Hamás está tan desesperada tras el derrocamiento del presidente egipcio Mohamed Morsi que ahora trata de arreglar las relaciones con Irán.
La luna de miel entre Hamás e Irán está a punto de reanudarse; malas noticias para el proceso de paz y para la estabilidad de la región. Las relaciones entre ambos se enrarecieron después de que el movimiento islamista palestino decidiera apoyar a los rebeldes que combaten al régimen del presidente sirio Bashar al Asad. Desde entonces, tanto Siria como Irán han estado boicoteando a Hamás, que, hasta hace poco, gozaba del apoyo político, financiero y militar de ambos países.
Durante algún tiempo, la organización palestina no pareció muy preocupada por la pérdida de sus aliados de Teherán y Damasco; sus líderes pensaban que el apoyo de Qatar y de los Hermanos Musulmanes, que por entonces gobernaban en Egipto, era suficiente para mantenerles en el poder en la Franja de Gaza.
Pero ahora que Hamás ha perdido el respaldo de Egipto, el mayor país árabe, sus dirigentes de dan cuenta de que no pueden depender sólo del apoyo de Qatar. Consideran que la decisión de acusar a Morsi de "colaboración" con su movimiento es una "declaración de guerra" contra su régimen de la Franja de Gaza.
Ahmed Bahr, uno de los dirigentes de la organización, se mofó de las acusaciones contra el depuesto presidente egipcio, considerándolas "ridículas". Advirtió, además, a los nuevos gobernantes de Egipto de no estrechar el bloqueo contra la Franja y convertir así a Hamás en una entidad "hostil".
Agobiados representantes de Hamás revelaron esta semana que habían contactado con las autoridades iraníes con la esperanza de resolver las diferencias existentes entre ambas partes.
Se ha mencionado que Ahmed Yusef, un destacado miembro de la organización, dijo que su movimiento celebró recientemente dos reuniones con representantes del Gobierno iraní en un intento de reconciliación entre ambos. Yusef declaró en una entrevista a Asia News:
Irán y Hamás tienen un interés común y deseamos no perder a nadie. La causa palestina es la causa de toda la nación islámica, y queremos que todos se unan en torno a ella.
El aparente acercamiento de Hamás a Irán está allanando el camino para que este último desempeñe un papel más destacado en el escenario palestino, lo que no supone un buen augurio para la Autoridad Palestina y su presidente, Mahmud Abás, especialmente en vísperas de la reanudación de las conversaciones de paz con Israel.
Una cosa es que Qatar y los Hermanos Musulmanes egipcios apoyen a Hamás; después de todo, los cataríes y Morsi nunca podrían ser tan malos como Irán. Pero el respaldo de la República Islámica al movimiento islamista palestino significa que éste recibirá nuevo apoyo financiero y militar. Y también que expertos militares iraníes podrían llegar pronto a la Franja de Gaza para adiestrar a los miembros de Hamás y de otros grupos radicales.
Con el apoyo de Irán, Hamás aumentará sus intentos de frustrar cualquier intento de la Autoridad Palestina por volver a hacerse con el control de la Franja. Y con el respaldo iraní, éste y otros grupos palestinos harán todo lo que esté en su mano para evitar que se logre llegar a un acuerdo de paz con Israel.
Algunos representantes de la Autoridad Palestina han expresado sus temores de que Hamás, siguiendo instrucciones de Teherán, intente iniciar un enfrentamiento con Israel en una tentativa de comprometer a Abás y frustrar los esfuerzos del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, por reanudar las negociaciones de paz.
Si no afronta la nueva amenaza de Irán, es difícil ver cómo la Autoridad Palestina podrá avanzar en un proceso de paz con Israel. La presencia de los iraníes en la Franja de Gaza intimidará a Abás y a sus asesores y les hará pensárselo dos veces antes de llegar a cualquier acuerdo con los israelíes.