de las ciudades palestinas más importantes. El hecho de que sea cristiana también parece molestar a algunos de sus opositores.
El ataque al vehículo de Babur no fue una sorpresa para ella, tampoco para muchos de los habitantes de Belén. En los últimos tiempos la alcaldesa ha sido objeto de duras condenas por parte de algunos vecinos musulmanes de la ciudad y de los campos de refugiados vecinos por ofender, supuestamente, sus sentimientos y creencias.
Estos vecinos afirman que Babún impidió que unas muchachas recitaran un poema que incluía la frase "el islam es nuestra religión". Además, la acusan de prohibirles hacerlo luciendo el hiyab.
Pese a que Babún ha negado las acusaciones afirmando que forman parte de una campaña de difamación, activistas musulmanes han empleado redes sociales como Facebook y Twitter para denunciarla y pedir su dimisión.
Alarmada por la campaña de rumores y por amenazas contra ella y su familia, Babún presentó una queja contra los responsables ante la Autoridad Palestina.
A principios de la semana pasada, la policía de la Autoridad Palestina en Belén detuvo a cuatro palestinos por difamación y difundir libelos contra la alcaldesa. Tres de los detenidos eran musulmanes; el cuarto era el cristiano Maher Canawati, del Consejo Municipal.
La detención de estos cuatro hombres sólo aumentó las tensiones en la ciudad; algunos betlemitas acusaron a Babún de servirse de su influencia para tomar medidas en contra de sus críticos. Por si fuera poco, el brazo armado de Fatah, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, publicó un panfleto en el que exigía a Babún que retirara su queja; asimismo, pedía la dimisión del Consejo Municipal al completo y la celebración de nuevas elecciones.
Pese a que las Brigadas negaron posteriormente cualquier relación con el panfleto, la intimidada alcaldesa corrió a retirar su queja. Al explicar su decisión, Babún declaró:
¡Presenté la queja para decir basta! Hay ley en este país, y decidí tramitar el asunto dentro del marco legal. Pero ahora que Fatah ha prometido hacer un seguimiento del caso, y dado que no deseo que la situación empeore, para que no se vea afectada la paz social, he retirado mi queja.