En el caótico Oriente Medio, cada día trae consigo nuevos cambios estratégicos y brutales ejemplos de violencia; lo único que permanece constante es que Irán sigue construyendo una base para misiles terrorista-militares en el Líbano.
Por medio de Hezbolá, su peón chií libanés, Irán ha creado hoy en día una entidad terrorista sin precedentes en cuanto a alcance y potencia de fuego, cuyos misiles pueden alcanzar cualquier punto de Israel.
Durante una reciente conferencia sobre seguridad celebrada en el Centro Begin-Sadat de la Universidad Bar Ilán de Israel, altos cargos israelíes hicieron públicas algunas cifras apabullantes, que dan una idea de las capacidades alcanzadas por Hezbolá.
Por supuesto, Israel se ha estado preparando para el día en que tenga que enfrentarse con el partido de Dios, y, al parecer, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están listas para hacerse cargo de la amenaza cuando sea necesario, si es que llega a serlo.
Sin embargo, la amenaza sigue siendo poderosa, y el cínico uso que hace Hezbolá de los civiles libaneses, a los que emplea como escudo para atacar a los civiles israelíes, sigue siendo un reto muy serio para los responsables de planificar la defensa de Israel.
Durante la conferencia, el teniente general Benny Gantz, Jefe del Estado Mayor de las FDI, señaló que "hoy en día, en el Líbano hay casas que las que hay cuartos de huéspedes al lado de almacenes de misiles. Es una realidad constatada por [los servicios de] inteligencia".
La situación también fue abordada por el ministro de Defensa Local, Gilad Erdan, que reveló un plan del Gobierno para encontrar rápidamente soluciones para el 30% de civiles israelíes que carece de habitaciones a prueba de misiles en sus pisos, o de acceso a refugios antibombas en sus edificios o en su vecindario más inmediato.
Erdan advirtió de que en cualquier guerra total el frente doméstico israelí sufriría hasta tres semanas de constante ataque con miles de bombas, y de que cualquier punto del país es susceptible de ser alcanzado por Hezbolá.
Uno de cada diez hogares libaneses tiene almacenado actualmente un lanzacohetes o armas de Hezbolá, explicó Erdan, quien añadió que las casas de los civiles en el sur del Líbano se construyen de forma que permitan que se abra el techo para que se pueda disparar un cohete hacia Israel.
El ministro advirtió que un número cada vez mayor de proyectiles de la organización terrorista son armas precisas, con sistema de guiado, con las que ésta pretenderá atacar infraestructuras israelíes, como centrales eléctricas. Si se suman los cohetes en posesión de Hezbolá, Siria, Irán, Hamás y la Yihad Islámica, se alcanzaría la cifra de 200.000, según Erdan, que afirmó :
Nuestros enemigos quieren quebrar el espíritu de los israelíes y hacer que dejen de creer que aquí podemos llevar una vida normal.
Las FDI tienen planes de ataque muy efectivos para responder a estas amenazas, pero el Gobierno también tendría que idear nuevas formas de mantener en marcha la vida civil durante una futura guerra, prosiguió el ministro, que añadió:
Tenemos que crear un mecanismo que permita mantener en marcha el frente doméstico, y no volver a las escenas de la Segunda Guerra del Líbano en 2006. Ningún otro país afronta hoy la misma amenaza que nosotros.
Hezbolá está fuertemente armado, más que la mayoría de países europeos, pero también le disuade la potencia de fuego israelí. Además, su principal objetivo hoy en día es cumplir las órdenes de sus amos de Teherán y combatir en la guerra civil siria de parte del régimen de Asad, algo que ha provocado la ira de los yihadistas suníes. Este cambio fue señalado hace pocos días por el ministro de Defensa de Israel, Moshé Yaalón, quien afirmó:
Para los que aún no se hayan enterado, ya hay una guerra civil en el Líbano. La Yihad Global [Suní], que se ha infiltrado en el país y está atacando a Hezbolá, hace estallar coches bomba en la Dahiye [bastión de Hezbolá en el sur de Beirut], y lanza cohetes a la Dahiye y al valle de la Bekaa [en el norte del Líbano, donde la organización también posee bases].
Durante la conferencia, destacadas figuras del campo de la seguridad expusieron nuevas ideas sobre cómo Israel podría mejorar aún más su capacidad disuasoria.
Giora Eiland, antiguo director del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), que asesora al primer ministro, afirmó que Israel debería rechazar la idea de que tiene que luchar contra guerrillas terroristas infiltradas en zonas civiles, y recuperar la noción de que está combatiendo a Estados enemigos.
Es imposible derrotar a las guerrillas, sostuvo Eiland, pero si el enemigo y su territorio son definidos como Estado hostil, la victoria vuelve a ser posible. Así, declaró que:
En 2006 tratamos de hacer algo imposible al disparar contra los lanzacohetes. Si mañana hay una tercera guerra del Líbano y tratamos de hacer lo mismo, el resultado será peor. Hezbolá y nosotros hemos mejorado tácticamente.
El antiguo director del CSN añadió lo siguiente:
Si estalla la guerra, tratar al Líbano como enemigo acabaría con el conflicto en tres días, no en tres semanas. Ello implica bombardear puentes y otros objetivos relacionados con el Estado, y apartarse de objetivos civiles, como escuelas y hospitales. Para nosotros no es correcto aceptar la idea de luchar en conflictos antiterroristas de baja intensidad. Deberíamos cambiar a un sistema de conflictos interestatales.