Sawan Masih, un pobre cristiano paquistaní que era trabajador sanitario en una zona de Lahore rodeada de fábricas, fue acusado de insultar al profeta Mahoma en el transcurso de una conversación con un amigo musulmán el 6 de marzo de 2013.
Cuando la Policía lo detuvo dos días después, fue acusado de haber dicho, supuestamente:
Jesús es auténtico. Es el Hijo de Dios. Vendrá a salvarme, mientras que el profeta de los musulmanes es falso.
Tras la acusación, basada en el testimonio oral de un barbero musulmán llamado Shahid Imran, más de 3.000 musulmanes paquistaníes causaron disturbios e incendiaron unas 100 viviendas de una pequeña barriada cristiana llamada Colonia José. Mientras los cristianos huían, la Policía contemplaba en silencio cómo los alborotadores musulmanes destruían las casas de los cristianos y robaban sus posesiones.
Sawan Masih lleva en la cárcel desde la acusación. El 27 de marzo de este año el juez adjunto del Tribunal de Sesiones [Tribunal Penal de distrito en Pakistán] Chaudry Gulam Murtaza condenó a pena de muerte a Sawan Masih tras "hallarlo culpable de blasfemia", y además le impuso una multa de 200.000 rupias paquistaníes, que equivalen a 2.044 dólares.
Masih negó la acusación presentada contra él. El Centro de Ayuda Legal, Asistencia y Resoluciones (CLAAS, por sus siglas en inglés), una organización interconfesional que actúa a favor de los cristianos perseguidos por su fe en Pakistán, ha proporcionado abogados a Masih. El uno de abril, los abogados del CLAAS apelaron el veredicto ante el Tribunal Supremo de Lahore.
El juicio se celebró en prisión en aras de la seguridad de Masih, después de que la organización pro-derechos afirmara que su vida podría estar en peligro y de que solicitara que la audiencia se celebrara en la cárcel.
"No es el único caso de blasfemia en que ha ocurrido esto", declaró el director de la división británica del CLAAS, Nasir Said. "Hay ejemplos, entre ellos el juicio de Yunis Masih. Algunas víctimas de la ley antiblasfemia han sido asesinadas durante sus vistas, como Rashid Emanuel y Sayid Emanuel, asesinados por extremistas a plena luz del día en 2010, ante cientos de personas, en la sede del Tribunal de Distrito de Faisalabad".
"Por desgracia", comentó Said, "la ley antiblasfemia se ha convertido en un instrumento muy poderoso en manos de los extremistas, y se emplea constantemente para atacar iglesias, incendiar localidades cristianas y matar a gente inocente. El Gobierno se encuentra bajo presión de grupos extremistas y vacila en llevar este tema ante el Parlamento. Hace una semana un templo y otras propiedades hindúes fueron incendiados en Larkana-Sindh, y un hombre fue puesto bajo custodia policial sin ninguna prueba, acusado de haber quemado el sagrado Corán".
Según Said, las minorías religiosas, sobre todo la cristiana, viven con un constante temor por sus vidas y han comenzado a emigrar, silenciosamente, a varios países para poder salvarse.
Tras el juicio, sólo han realizado declaraciones dos miembros de los 342 de la Asamblea Nacional; curiosamente, dos mujeres. La Dra. Shirin Mazari, parlamentaria del partido Pakistan Teherik e Insan (PTI), declaró que era una farsa de la justicia que 3.000 personas que incendiaron un barrio cristiano en Lahore estuvieran libres mientras que un hombre juzgado por una acusación polémica ha sido condenado a muerte.
La legisladora Sahazia Marri, del Pakistan Peoples Party (PPP) [Partido Popular de Pakistan] planteó la siguiente cuestión: Sawan Masih ha sido condenado, pero ¿qué hay de los que fueron declarados culpables de cometer violencia e incendio premeditado y de incitar a ello?
Una semana después, el 4 de abril, el tribunal de Toba Tak Singh pronunciaba una condena de muerte contra una pareja cristiana, Shafaqat Emmanuel y su esposa, Sagufta Kauser, acusados de enviar mensajes de texto blasfemos. La pareja fue detenida el 21 de julio de 2013. World Vision in Progress (WVIP) informó de que el matrimonio no tenía los suficientes conocimientos de inglés como para haber escrito en ese idioma los mensajes de los que se le acusaba, y de que la tarjeta SIM mencionada no estaba registrada.
Un reciente informe de un panel de asesores del Gobierno estadounidense afirmaba que Pakistán emplea las leyes antiblasfemia más que ningún otro país; mencionan a 15 personas que se encuentran en el corredor de la muerte y a otras 19 que cumplen cadena perpetua.
Un hombre de negocios paquistaní (que solicitó permanecer en el anonimato) dijo:
Los cristianos paquistaníes son como mártires. Están sacrificando sangre sin un ápice de culpa, sólo por sus creencias religiosas.
Y añadió:
Estoy seguro de sobra de que ese pobre cristiano, Sawan Masi, no tenía ni la menor idea ni conocimiento alguno del profeta musulmán. Los miembros de la Administración paquistaní simplemente actúan conforme al sentir de la población musulmana.
Afirmó que la Administración, la Policía, el Ejército y los tribunales del país quieren contribuir de algún modo a su religión castigando a los no musulmanes.
Según este hombre de negocios, las minorías paquistaníes, más de dos millones de cristianos, son altamente susceptibles de ser acusados de infringir las leyes antiblasfemia. Dice que, incluso si Masih y la pareja condenada fueran liberados por el Tribunal Supremo, ¿cómo podrán volver alguna vez a la vida normal en Pakistán?