Ruta Vanagaite, nacida en Lituania, se tituló en 1978 por el Moscow Theatre Institute. Tiene una dilatada carrera como periodista, editora, productora de teatro y televisión, organizadora de festivales, consultora política de relaciones públicas, y hasta hace poco como productora de grandes eventos concebidos para lugares específicos. En 1993 recibió el premio "Woman of the Year".
"Mi interés en el Holocausto lituano surgió a raíz de mi participación en un proyecto educativo para jóvenes lituanos titulado 'Ser judío'. Muchos de los que acudían a estos actos sentían cada vez más interés por la herencia, la cultura y la religión judías.
Me sorprendió que casi ninguno de los participantes había visitado nunca Ponary, cerca de Vilna, donde aproximadamente 80.000 judíos fueron asesinados por los nazis alemanes y lituanos. Tampoco sabían casi nada sobre el Holocausto. Además, muchos de ellos tuvieron que enfrentarse a los ataques antisemitas de amigos o familiares tras compartir con ellos sus experiencias en el proyecto."
Ruta Vanagaite |
"Este proyecto me llevó a entender lo fuerte que es el antisemitismo en la sociedad lituana, incluso ahora, que casi no quedan judíos en el país. Otro descubrimiento doloroso fue que algunos de mis familiares habían tenido un papel en el Holocausto. Aunque no fueron activamente partícipes en la violencia, es muy probable que participaran en la creación de listas y posiblemente en el aislamiento de los judíos antes de éstos fuesen asesinados.
Cuando empecé mi investigación sobre el Holocausto decidí basarme exclusivamente en fuentes lituanas. Quería asegurarme de que la gente no me pudiera acusar de estar 'influida' por materiales publicados por testigos 'no objetivos' o escritores del extranjero. Para mi sorpresa, descubrí que los historiadores lituanos habían presentado la verdad sobre los perpetradores del Holocausto de nuestro país. Leí sus libros, fui a sus conferencias y hablé con ellos. También pasé seis meses en el archivo especial lituano leyendo testimonios de los verdugos y también de quienes habían presenciado los crímenes. Todos ellos eran lituanos.
Según fuentes judías, más de 20.000 lituanos estuvieron implicados en el genocidio del Holocausto. En Lituania, nadie habla de las cifras. La postura oficial era, y sigue siendo, que los judíos fueron asesinados por una pandilla de 'monstruos'.
Mis principales hallazgos fueron que no todos los asesinos eran monstruos. En 1941, los lituanos se unieron a los batallones de autodefensa para servir a su país. Los crímenes del Holocausto fueron posibles por la colaboración de los líderes y la administración civil lituanos con los nazis alemanes. La infraestructura administrativa de nuestro país estaba al servicio de los nazis.
Después me puse en contacto con el doctor Efraím Zuroff, del Centro Simón Wiesenthal. Decidimos recorrer Lituania juntos. Visitamos más de 35 municipios donde hubo comunidades judías. Durante este viaje, descubrimos que los testigos de los asesinatos masivos seguían teniendo miedo a hablar. También descubrimos otro hecho doloroso: la memoria de las víctimas ha desaparecido prácticamente de la visión pública y sus tumbas caen muchas veces en el abandono.
Otro importante descubrimiento para mí fue que, después de tantos años, y a pesar de las viejas enemistades, la gente puede hablar y ponerse de acuerdo en muchas cosas si busca sinceramente la verdad. Efraím y yo decidimos entonces publicar nuestros resultados en un libro. Su título en lituano es Mūsiškiai; Kelionė Su Priešu, que se traduce como Nuestro Pueblo: Viaje con un enemigo. Se publicó en enero de 2016. El libro se agotó en dos días. La editorial imprimió 6.000 ejemplares de la segunda edición, que seguramente también se agoten en breve.
Decidimos que en la edición lituana apareciese yo como única autora, puesto que ya había escrito varios libros que habían gustado al público. Mi esperanza era que parte de mi público, al menos, también abriera este libro. En la traducción inglesa, que ya está lista para su publicación, Efraím aparece citado como el autor principal. También habrá traducciones al polaco y al hebreo.
Para los lituanos es increíblemente doloroso hacer frente al pasado de su país. Si el nombre de Efraím hubiese aparecido en la portada de la edición lituana, muchos lectores lituanos ni siquiera habrían abierto el libro. Está considerado un enemigo de Lituania, que acusa a los lituanos de crímenes del Holocausto de los que no queremos saber. Sin embargo, la presencia de Efraím se siente con mucha fuerza a lo largo del libro. Asegurándonos de que los lituanos abriesen el libro, encontré una manera de que la gente conozca a Efraím, que le preste atención y comprenda muchas de las cosas que lleva diciendo años. De ninguna otra forma habría podido hacer que mis conciudadanos lo escucharan.
La prensa lituana nos ha apoyado mucho. Pero la comunidad de historiadores sigue guardando silencio. La única reacción de las autoridades fue una declaración del Consejo de Seguridad Nacional en el sentido de que el libro sirve a la máquina de propaganda de Putin e incluso que tal vez hubiese sido inspirando por el presidente ruso.
Vanagaite concluye: 'Por ahora, la sociedad lituana está electrificada por el libro. Todo el mundo parece tener una rotunda opinión sobre el tema. Al parecer, los más mayores han encontrado el libro bastante ofensivo. Esto probablemente se deba a que les impide a ellos y a sus padres ser identificados como las víctimas de la guerra.
Los lituanos jóvenes son mucho menos vulnerables. No sienten la necesidad de identificarse como víctimas, y, por lo tanto, están más dispuestos a afrontar la verdad. La gente está empezando a pensar que 'deben' tener una opinión sobre este libro. Eso significa que lo leerán y que hablarán sobre los temas planteados en sus páginas. Este es el comienzo de nuestro proceso de curación. Estoy orgullosa de haber sido lo suficientemente fuerte para dar este primer paso y manejar cualquier reacción adversa. Después de esto, muchos historiadores y estudiantes de Historia lituanos tendrán mucho menos miedo. La verdad acabará saliendo inevitablemente, y nuestra sociedad tendrá que aceptarla y vivir con ella".